Comunicación presentada al III Congreso Ciudades Inteligentes:
Autores
- Concha Chapa Monteagudo, Ingeniero de Caminos, CTO, Consultora, AccityMAPS
- José Antonio Cascales Moreno, Jefe Área Movilidad y Accesibilidad, Consorcio Reg. Transportes Madrid
- Lucía Chapa Monteagudo, CEO,Consultora, AccityMAPS
- Luis Miguel Pérez Ruiz, Gerente, Asociación Desarrollo y Promoción de la Mancha Norte de Ciudad Real
- Eugenio García-Rojo López-Tello, Gerente, Grupo de Acción Local Asociación para el Desarrollo Rural Integrado de Tierra de Campos-Zona Norte de Valladolid (ADRI Valladolid Norte)
- Mª José García Carrasco, Gerente, Asociación de desarrollo Montes Norte
- Concepción Escribano Mayo, Técnico, Asociación de desarrollo Montes Norte
Resumen
La presente comunicación tiene por objeto dar a conocer una actuación que pretende ser transcendente para los territorios rurales, a través de la elaboración una norma elaborada en el entorno del Comité Técnico de Normalización de Ciudades Inteligentes de AENOR (AEN/CTN178), que incluye los avances necesarios para dotar de las características “Smart” a esos ámbitos territoriales rurales. La temática que se recoge en la ponencia incluye los grandes aspectos siguientes: – Antecedentes. -Elaboración de la Norma sobre “Gestión Inteligente de Territorios Rurales”. -Proyección futura. Se da la circunstancia que el equipo redactor de esta Comunicación es el mismo equipo que está redactando la presente norma española.
Palabras clave
Territorios Rurales Inteligentes, Smartland, Innovación, Máximo Respeto a sus Costumbres
Antecedentes
El proceso de maduración del concepto de la “Ciudad Inteligente” ha sido relativamente largo, persistiendo todavía en la actualidad una gran cantidad de definiciones que, aunque coinciden en muchos aspectos que parecen básicos, difieren en bastantes matices o detalles, incluso de cierta importancia.
Ante un escenario en el que primaba un enfoque orientado preferentemente a la prestación eficiente y tecnológica de los servicios municipales, sobre los que se ponía un gran énfasis en su integración para aprovechar sinergias y optimizar recursos, los redactores de esta norma han considerado oportuno introducir algunos enfoques adicionales, tales como la orientación más dirigida hacia las personas, la accesibilidad, la inteligencia en territorios rurales y el valor de ciertas empresas de reducida dimensión para la prestación de algunos servicios especializados, etcétera.
La dimensión es una magnitud poderosa que permite o dificulta muchos de los desarrollos que se atribuyen a la ciudad inteligente. La falta de una “masa crítica” actúa frecuentemente en contra de los entornos rurales y, sin embargo, parece lícito y hasta muy conveniente, no renunciar a la categoría de “inteligente” en esos territorios. Si un municipio no dispone de los recursos necesarios o de las condiciones precisas por si solo para alcanzar la suficiencia en cuanto a la gestión inteligente, puede ser que coordinado con otros próximos sí llegue a alcanzar la dimensión necesaria para lograrlo.
A partir de estas consideraciones se define un nuevo concepto que fuimos pioneros en denominar “Territorio Rural Inteligente” o “SmartLand” en su acepción en lengua inglesa. Este concepto es de una efectiva aplicación en España, donde se da un fenómeno bastante marcado, que es el de la existencia secular de diferentes tipos de acuerdos de asociación y colaboración entre municipios que muy bien pueden servir de fundamento para el desarrollo de los Territorios Rural Inteligentes.
En los territorios rurales existen gran cantidad de sectores y aspectos específicos que no tienen parangón en las grandes ciudades y en otros casos los mismos sectores o aspectos, existentes en ambas realidades, sin embargo, difieren sustancialmente. Entre lo que no guarda ninguna posible relación, se encuentra la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y una serie de aspectos como las señas de identidad, la idiosincrasia propia de sentimientos arraigados, estilos de vida que los territorios rurales no comparten con las grandes ciudades. La consecuencia básica de esta diferenciación es que no es posible efectuar transposiciones directas de las normas relativas a las ciudades inteligentes a los territorios rurales.
