Comunicación presentada al III Congreso Ciudades Inteligentes:
Autores
- Mr. Nils Finn Lumholdt, Director de la Planta Optibag, Ayuntamiento de Oslo
- Stefan Holmertz, