Comunicación presentada al II Congreso Ciudades Inteligentes:
Autores
- David Mendaña, Responsable de Estudios y Comunicación, Gedeth Network
- Juan Millán, Socio-Director, Gedeth Network
Resumen
El potencial económico del sector de las ciudades inteligentes se extiende a todo el mundo con un crecimiento considerable a lo largo de los próximos años, y constituye una oportunidad importante para las empresas españolas. Estas empresas están tentadas de concentrarse excesivamente en un mercado nacional potente y dinámico, pero las debilidades de este mercado suponen un riesgo latente que hace aconsejable centrarse en la internacionalización. Las instituciones españolas tienen diversas estrategias en marcha para el fomento de la exportación en este sector, estrategias con sus puntos positivos y negativos. Para esta expansión global, los mercados de Latinoamérica y de la Unión Europea presentan oportunidades especialmente accesibles a las empresas españolas.
Palabras clave
Ciudad Inteligente, Smart City, Internacionalización, Exportación, Pyme, España, Latinoamérica, Unión Europea
El mercado global de la smart city
Las ciudades inteligentes o smart city constituyen una de las áreas de la economía con perspectivas más halagüeñas a medio y largo plazo. Según diversas estimaciones (Markets & Markets (2015).Smart Cities Market worth $1,134.84 Billion by 2019), el crecimiento previsto es muy rápido, pasando de un volumen de negocio para 2014 valorado en 411.000 millones de dólares, a más de 1,13 billones de dólares en 2019, lo cual representa una tasa de crecimiento anual del 22,5%.
Una de las principales razones de este crecimiento económico es el incremento de la población urbana. Se calcula [United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2014). World Urbanization Prospects: The 2014 Revision, Highlights (ST/ESA/SER.A/352)] que, en 2014, la población urbana representaba el 54% de la población mundial; por continentes, el porcentaje va desde un mínimo del 40% en África, a un máximo del 81% en Norteamérica. La proporción de población urbana aumenta en relación a la riqueza del país: 30% de media en los países de renta baja, 51% en los países de renta media y 80% en los países de renta alta. Pero aún más llamativas resultan las expectativas: en 2050 se estima que la población urbana global ascenderá al 66%, mientras que en todos los continentes la población urbana sobrepasará a la rural. En relación al tamaño de las ciudades, su dimensión mediana era aproximadamente de 500.000 habitantes. Pero las ciudades que más crecen son las de mayor dimensión, y se prevé una reducción del porcentaje de población en ciudades menores de 500.000 habitantes.
El crecimiento económico en los países emergentes y en vías de desarrollo es uno de los principales motores de esta urbanización. Varios de estos países, conscientes de la necesidad de eficiencia de sus aglomeraciones urbanas, se han puesto en marcha grandes planes de actuación coordinada para la implantación de tecnologías inteligentes en sus ciudades, con apoyo gubernamental. Estos planes son ejemplo del potencial de este mercado a nivel global, y entre ellos se puede mencionar:
- 100 Smart Cities, India: lanzado en 2015 con un presupuesto de 15.000 millones de euros.
- Plan Vive Digital 14-18 de Colombia: este plan para la digitalización incluye una política de ciudades inteligentes. La ejecución presupuestaria del plan alcanzó los 330 millones de euros en los 10 primeros meses de 2015.
- El desarrollo de smart cities fue incluído como un eje específico de actuación en el 12º Plan Quinquenal del gobierno chino (2011-2015).
Fortalezas y debilidades del mercado español
El mercado español para las actividades de ciudades inteligentes puede considerarse potente, por las siguientes razones:
- Dimensión: España es un país de renta alta (14º del mundo por renta per capita [FMI (2015)]), con una población también elevada (29º país del mundo), en el que existen 145 ciudades con más de 50.000 habitantes (Instituto Nacional de Estadística (2015). Cifras oficiales de población resultantes de la revisión del Padrón municipal a 1 de enero).
- Ejemplos a seguir: España dispone de varias ciudades reconocidas como líderes europeos o globales en diferentes campos del sector de smart city, como, por ejemplo, Barcelona o Santander (destacadas en varios rankings internacionales). Estas ciudades sirven como ejemplo, asesoramiento y campo de pruebas para las empresas y organizaciones implicadas.
- Avances pendientes: la gran mayoría de las ciudades españolas no han planteado aún una estrategia de ciudad inteligente, y han llevado a cabo unos pocos proyectos relacionados, o ninguno. Aún queda mucho camino por recorrer y muchas oportunidades.
- Actitud de las administraciones: las autoridades tienen una actitud abierta y positiva hacia la ciudad inteligente, como demuestran iniciativas como la Red Nacional de Ciudades Inteligentes, constituida en 2012, o el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, puesto en marcha en 2015 con un presupuesto de 150 millones de euros.
- Necesidades: la crisis ha redundado en la limitación de los presupuestos municipales. Es por eso que los proyectos con potencial para reducir costes y aumentar la eficiencia de las ciudades adquieren una gran importancia en estos momentos.
- Disponibilidad de financiación: el mencionado Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, así como numerosos programas europeos, proporcionan financiación para la implantación de proyectos de ciudad inteligente.
Como puede verse, el mercado español es atractivo y ofrece numerosas oportunidades a las empresas. Expertos consultados reconocen haber detectado en muchas empresas españolas implicadas en el sector un foco exclusivo en el mercado nacional, y falta de voluntad de internacionalización o de percepción de la necesidad de internacionalizarse: como resultado, es posible que muchas empresas aplacen su expansión internacional o no la planifiquen.
Las consecuencias de esta renuencia no serán nunca positivas a medio y largo plazo. Hay dos razones fundamentales que desaconsejan concentrarse demasiado en el mercado nacional.
En primer lugar, el mercado español presenta una limitación muy relevante: la capacidad financiera del Estado, y en particular de las Administraciones Locales. La caída de ingresos a causa de la crisis económica, el peso de la deuda y la obligación de recortar el déficit han provocado una disminución de los presupuestos que ha reducido la inversión municipal (recortes de 8.000 millones de euros entre 2012 y 2013 [El País (25 de mayo de 2014). Ciudades ahogadas por la deuda]). Si bien es cierto que los proyectos de ciudad inteligente, como se mencionó anteriormente, son atractivos por su potencial de ahorro a medio y largo plazo, es posible que en el corto plazo los municipios no puedan financiar las inversiones necesarias. Un ejemplo reciente es el de Ciudad Real [Europa Press (13-6-2015). El Ayuntamiento de Ciudad Real renuncia al proyecto ‘Smart City’] que, ante la estrechez presupuestaria, y tras un cambio en los partidos gobernantes en el ayuntamiento, ha paralizado un proyecto de smart city cofinanciado por el Estado, para dedicar los fondos a otros usos considerados más prioritarios por la nueva corporación.
Internacionalizarse es una medida básica para que las empresas diversifiquen riesgos. La falta de internacionalización significa una exposición total a los riesgos políticos y económicos del mercado español.
En segundo lugar, la entrada temprana en los mercados representa una ventaja frente a los competidores. Si bien es necesario que las empresas pioneras capitalicen las ventajas que obtienen, y que están sujetas a sus propios riesgos (como la posibilidad de que los competidores actúen como free riders), las empresas que se asientan tempranamente en mercado pueden disfrutar de importantes ventajas: generación de marca, reconocimiento y confianza por parte de los clientes (especialmente importante en un mercado que requiere inversiones considerables, como el de las ciudades inteligentes), costes de cambio de proveedor, conocimiento privilegiado de los actores del mercado, etc.
Por el contrario, empresas que entran tardíamente en los mercados se pueden encontrar con competidores asentados y mercados cuya tasa de crecimiento se ha moderado, por lo cual reducir la cuota de mercado de dichos competidores puede ser la única forma de incrementar la propia.