La gestión eficiente de entornos rurales es una exigencia de los tiempos y en ellos las Tecnologías de la Información y la Comunicación (en adelante TIC) tienen su punto de aplicación. Esto debe ser así fundamentalmente porque la población de un entorno rural no debe tener en ningún caso unas condiciones de vida peores que la de las ciudades y debe poder exigir que la prestación de los servicios de su ayuntamiento sea igualmente efectiva, útil y de calidad para satisfacer sus necesidades, a la vez que se ha de lograr que la acción municipal sea así mismo eficiente. La ventaja esencial de un Territorio Rural Inteligente reside en la aplicación de instrumentos integrados y coordinados de gestión a través de las TIC entre todas las entidades locales que lo componen, compartiendo recursos y logrando una eficacia extendida en la acción municipal de cada uno de ellos.
La gestión del Territorio Rural Inteligente propiciará la mejora del entorno económico y social, que posibilitará la generación de nuevas oportunidades (empleo), retener talento y favorecer flujos demográficos positivos.
Las anteriores argumentaciones justificaban la redacción de la primera Norma sobre la gestión Inteligente de Territorios Rurales. Estos planteamientos fueron llevados por la Empresa AccityMAPS, quien los ideó e impulsó, y el Grupo de Desarrollo Rural PROMANCHA (Asociación para el Desarrollo y la Promoción de la Mancha Norte de Ciudad Real, hoy “Mancha Norte: Desarrollo e Innovación”) que los avaló como territorio pionero, a la Sesión del Plenario del Comité 178 sobre Ciudades Inteligentes de AENOR del 2 de octubre de 2015, que los asumió unánimemente a través de la aprobación de un nuevo Grupo de Trabajo, el GT 1.3 “Gestión Inteligente de Territorios Rurales”, perteneciente al SC 3 “GOBIERNO Y MOVILIDAD” del mencionado CTN178 para la elaboración de la norma propuesta. La receptividad y el entusiasmo fueron inmediatos desde el primer momento en que se comunicó la nueva iniciativa, formándose un equipo promotor muy compacto, experto y entusiasta. Antes de la efectiva constitución del Grupo de Trabajo se sumaron otros dos grupos de desarrollo rural, de forma que así se lograba cubrir un amplio abanico tipológico de los territorios rurales existentes en nuestro país, Montes Norte, también en Castilla la Mancha y Tierra de Campos en Castilla y León. Los coordinadores promotores, junto con los tres territorios, han configurado el equipo de trabajo compacto y muy bien conjuntado que se está dedicando a delimitar la elaboración de la norma y su efectiva redacción.
Es de destacar que la Norma de referencia ha suscitado importantes expectativas en las reuniones de los comités internacionales de normalización y en la actualidad se considera como del máximo interés dentro del CTN 178 junto con la Norma sobre Destinos Turísticos Inteligentes.
Elaboración de la Norma sobre Gestión Inteligente de Territorios Rurales
Los trabajos de elaboración de la Norma se han acometido mediante la cumplimentación de una serie de capítulos, de entre los cuales ya se han avanzado los dos primeros:
Capítulo I: Planteamientos generales y metodología. Se incluye:
Antecedentes y justificación (ya descrito); objetivos; Criterios de Aplicación; Objeto y campo de aplicación de la Norma; Síntesis metodológica y de contenidos; Definición de Territorio Rural Inteligente.
Capítulo II: Caracterización y clasificación. Se incluye:
Normativa sobre organizaciones administrativas territoriales. Funciones y competencias; Principales aspectos funcionales de caracterización de los entornos rurales; Principales elementos de caracterización en función de la prestación de servicios municipales o mancomunados, públicos y privados; Clasificaciones de territorios rurales por tipos relevantes.
