Comunicación presentada al III Congreso Ciudades Inteligentes:
Autores
- Iñaki Alonso Echeverría, Arquitecto CEO, Satélite Arquitectura Abierta
- Pascual Pérez, Arquitecto Colaborador, Satélite Arquitectura Abierta
Resumen
La oficina de arquitectura sAtt conecta la innovación social a los procesos de participación para el diseño de los nuevos edificios de viviendas de Cohousing a través de la hibridación del espacio digital y del presencial y en las tecnologías aplicadas para su desarrollo. Estas tecnologías se traducen en dinámicas digitales y sociales para la facilitación de los procesos de participación. La presente comunicación refleja los procesos de participación desarrollados por la oficina de arquitectura sAtt para el primer Cohousing en Derecho de Uso en Madrid, Entrepatios, una cooperativa constituida y registrada en la Comunidad de Madrid y ya una realidad debido a la reciente adquisición de un solar en el distrito de Usera (Madrid) y para el que ya ha comenzado el proceso de codiseño de un edificio de Cohousing ecológico.
Palabras clave
Cohousing, Ecológico, Metodologías Participativas, Tecnologías, Social, Diseño Abierto
Participación en procesos de CoHousing
Introducción
La oficina de arquitectura sAtt conecta la innovación social a los procesos de participación para el diseño de los nuevos edificios de viviendas de Cohousing a través de la hibridación del espacio digital y del presencial y en las tecnologías aplicadas para su desarrollo. Estas tecnologías se traducen en dinámicas digitales y sociales para la facilitación de los procesos de participación.
La presente comunicación refleja los procesos de participación desarrollados por la oficina de arquitectura sAtt para el primer Cohousing en Derecho de Uso en Madrid, Entrepatios, una cooperativa constituida y registrada en la Comunidad de Madrid y ya una realidad debido a la reciente adquisición de un solar en el distrito de Usera (Madrid) y para el que ya ha comenzado el proceso de codiseño de un edificio de Cohousing ecológico.
Antecedentes
La arquitectura debe sufrir una mutación acorde con la que se está produciendo en la sociedad. Mutaciones producidas desde diferentes colectivos que se organizan y desarrollan nuevos conceptos: absoluta innovación política. En el caso de la arquitectura puede ser lo que muchos llaman el Cohousing, pero hay muchos otros procesos colectivos que participan de esta mutación de la arquitectura.
El siglo XX fué el siglo de los arquitectos, la arquitectura estaba en manos del arquitecto, un arquitecto monopolizador del acto de pensar los espacios de habitar, incluso celoso de que el propio usuario tomara decisiones sobre el edificio donde iba a vivir o a trabajar, un arquitecto muy proteccionista de su disciplina. En estos momentos la arquitectura dentro de algunos sectores emergentes está sufriendo una metamorfosis radical y aparecen nuevas maneras de entenderla. Está siendo interpelada por otras disciplinas y por los usuarios. La sociedad se ha cansado de aquellas lógicas que monopolizan los procesos de toma de decisiones. El pensamiento y el diseño, tanto de los servicios que ocurren en el interior como del propio edificio, están siendo a veces compartidos y otras veces asaltados. Cuando son asaltados la arquitectura suele agonizar o directamente sucumbir, pero cuando los procesos son compartidos nos ofrecemos la oportunidad de llegar a visiones complejas y mucho más ricas donde los edificios empiezan a entenderse desde otros puntos de vista.
Aparece entonces la innovación social, el empoderamiento del ciudadano en el proceso de ideación de la arquitectura y esta disciplina se transforma emprendiendo un viaje apasionante con muchos más pasajeros, similar al que vemos en otras disciplinas.
Este viaje construye una nueva vía. Una vía, que lejos de esperar a que esta situación de inestabilidad en la que nos encontramos termine, abra una brecha. En palabras de Amador Fernández Savater: “convertir la crisis civilizatoria en una mutación civilizatoria”. Es decir, “no agarrarse desesperadamente a algo”, -y nos referimos a las formas convencionales de vivienda-, “sino emprender un viaje” por entender otras formas de relacionarse, otros mundos y otras formas de vivir. Esto es lo que representa Entrepatios, un Cohousing en derecho de uso totalmente transformador en las maneras de pensar y hacer vivienda.
El Diseño Colectivo Del Servicio
Empiezan a producirse procesos de definición de la arquitectura a través de nuevas metodologías donde la complejidad echa mano de la innovación social para desencadenar en resultados arquitectónicos diferentes que responden a preguntas diferentes.
Al tener al usuario antes que a la arquitectura lo que realmente ocurre es que aparece otra disciplina previa como es la del diseño de servicio (service design), es decir, pensar de una forma colectiva e inclusiva (con los futuros habitantes) qué es lo que va a pasar en el edificio, cuál va a ser su contenido o cómo será la experiencia de usuario de los futuros habitantes. El diseño de servicio construye el briefing real del proyecto y si es para un proyecto de Cohousing, el diseño de servicio es el proceso colectivo de toma de decisiones sobre las formas de vivir y sobre lo que los usuarios esperan que les pueda ofrecer el edificio.