Estas dos razones justifican afirmar que la internacionalización debería ser una prioridad para las empresas españolas que actúan en el sector de las ciudades inteligentes.
De acuerdo con una encuesta realizada a responsables de empresas españolas con interés en el sector de ciudades inteligentes (Gedeth Network 2015), las principales debilidades que detectan en el mercado español son las siguientes:
- La mayoría de los encuestados apuntan a la falta de financiación como uno de los principales problemas, vinculado con la crisis económica y las finanzas precarias de muchas autoridades locales.
- Otro de los obstáculos es la falta de conocimiento público de las smart cities. Muchas de las entidades públicas y privadas relevantes no son conscientes del concepto y de las oportunidades que ofrece. Por ello, las administraciones son a veces una barrera, y los proyectos que hay, tanto grandes como pequeños, acaban siendo politizados.
- El sector público promociona las ciudades inteligentes de forma desigual: algunas regiones y ciudades lo hacen, pero hay muchas que no parecen estar interesadas en el tema.
- Los mecanismos para conocer los desarrollos de smart city en otros países, así como posibles socios o competidores, y las últimas innovaciones, son bastante pobres.
El papel de las políticas públicas
Promover la internacionalización de la industria TIC española es una de los objetivos contemplados por el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, dentro de su tercer eje (fomentar la aportación y el crecimiento del sector TIC) (Plan Nacional de Ciudades Inteligentes / Versión 2 (2015). Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información).
Las lineas de actuación previstas en este sentido se centran en promover la presencia de empresas españolas con elevado potencial en foros, congresos y seminarios internacionales de todo tipo, así como viajes institucionales y encuentros empresariales, con especial foco en el Smart City Expo World Congress (Barcelona) y el Foro Green Cities & Sostenibilidad y TIKAL (Málaga) y en el mercado latinoamericano. Las empresas españolas que dispongan de casos de éxito para presentar y promocionar serán las que reciban este apoyo, y también se dedicarán recursos a coordinar las acciones de ICEX, SEGITTUR y RECI.
El presupuesto asignado a esta meta es de 1,5 millones de euros, y el arranque de la primera fase estaba previsto para abril de 2015, con una valoración de resultados programada para diciembre de 2016. Por tanto, lo reciente de esta iniciativa hace imposible evaluarla tan pronto.
Sin embargo, es posible señalar que las medidas planteadas se centran en los instrumentos más clásicos de fomento de la internacionalización, que llevan empleándose más de cuatro décadas: ferias, misiones, o congresos. Es notable la ausencia de programas más integrales y personalizados, como el programa ICEX Next de desarrollo del potencial internacional de pymes, que ha sido valorado muy positivamente en estudios de las políticas de promoción exterior de múltiples países.
La propia promoción internacional del sector de ciudades inteligentes debería contar con una planificación estratégica, que integrara a los diferentes agentes del sector, incluyendo asociaciones empresariales, autonomías y municipios. Este plan debería plantear los objetivos y recursos a medio plazo, para obtener una estabilidad y continuidad de acción.
La coordinación entre actores del sector debe ir más allá de contactos y visitas, para incluir el establecimiento de de canales de comunicación entre instituciones, y el seguimiento de dichas comunicaciones y sus resultados. La multiplicidad de agentes implicados en la promoción de la internacionalización (a nivel estatal, autonómico, local, público, privado, asociativo, cameral, etc.) ha resultado, en el pasado, en la duplicación de esfuerzos y una competencia a veces improductiva.
Una acción que ha tenido buenos resultados en el pasado son las visitas de responsables latinoamericanos a ciudades españolas con casos de éxito, para el intercambio de mejores prácticas a nivel internacional, que a su vez puede llevar a la internacionalización de las soluciones, con la participación de las empresas nacionales en proyectos exteriores. El papel de las entidades locales en este tipo de actividades es vital, por lo que la formación y la concienciación de los responsables locales es una posible línea de acción.