Seguidamente se abordará lo relativo a los procesos de evaluación a través de indicadores y de acreditación de niveles, para concluir con unas recomendaciones finales.
Se describen a continuación las principales tareas desarrolladas en el capítulo I.
Objetivos
El objetivo básico es promover unas condiciones de vida para los habitantes de los territorios rurales que sean equiparables a las de las ciudades inteligentes, con el máximo respeto a sus costumbres y su personalidad propia. La mejora de las condiciones de vida que se persiguen obtener, como resultado de la gestión inteligente de Territorios Rurales, ha de redundar en la consecución de otras ventajas que constituyen importantes objetivos derivados debido a un indudable atractivo para habitar en esos entornos, contrarrestando la emigración a las ciudades que tantos perjuicios produce en esos municipios y entornos rurales, que también llega a originar problemas de arraigo personal y dificultades o deseconomías de aglomeración y de escala en las macro urbes sobre dimensionadas.
Pero las características de inteligencia que comúnmente se aplican a las smartcities, en el caso de los territorios rurales inteligentes necesitan extenderse a ámbitos espaciales que exceden a los de los límites geográficos las propias ciudades, por lo que el objetivo de Planificación Territorial resulta básico para la elaboración de la presente Norma.
Los principales objetivos derivados del básico que se ha enunciado se plantean atendiendo a planteamientos de sostenibilidad económico-financiera, social y medio ambiental. Son los siguientes:
Equiparación con las ciudades inteligentes; Fomentar el empleo de calidad; Retener población residente; Localizar empresas y empleo; Retener talento; Reforzar los sectores tradicionales; Promover sectores innovadores punteros; Reducir la brecha digital; Mejorar la integración social de todas las personas; Mejorar las situaciones de dependencia: Mejorar los sistemas sanitarios y asistenciales; Mejorar los sistemas educativos y de formación; Promover una mejora eficiente de las comunicaciones físicas, la movilidad y el transporte; Promover las mejores cotas de comunicación telemática; Promover la mejora de la prestación de los diferentes servicios; Potenciar la Administración Electrónica; Promover la colaboración pública-privada y potenciar las posibilidades de financiación extra presupuestaria; Promover las Plataformas Ciudadanas; Apoyar firmemente el emprendimiento; Implantar plataformas de datos abiertos (OPEN DATA) y de libre explotación de grandes bases de datos (BIG DATA) de interés para reutilizadores; Potenciación de Internet de las Cosas (IoT); Trabajar en la búsqueda continua de oportunidades; Promover la mejora de Sistemas de Seguridad para la Protección de Personas y Bienes”.
Criterios de aplicación
Los principales criterios de aplicación para abordar una metodología consistente y útil en las labores de desarrollo de la Norma se desprenden directamente del objetivo básico que se ha enunciado y son:
1. La agrupación o asociación de municipios para obtener sinergias que posibiliten la obtención de una masa crítica a partir de la cual se genere una mejor prestación de los servicios públicos y una gestión más eficaz a la vez que eficiente de los correspondientes territorios.
2. La promoción del uso de la tecnología y, especialmente, de las TIC, Tecnologías de la Información y la Comunicación, como instrumentos que también son de utilidad y han de tener su aplicación en los territorios. Es condición necesaria o criterio condicionante básico, que la tecnología empleada resulte útil, rentable, eficaz, eficiente, accesible y sostenible.
3. La orientación centrada directamente en los análisis sobre esos ámbitos espaciales para no incurrir en carencias ni sesgos de importancia. No se trata de transponer o adaptar las especificaciones y los desarrollos normativos pensados para ser aplicados en las ciudades inteligentes a los territorios rurales, sino todo lo contrario.
Una vez analizada a fondo la problemática de los territorios rurales, establecidos los diagnósticos pertinentes y alcanzadas las conclusiones consecuentes con todo el proceso, del que se han de desprender las recomendaciones básicas que se consideren oportunas, la Norma no impide evaluar el posible aprovechamiento de algunos resultados del entorno de las smartcities que sean transportables y ya hayan sido convenientemente estudiados.