El Cohousing es un modelo de vivienda donde se invierte este orden heredado de la arquitectura convencional en la que el arquitecto y el promotor deciden la propia arquitectura y el usuario accede a un volumen construido y estructurado en torno a una experiencia de usuario concreta y limitada. En estos casos las relaciones se construyen en torno a una maximización de los espacios privados y a la reducción de lo común en una banal piscina y las mínimas circulaciones. Esta arquitectura es propia de la sociedad que ha sido capaz de aniquilar las estructuras sociales existentes y de crear un paradigma donde la reunión de vecinos se ha convertido en algo cercano al infierno. Con este paradigma y una pérdida radical de la cultura de lo común es con lo que nos adentramos en el siglo XXI. Pero frente a esa realidad aplastante nos encontramos con una sociedad en profunda transformación y en una necesaria búsqueda de resiliencia. Un momento de resurgimiento de reflexiones en torno a lo común que están generando nuevas oportunidades de desarrollo en nuestra forma de vivir.
Al mismo tiempo presenciamos el agotamiento del sistema, el peak-oil, el nuevo empuje de la cultura del decrecimiento, las transition towns, etc. Se produce así una situación favorable para el empoderamiento ciudadano y la reorganización de lo común en campos donde lo público, agotado y casi sin recursos, no es capaz de llegar, desembocando a nivel urbano en la consecuente y necesaria reapropiación de las ciudades, de las plazas, de los edificios o incluso de las instituciones. La arquitectura debe prestarse abierta a entender esta nueva sociedad, que empoderada invierte los órdenes, construyendo primero comunidades proactivas que deciden con quién, dónde y cómo quieren vivir. Es justamente en el cómo donde realmente aparece esta nueva arquitectura, una arquitectura ahora con la función de ayudar a construir, consolidar y cuidar de estas nuevas estructuras sociales -la comunidad-, dotando para ello de los espacios oportunos que lo posibiliten. Se estructura un nuevo modelo de gestión del espacio, donde lo privado, lo público y lo común se ensamblan para conformar una esfera doméstica diversa y enriquecida. Será labor de la comunidad decidir la relación y usos concretos de cada uno de los espacios privados, públicos o comunes.
El arquitecto deja atrás la figura de creador omnipotente y abraza su nueva condición de acompañante de procesos de construcción colectiva.
“(…) Nunca más será la antigua ágora de Roma nuestro foro, sino aquellos otros tipos de sistemas llamados a establecer contactos y realizar actividades, del modo más corto y rápido. Nuestro objetivo futuro puede que no sea entonces saber cómo estructurar “edificios” sino como estructurar trayectorias.”
Metodología del proceso de participación para el codiseño de un edificio de Cohousing. (Ventanas de participación)
Llegados a este punto la cuestión que nos abordaría es: ¿Cómo desarrollar y diseñar un proyecto arquitectónico a través de un proceso de inteligencia colectiva como el que se plantea? Desde la oficina de arquitectura sAtt hemos desarrollado una metodología partiendo del concepto de Arquitectura Abierta. Entendemos la Arquitectura Abierta como un proceso de codiseño, una arquitectura no solo en manos del arquitecto sino abierta a una visión más compleja y transdisciplinar donde fundamentalmente el usuario, pero también otros agentes de diferentes disciplinas, participan en la concepción, la ideación, la reflexión y la estrategia. Una manera de afrontar la arquitectura que asegura una mejor relación en el futuro entre el usuario y el espacio, entre el contenido y el continente, debido a la estrecha colaboración en el proceso de diseño.
Pero existen muchos niveles de participación en un proceso de diseño. Un mundo de posibilidades entre el diseño de un edificio proyectado por un estudio de arquitectura de forma íntegra y absolutista (arquitectura convencional) hasta el autodiseño de un grupo de vecinos -previa formación normativa, urbanística, arquitectónica y experiencial- que toma por completo todas las decisiones. Entre los grises de esa escala hacemos uso de lo que hemos llamado ventanas de participación: niveles de participación definidos por el número de espacios generados para la información, la formación y la toma decisiones en común.
Enmarcamos así la complejidad del proceso en función de la cantidad de ventanas que decidamos habilitar en base a la complejidad estructural, los tiempos y una economía destinada al desarrollo de esta fase. Llamamos a esta fase proceso de socialización y corresponde con lo que anteriormente definimos como diseño de servicio. El proceso de socialización nos define el briefing del proyecto arquitectónico y los principios básicos de la comunidad. En definitiva, una radiografía del pensamiento común y colectivo.