La formación de especialistas en ciudades inteligentes dentro de los propios organismos de promoción exterior también sería una necesidad a tener en cuenta de cara a un apoyo efectivo al sector.
También sería positivo dedicar atención al asociacionismo empresarial en formas similares al Cluster Andalucía Smart City, apoyando que sean las propias empresas las que cooperen para fomentar su internacionalización. La cooperación directa entre empresas tiene la ventaja de traducirse más fácilmente en proyectos concretos, por ejemplo, en los que una pyme poco o nada internacionalizada participe en proyectos internacionales junto con otra empresa de mayor dimensión y mayor alcance exterior.
Finalmente, hay que tener en cuenta el proceso de desarrollo de estándares relativos a las ciudades inteligentes que está llevando a cabo AENOR, con el Comité Técnico de Normalización 178. A lo largo de 2015 se han publicado normas técnicas sobre aspectos como datos abiertos, redes urbanas de agua, telecomunicaciones y energía, indicadores de desarrollo sostenible, etc. Una de las líneas del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes (dotada con medio millón de euros) es la difusión de estas acciones de estandarización de AENOR. El cumplimiento de los estándares es un impulso a las exportaciones, ya que suponen un pasaporte de calidad. Promover al máximo un sello de calidad, una marca española de smart city, basada en el cumplimiento de los más elevados requisitos técnicos, aportaría a las empresas españolas una beneficiosa diferenciación en un mercado que de momento carece de tales distinciones.
La visión de las empresas españolas sobre el mercado latinoamericano
Como se ha mencionado antes, América Latina es uno de los focos principales para la internacionalización que contempla el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes. Los mercados de Latinoamérica son especialmente atractivos históricamente para las empresas españolas, lo que ha hecho de nuestro país uno de los mayores inversores extranjeros en la región, históricamente uno de los dos principales junto con Estados Unidos: en 2014, España fue el tercer país inversor por detrás de Estados Unidos y Países Bajos (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2015). La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2015). España ha actuado en múltiples ocasiones como plataforma de acceso al mercado americano para empresas europeas o asiáticos, como en los casos de compañías que han establecido en España sus headquarters para Latinoamérica (Wincor Nixdorf, British Telecom, Huawei, etc.) (¿Por qué España? (2015). Invest in Spain).
Una de las razones de este atractivo son ciertas ventajas a priori en los mercados latinoamericanos que la empresa española disfruta: uso del mismo idioma, cierta familiaridad cultural, y un respeto especial por parte de los clientes latinoamericanos, una buena imagen de lo español. Sin embargo, esta ventaja inicial se diluirá una vez los competidores de otros países estén bien posicionados en el mercado. El interés de los mercados latinoamericanos para proveedores de todo el mundo se puede contrastar volviendo a hacer mención de los programas Rede Cidade Digital en Brasil o Plan Vive Digital 14-18 en Colombia.
La encuesta mencionada arroja las siguientes conclusiones sobre el potencial de Latinoamérica para ese sector:
- Muchas experiencias españolas de smart city son perfectamente aplicables a América Latina. De hecho, algunas empresas ya han comenzado a exportar sus soluciones, y es una de las prioridades de negocio para la mayoría de las grandes compañías y los competidores europeos; sin embargo, se exige un gran nivel de adaptación local.
- Los niveles de desarrollo en España y América Latina difieren mucho. En España, el principal objetivo es conseguir que los servicios urbanos sean más eficientes e inteligentes, y que estén integrados entre sí. En muchas ciudades latinoamericanas el objetivo es, principalmente, poner en marcha esos mismos servicios (por ejemplo, la gestión de residuos).
- España y América Latina tienen prioridades distintas: en América Latina se le da mucha más importancia a la gestión de desastres y a la seguridad.
- La competencia con Norteamérica es muy relevante. Los mercados sudamericanos a veces están más influenciados por el modelo norteamericano que por el europeo.
