Comunicación presentada al IV Congreso de Ciudades Inteligentes
Autores
- Iria López-Carreiro, Investigadora, TRANSyT, Universidad Politécnica de Madrid
- Andrés Monzón, Catedrático de Transportes, TRANSyT, Universidad Politécnica de Madrid
Resumen
Las estrategias de ‘movilidad inteligente’ adquieren particular interés en las ciudades contemporáneas. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, se desconoce el alcance de las mismas. El proyecto examina el término y analiza la ‘movilidad inteligente’ como una combinación entre sostenibilidad e innovación (tecnológica). A partir de este enfoque, se diseña un marco para evaluar y comparar ciudades de acuerdo con la ‘inteligencia’ de sus sistemas de transporte. La metodología propone identificar indicadores cuantitativos capaces de analizar la movilidad urbana a través de un parámetro sintético: el ‘Índice de Movilidad Inteligente’. A pesar del carácter universal del Índice, el estudio se centra en el ámbito español, con una selección de seis ciudades de diferentes escalas y tipologías urbanas. Los resultados destacan las variables que más impactan en la ‘inteligencia’ de la movilidad, permitiendo el diseño de políticas apropiadas de transporte y planificación urbana en la ruta hacia la ‘Smart City’.
Palabras clave
Smart City, Movilidad Inteligente, Inteligencia, Sostenibilidad, Innovación, Tipología Urbana
Introducción
La sociedad actual experimenta un profundo renacimiento urbano. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, en 2014 más de la mitad de la población mundial vivía en ciudades. Se prevé que para 2050, dicha cifra ascienda hasta el 66%. En Europa, el 75% de la población ya vive en áreas urbanas (Naciones Unidas, 2014). Como resultado, a día de hoy, la mayor parte de los recursos se consumen en las mismas. Las ciudades consumen más del 75% de la producción de energía mundial, y son responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (Naciones Unidas, 2014). De acuerdo con John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA), «la gestión de las áreas urbanas se ha convertido en uno de los desafíos de desarrollo más importantes del siglo XXI» (Naciones Unidas, 2014).
En este escenario –marcado por un singnificativo carácter dinámico– surge un nuevo paradigma urbano con el fin de abordar, de un modo innovador, los retos emergentes que las ciudades plantean: la ‘Smart City’. La primera generación de ‘smart cities’ propuso un enfoque tecno-céntrico, que impulsaba la aplicación de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) a las infraestructuras urbanas. En la actualidad, numerosos autores defienden que la ciudad inteligente debe extenderse más allá de la mera aplicación de la tecnología en el ámbito urbano, para reconocer también las necesidades de sus habitantes. Kramers et al. (2014), así como varios organismos europeos (CEN-CENELEC-ETSI) e internacionales (ITU) proponen el término ‘Smart Sustainable City’ en lugar de ‘Smart City’. De acuerdo con esta perspectiva, la implementación de soluciones basadas en las TIC no puede concebirse como un fin en sí mismo, sino como un medio para promocionar un desarrollo urbano sostenible. El papel de las TIC es fundamental como herramienta de optimización en la ‘ciudad inteligente’, entendida como un sistema de innovación en el que la población es el pilar central de un entorno con la mayor calidad de vida.
La evaluación de la ‘Smar City’, por tanto, debe considerar no sólo la eficiencia de sus estrategias innovadoras desde un punto de vista tecnológico, sino también la contribución de las mismas a los objetivos de sostenibilidad urbana en las dimensiones social, ambiental y económica. La gestión de la innovación –entendida como motor tecnológico de la ‘inteligencia’ urbana- resulta imprescindible para el desarrollo sostenible de las ciudades. Este enfoque ‘inteligente’ está también presente en el ámbito de la movilidad, un componente esencial del metabolismo urbano.
Movilidad urbana inteligente
Como en el caso de la ‘Smart City’, la ‘movilidad inteligente’ debe explorarse más allá de la implementación de estrategias de carácter puramente tecnológico. La sofisticación tecnológica (por sí misma) no siempre conduce a la ‘inteligencia’. Un sistema de movilidad verdaderamente ‘inteligente’ persigue la integración eficiente de la tecnología para mejorar la red urbana de manera holística y, sobre todo, la calidad de vida de los ciudadanos. En este marco, la innovación tecnológica debe gestionarse para apoyar a los sistemas de transporte urbanos desde una perspectiva sostenible. De acuerdo con este planteamiento, un sistema de movilidad no puede ser considerado ‘inteligente’ si no es también social, ambiental y económicamente sostenible. La innovación y la sostenibilidad se convierten en parámetros interdependientes.
A pesar de que distintas estrategias de ‘movilidad inteligente’ se han promocionado a nivel mundial, poco se conoce acerca del rendimiento y los resultados de la implementación de las mismas. A lo largo de los años la comunidad científica ha definido diversos índices con el objetivo de evaluar la movilidad urbana, partiendo de la premisa: “no se puede gestionar lo que no se puede medir”. Los índices son instrumentos capaces de simplificar fenómenos complejos de la realidad, facilitando su entendimiento. La Tabla I resume los principales Índices de Movilidad Urbana publicados en los diez últimos años. La mayoría de estos índices representan únicamente aspectos de sostenibilidad, mientras que la innovación -en términos tecnológicos- no se introduce hasta el estudio desarrollado por Garau et al, en 2015. Ninguno de los índices identificados en la literatura engloba conjuntamente las dimensiones de sostenibilidad e innovación.