Tecnologías de la participación: un espacio híbrido para la toma de decisiones
Y ahora, ¿cómo canalizamos ese pensamiento común? Vemos como de un tiempo a esta parte lo participativo está en boga. Una forma de relacionarnos utilizada como calificativo, pareciendo intentar asignar a algo una condición que antes no tuviera. Desde la oficina de arquitectura sAtt preferimos hablar de La Participación en mayúsculas. Entendemos que la participación no es una propiedad asignable a una relación, sino que es la relación misma. La oportunidad que nos damos de implicarnos como partes de un proceso, de crear una relación viva y mutable. Una forma de vernos, entendernos y pensarnos. Un lenguaje propio. Necesitaremos por tanto definir y comprender sus fonemas (dinámicas) y contar con herramientas específicas que nos ayuden a la traducción y transcripción en cada caso.
Dinámicas presenciales: Talleres
Reagrupamos las ventanas de participación antes mencionadas en diferentes talleres presenciales. En ellos y previo diseño de la dinámica, se trabaja con la comunidad en el proceso de codiseño. En el caso concreto de Entrepatios, comenzamos por la definición y relación de usos públicos y comunes, pasando por la estructuración de los usos privados y las tipologías de vivienda a ellos asociadas y llegando a una reflexión colectiva en torno a los niveles y modelos de sostenibilidad que se deseen alcanzar.
Dinámicas digitales: herramientas de participación
Para la construcción de un proceso transversal y capaz de organizar toda la complejidad asociada a él necesitamos de dinámicas y espacios que complementen lo presencial. Hablamos del espacio digital y del uso de herramientas que lo materialicen.
Consideramos fundamental entender que el verdadero detonante para la capacidad de acción colectiva radica en la fuerza del tejido social existente y de sus comunidades situadas en el territorio, pero creemos que no debemos olvidar que los espacios digitales pueden empoderar también a los físicos. Herramientas digitales que nos ayuden a expandir y amplificar el proceso más allá de lo físico. Un modelo en el que se habite el espacio digital, pero partiendo de lo presencial y como vivo reflejo de lo que allí acontece y no al contrario.
La definición de estas dinámicas digitales y las herramientas de debate online asociadas a ellas (tipo Loomio, Slack, Discourse, etc.) nos permiten ampliar el proceso de maduración colectivo para espacios de deliberación y toma de decisiones. La comunidad, -activa de forma digital en el tiempo intermedio entre los diferentes encuentros presenciales-, tiene la posibilidad de seguir madurando ideas generadas en lo presencial, o generar otras nuevas, que debatidas y trabajadas así previamente, llegarán al debate presencial partiendo ya desde lo colectivo, desde la escucha previa del otro.
Construir en definitiva procesos de inteligencia colectiva en los que la comunidad, en constante conexión, es capaz de desarrollar dinámicas de comunicación, deliberación y gestión más eficaces, más abiertas y más transparentes.
El disenso como herramienta de construcción en procesos de Inteligencia Colectiva
Innovación social, Participación, Arquitectura Abierta, Inteligencia colectiva, etc. a todas ellas hemos asociado a lo largo del texto una condición de mutabilidad, de cambio o de resiliencia, pero sin embargo no son estos conceptos más que mediadores entre quienes realmente sufren dichas mutaciones, cambios y necesidad de resiliencia: las personas.
Las personas, que enfrentadas a contextos de conflicto -en el mejor sentido de la palabra- personal y colectivo acaban desembocando en situaciones de aparente estancamiento generalmente asociadas a la toma de decisiones. Frustraciones compartidas por no alcanzar el ansiado acuerdo, la decisión por fin cerrada, el consenso. Sin embargo, desde la oficina de arquitectura sAtt nos gusta pensar que no son los consensos la piedra filosofal de la participación sino precisamente aquellos contextos de conflicto los que generan los vínculos, los fortalecen y los hacen perdurar: los disensos.
Los procesos de inteligencia colectiva deben fraguarse sobre la incertidumbre y solidificarse sobre la inseguridad de quienes participan de él. ¿Cómo si no? Si contáramos con una persona totalmente segura de qué, cuándo y cómo hay que hacer las cosas, adiós al proceso. Se acabó el construir en colectivo. Se acabó la participación. Serán los disensos, pequeños espacios de oportunidad que la incertidumbre y las inseguridades nos regalan, los que nos permitan seguir creciendo en colectivo.
Las metodologías, dinámicas y herramientas en este texto planteadas, lejos de buscar seguridades rotundas y afirmaciones cerradas, buscan abrir procesos de maduración en los que construir por lo común. Metodologías, dinámicas y herramientas capaces de señalar, organizar, jerarquizar y madurar los disensos.
REFERENCIAS
- Entrepatios.org
- Diagonal, (23 de Octubre de 2016) “Tener una casa sin comprar, alquilar ni ocupar”.
- El País, (20 de junio de 2016) “Hay otras vías para tener una casa».
- El diario.es, (19 de Enero de 2015) “Cómo crear en comunidad tu casa».
- Morin E. (1993). “El desafío de la globalidad”, Archipiélago nº 16, 66-72.
- Ostrom E. (1990). Governing the Commons. The Evolution of Institutions for Collective Action. Cambridge University Press. Cambridge.