Para la internacionalización de las empresas españolas, los países más interesantes, según los encuestados, son los que cumplen alguna de estas dos condiciones:
- Son mercados de gran dimensión: principalmente, Brasil, México y Colombia, aunque el primero suscita ciertas dudas a corto plazo, dada su coyuntura económica actual.
- Son mercados de crecimiento estable: principalmente, Perú, Chile, Panamá, Ecuador y varias economías de Centroamérica.
La función de la Unión Europea en la internacionalización del sector
La Unión Europea tiene dos funciones principales en el sector de las ciudades inteligentes.
La primera función es coordinar la legislación para poder crear un corpus legal homogéneo. Para ello se utilizan mecanismos como directivas, regulaciones, seminarios o grupos de trabajo para compartir ideas mediante la publicación de white papers. El beneficio más inmediato de esta política es que crea un gran mercado interno que incrementa el atractivo de negocio de la UE.
Un ejemplo de esta acción es el Marco Europeo de Referencia para la Ciudad Sostenible (RFSC), una herramienta diseñada para permitir que todas las ciudades europeas dispongan de un marco conceptual común a la hora de valorar y planificar políticas orientadas al desarrollo y la sostenibilidad, campos en los que el sector de las ciudades inteligentes es un actor fundamental. El Marco define detalladamente 25 objetivos de sostenibilidad para las ciudades europeas, y proporciona herramientas online para que agentes públicos y privados puedan evaluar la situación de sus ciudades en relación a esos objetivos.
La segunda función es promover y financiar iniciativas que ayuden al desarrollo del sector de las smart cities. Para ello hay diversas iniciativas. Las más importantes son las que se encuadran dentro del programa Horizonte 2020 (que es el octavo Programa Marco europeo para la investigación y el desarrollo tecnológico). Este programa financia multitud de proyectos de investigación e implantación que implican a ciudades, universidades y empresas, con el objetivo de acelerar el tránsito desde tecnologías en desarrollo y experimentación, hasta servicios comercialmente viables. El programa Horizonte 2020 tiene en cuenta el potencial internacional de los proyectos financiados: los servicios deben ser competitivos en un mercado global.
Numerosos proyectos de ciudad inteligente han sido financiados por el programa Horizonte 2020, como por ejemplo:
- Proyecto REMOURBAN, en el que Valladolid actúa como ciudad faro, y en el que participan empresas españolas como GMV, Acciona o Iberdrola.
- Proyecto REPLICATE, en el que la ciudad faro es San Sebastián, y las empresas incluyen Dbus, Tecnalia, Ikusi o Endesa.
- Proyecto SMARTEN CITY, con Vitoria como ciudad faro y la participación de Tecnalia, Estudios GIS o Mondragón.
- Proyecto GROW SMARTER, con Barcelona como ciudad faro y empresas como Endesa, Gas Natural, Anteverti o Urbis Up.
Estos ejemplos muestran cómo las empresas pueden beneficiarse de una financiación de la UE que les facilita participar en proyectos de gran escala y desarrollar sus servicios y tecnologías, siempre con la internacionalización y los mercados globales en perspectiva.
Conclusiones
Como se ha mostrado, el mercado de las ciudades inteligentes goza de un crecimiento rápido y sólido, y es un mercado global, en el que participan organizaciones públicas y privadas de todo el mundo. El mercado español, a pesar de vivir un momento excelente, no es una opción lo suficientemente segura para que las empresas españolas renuncien a la internacionalización. Por eso, deben poner sus miras en el exterior y aprovechar las oportunidades internacionales a su alcance. Tanto el mercado latinoamericano como el europeo proporcionan suficientes oportunidades y mecanismos de financiación para permitir que las empresas españolas se vuelvan más competitivas y diversifiquen su riesgo. La política pública para facilitar este proceso ya está en marcha con algunas iniciativas valiosas, si bien hay lugar para propuestas nuevas.