Objeto y campo de aplicación de la Norma
Esta Norma define el concepto de la denominada inteligencia (Smart) aplicada a los territorios rurales de una forma equivalente en lo esencial a lo definido para las smartcities, tomando en consideración las diferencias específicas entre estos ámbitos. Establece los requisitos que ha de cumplir un Territorio Rural Inteligente y las funciones, relaciones, características y pautas de gobierno por las que debe regirse, considerando aspectos estructurales y organizativos, referentes a los servicios, el empleo, la sostenibilidad, la participación de la iniciativa privada, etcétera. Establece procedimientos aplicables a los territorios rurales con el fin de:
- Incorporar dicho territorio a la línea de progreso Smart, a través de la delimitación de varios niveles y mediante un recorrido normalizado.
- Establecer un sistema de mediciones basados en criterios de eficacia, eficiencia, interoperabilidad y transferibilidad.
- Evaluar el nivel Smart de un territorio en un escenario determinado.
Para emprender la elaboración de la norma, ya se han acometido importantes tareas de corte científicamente novedoso, de entre las que destacan las siguientes:
- Desarrollo completo de la metodología de “Mapas de Empatía” para entender en profundidad las necesidades reales y percibidas de los Territorios Rurales, con el fin de marcar los objetivos de la Guía fundamentados en los más adaptados y por lo tanto mejores criterios.
- Delimitación de los principales retos, miedos y objetivos de los Territorios Rurales.
- La metodología empleada de los Mapas de Empatía ha servido para la verificación, corrección y aprobación definitiva los “objetivos” y “campo de aplicación” del Grupo de Trabajo.
- Análisis previo del primer índice tentativo de la Guía. Documento de base, aportaciones y correcciones.
- Primeros análisis sobre la propuesta de definición de “Territorio Rural Inteligente” y culminación de la definición definitiva.
Síntesis metodológica y de contenidos
Además de los capítulos iniciales dedicados a centrar los ámbitos, recopilar y estructurar las fuentes y los datos de partida y analizar toda la información generada, la Norma se dedica fundamentalmente a:
A) La definición de una metodología que permita una clasificación y una caracterización adecuada de los Territorios Rurales e indique cuales han de ser los atributos que ha de satisfacer cada uno de los diferentes tipos de territorio rural inteligente, unos comunes y otros específicos, delimitando funciones, relaciones y pautas de gobierno.
B) La delimitación de una metodología destinada a la evaluación del nivel smart de los Territorios Rurales y la descripción de una hoja de ruta adecuada para el desarrollo creciente de niveles y su acreditación para satisfacción de los Territorios Rurales Inteligentes.
A su vez, la definición de Territorio Rural Inteligente ha sido fruto de un elaborado proceso previo en el que se ha aplicado una metodología apoyada en técnicas muy novedosas, incorporando experiencia y diversidad estructural. A través de todo ello se han detectado las necesidades y aspiraciones diferenciales que han de caracterizar a los modernos Territorios Rurales Inteligentes, las cuales se concretan en los aspectos de caracterización del concepto que queda ha quedado finalmente definido.