Índice de movilidad inteligente
Objetivos
La novedad de este proyecto reside en el análisis del término de ‘movilidad inteligente’, así como en el diseño del índice correspondiente para su evaluación en el ámbito urbano. De acuerdo con la introducción del presente, la ‘inteligencia’ aúna las dimensiones de sostenibilidad e innovación (tecnológica) en el marco de la movilidad urbana. Por consiguiente, el Índice de Movilidad Inteligente (IMI) propuesto debe incluir estos dos aspectos, que a su vez engloban magnitudes sociales, ambientales, económicas y tecnológicas. Este Índice constituye una herramienta fundamental para sintetizar y simplificar fenómenos urbanos de carácter multidimensional y, consecuentemente, entender complejas redes desde una perspectiva holística.
Metodología
A partir de la definición establecida en el proyecto, se propone una metodología para evaluar la ‘movilidad inteligente’ en el ámbito urbano que comprende fundamentalmente los tres siguientes pasos: selección de indicadores capaces de examinar la noción de ‘inteligencia’, agregación de estos indicadores en índices y construcción de un indicador sintético de ‘movilidad inteligente’. Este tipo de análisis resulta esencial para poder conocer los beneficios (reales) de las estrategias ‘inteligentes’ que las ciudades implementan en sus sistemas de transporte.
En primer lugar, el proyecto desarrolla una exhaustiva revisión literaria con el fin de identificar el conjunto de indicadores apropiados para evaluar la ‘movilidad inteligente’ (Tabla II). Numerosos estudios aplican indicadores para analizar los diferentes sectores urbanos, incluida la movilidad. De acuerdo con la definición de ‘movilidad inteligente’ propuesta, los indicadores seleccionados deben ser capaces de evaluar la sostenibilidad social (SOS-S), ambiental (SOS-A), y económica (SOS-E), así como la innovación tecnológica (INN), de los sistemas de transporte urbanos.
A continuación, los indicadores seleccionados se agregan, construyendo un índice único para cada dimensión de la ‘inteligencia’ -sostenibilidad e innovación- y para cada ciudad analizada. El Índice de Sostenibilidad (ISOS) aúna las dimensiones social, ambiental y económica de un sistema de transporte urbano ‘inteligente’. Cada una de estas dimensiones se corresponde con un subíndice, cuya combinación se expresa en la Fórmula 1.
donde cada subíndice, a su vez, comprende un conjunto de cuatro indicadores cuantitativos que se agregan de acuerdo con las siguientes fórmulas aritméticas (Fórmulas 2, 3 y 4) (Garau et al, 2016).
Los pesos de las diferentes dimensiones de la sostenibilidad se toman de un estudio desarrollado por Alonso et al. en 2015, con un alcance similar al presente estudio en el contexto urbano.
De manera análoga, el Índice de Innovación (IINN) describe la dimensión tecnológica de un sistema de transporte urbano ‘inteligente’. Esta dimensión engloba un conjunto de cuatro indicadores mensurables cuya combinación se expresa a través de la Fórmula 5.
Finalmente, el proyecto propone calcular un indicador sintético que integra los anteriores índices, alineando las dimensiones de sostenibilidad e innovación: el Índice de Movilidad Inteligente (IMI) (Fórmula 6). Este Índice evalúa la ‘inteligencia’ de los servicios de transporte de una ciudad, considerando sus externalidades dentro del entorno urbano. El Índice de Movilidad Inteligente permite también comparar casos de estudio y, por consiguiente, identificar las estrategias más eficaces encaminadas a la consecución de una movilidad urbana ‘inteligente’.
El Índice de Movilidad Inteligente se representa gráficamente a través de una trama bidimensional en la que cada ciudad se caracteriza por su Índice de Sostenibilidad en el eje horizontal y su Índice de Innovación en el eje vertical (Figura 3). Esta figura permite establecer una correlación directa entre la ‘movilidad inteligente’ de las áreas urbanas que se analizan.
Casos de estudio
A pesar de que la metodología propuesta puede aplicarse en ciudades de todo el mundo, el proyecto centra su estudio en seis urbes españolas debido a la disponibilidad de los datos necesarios: A Coruña, Pamplona, Málaga, Zaragoza, Barcelona y Madrid. Los seis casos de estudio seleccionados permiten validar la metodología diseñada. No obstante, se debe aumentar el número de ciudades analizadas para poder obtener resultados conclusivos.
La elección de ciudades de diferentes escalas ofrece la posibilidad de establecer conexiones entre los conceptos de movilidad y tipología urbana.
Resultados
Los resultados del proyecto permiten evaluar las distintas ciudades desde una perspectiva social, ambiental, económica y tecnológica; esto es, ‘inteligente’ (Figura 2). El carácter comparativo de la metodología posibilita conocer las iniciativas que, implementadas por algunas urbes, mejor abordan los desafíos que plantea la movilidad en el marco de la ‘Smart City’. De este modo, se pueden identificar ejemplos de buenas prácticas que tomar como referencia en la ruta hacia las ciudades del futuro.
De acuerdo con la Figura 2, las ciudades españolas muestran bajas puntuaciones para los índices de sostenibilidad ambiental (ISOS-A) y económica (ISOS-E). Los índices de sostenibilidad social (ISOS-S) e innovación (IINN), en cambio, obtienen puntuaciones elevadas. Como muestra la Figura 4, Barcelona (IMI = 110,84) y Madrid (IMI = 99,53) resultan las ciudades más ‘inteligentes’ en términos de movilidad urbana; seguidas de Zaragoza (IMI = 92,81), Pamplona (IMI = 90,71), A Coruña (IMI = 78,62) y Málaga (IMI = 67,08).
Las ciudades de pequeña y mediana escala obtienen las puntuaciones más bajas en el marco de la ‘movilidad inteligente’. En general, las ciudades más ricas, compactas y de gran escala presentan sistemas de transporte más sostenibles e innovadores que el resto. Las áreas urbanas dispersas, al menos cuando carecen de una planificación apropiada, presentan sistemas social, ambiental y económicamente insostenibles (ONU-Hábitat, 2013). Según Naciones Unidas (2014), la coordinación e integración de las estrategias de movilidad y las actuaciones de planificación urbana constituye un requisito previo para la creación de ciudades sostenibles, donde la innovación debe concebirse como el motor de un crecimiento ‘inteligente’. En este contexto, una integración exitosa significa establecer un vínculo de interdependencia entre la organización de las redes de transporte y el desarrollo urbano de las metrópolis.
Conclusiones
El proyecto examina el significado del término ‘inteligente’ asociado al marco de la movilidad urbana. Esta ‘movilidad inteligente’ aúna los conceptos de sostenibilidad e innovación (tecnológica).
En la era contemporánea el crecimiento urbano parece imparable. Alcanzar el objetivo de una ‘movilidad inteligente’, que impulse patrones innovadores y sostenibles, es uno de los grandes retos a nivel mundial, que anhela ciudades socialmente amigables, ambientalmente eficientes y económicamente competitivas. En este paradigma urbano, las nuevas tecnologías desempañan un papel fundamental. Sin embargo, no deben considerarse como un fin en sí mismas, sino como un medio para ofrecer soluciones innovadoras que permitan construir ciudades más habitables. Promover un desarrollo urbano integrado y sostenible resulta fundamental para alcanzar ciudades más atractivas y resilientes.
El desarrollo de metodologías como la presente permite evaluar la ‘inteligencia’ de las estrategias de movilidad que una ciudad impulsa, así como sus externalidades en el contexto urbano. El Índice de Movilidad Inteligente que se propone es capaz de identificar las debilidades y fortalezas de los diferentes sistemas de transporte, facilitando la definición de políticas adecuadas en los ámbitos de la movilidad y la planificación urbana. Conocer los desafíos que cada ciudad enfrenta en el presente resulta esencial para poder diseñar la ruta hacia la ‘Smart City’ del futuro.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento al Programa Propio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Referencias
- Alonso, A., Monzón, A., & Cascajo, R. (2015). Comparative analysis of passenger transport sustainability in European cities. Ecological Indicators, 45, 578–592. http://dx.doi.org/10.1016/j.ecolind.2014.09.022.
- Centro de Investigación del Transporte (2016). Informe Observatorio de la Movilidad Metropolitana. Informe OMM 2014.
- Costa, P. B., Morais Neto, G. C., & Bertolde, A. I. (2017). Urban Mobility Indexes: A brief review of the literature. Transportation Research Procedia, 25, 3645–3655. http://dx.doi.org/10.1016/j.trpro.2017.05.330.
- Garau, C., Masala, F., & Pinna, F. (2015). Bechmarking smart urban mobility: A study on Italian cities. Computational science and its applications—ICCSA, 2015, lecture notes in computer science (LNCS) 612–623. http://dx.doi.org/10.1007/978-3-319-21470-2.
- Garau, C., Masala, F., & Pinna, F. (2016). Cagliari and smart urban mobility: Analysis and comparison. Cities, 56, 35–46; http://dx.doi.org/10.1016/j.cities.2016.02.012; Elsevier Ltd.
- Kramers, A., Höjer, M., Lövehagen, N., & Wangel, J. (2014). Smart sustainable cities—Exploring ICT solutions for reduced energy use in cities. Environmental Modelling and Software, 56, 52–62; http://dx.doi.org/10.1016/j.envsoft.2013.12.019; Elsevier Ltd.
- Naciones Unidas (2014). World urbanization prospects: The 2014 revision. http://dx.doi.org/10.4054/ DemRes.2005.12.9 Highlights (ST/ESA/SER.A/352), New York, United.
- ONU-Habitat (2013). Planning and design for sustainable urban mobility: Policy directions. http://dx.doi.org/10.1002/1521-3773(20010316)40:6<9823:AID-ANIE9823>3.3.CO;2-C.