En cuanto a la clasificación y la caracterización de los diferentes Territorios Rurales, previamente a su consideración como objeto de su desarrollo smart, ha sido necesario planear y desarrollar una metodología coherente desde la perspectiva técnica, para lo que se precisa abordar los correspondientes análisis funcionales con el rigor necesario. El procedimiento consiste en analizar las principales características de los territorios rurales para que, a continuación y a partir de los conocimientos obtenidos y la delimitación de todas los atributos asociados a cada uno de ellos, sea posible proceder a establecer clasificaciones funcionales que se articulen mediante grupos lo más homogéneos posible y lo más diferenciados unos de otros. A partir de estos análisis de agrupación en categorías, se establecen las definiciones correspondientes a las características comunes o de tipo general y aquellas otras que se adecuan a cada clase de territorio rural. El propósito es complejo pero abordable y el método desarrollado garantiza consistencia, fiabilidad y la mejor representatividad posible, siempre y cuando se aborde con la profundidad y el nivel de detalle requeridos. Dada la naturaleza del desarrollo pretendido, el método de corte científico, descrito esquemáticamente en su vertiente teórica, ha precisado en este caso de una importante cobertura práctica, para la que también se ha previsto un esquema integrado en la metodología general del proceso. La faceta práctica consiste en la orientación, aplicación, validación del método y especialmente de los resultados y recomendaciones a uno o varios entornos rurales piloto. Para ello y a lo largo de todas las fases y tareas de desarrollo de la Norma, se ha contado desde los comienzos con la estrecha colaboración de tres diferentes territorios rurales. El interés de contar con la participación activa de estos territorios, la conveniencia de sus aportaciones y las necesidades de coordinación entre ellos y con ellas, han constituido una evidente fuente de complejidad que se comprende simplemente al recordar que se trata de tres territorios y de todos los municipios que los integran, lo que hace que se pongan en escena gestiones, problemáticas, datos y una gran cantidad de cuestiones de varias decenas de municipios. Finalmente se ha adoptado una clasificación primaria de los territorios rurales y otras de segundo orden. La primaria ha seguido en gran medida los planteamientos de la Ley 45/2007, que contempla los tres tipos de territorios rurales siguientes:
- Territorios Rurales a revitalizar.
- Zonas rurales intermedias.
- Zonas rurales periurbanas.
La parte de la Norma destinada a evaluar la situación de cualquier territorio rural con respecto a su desarrollo Smart y a ofrecer una hoja de ruta con recomendaciones, niveles a superar y acreditaciones de haberlos alcanzado, se ha apoyado en una metodología en la que se han diseñado sistemas de indicadores, con sus formulaciones, métricas y entornos de valoración.
Finalmente, la norma se completa con la delimitación de protocolos de seguimiento, post evaluación y las vías de acceso a los diferentes niveles de desarrollo Smart.
Definición de Territorio Rural Inteligente
A partir del proceso metodológico seguido, se ha llegado al establecimiento de la siguiente definición:
Territorio Rural Inteligente es el área socioeconómica formada por una red de entidades locales caracterizadas por el predominio del sector primario y sus actividades derivadas, que bajo los principios de eficiencia y eficacia, cooperan entre ellas para mejorar la sostenibilidad en sus tres vertientes (desarrollo económico, cohesión social y respeto medio ambiental) y la calidad de vida, impulsando la innovación, la gobernanza y participación de la ciudadanía en la mejora de los servicios a la población y en la búsqueda de su singularidad competitiva en un entorno globalizado, sin renunciar a sus señas de identidad propias, teniendo como herramientas principales para alcanzarlos las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
Proyección futura
El proceso de desarrollo se seguirá conforme al índice establecido, habiéndose previsto ya la evolución de los contenidos de todas las reuniones (de periodicidad habitualmente mensual) del Grupo de Trabajo hasta la culminación de la norma. Se prevé que la redacción de la Norma esté completamente redactada para pasar a la fase de Información Pública en octubre de este año 2017.
Se espera una importante repercusión en el ámbito rural, que está precisado de un instrumento normativo que promueva la equiparación de las condiciones de vida en sus territorios y potencie el atractivo de los mismos.
Para ello se prevén una serie de acciones y recomendaciones que recogerá la Norma, de entre las que destacan, entre otras, las especificaciones de los planes de estrategia Smart rural y las acreditaciones por niveles, así como la delimitación de hojas de ruta de desarrollo Smart rural.
Así mismo, los redactores de la presente comunicación, que ya hemos trabajado como vocales activos en otros grupos de trabajo del CTN178 para la elaboración de las correspondientes normas (como la ya publicada de open data, la de redes de transporte, las dos diferentes de accesibilidad, etcétera) tenemos previsto continuar con el desarrollo de otras normas sectoriales rurales en el marco del mencionado Comité.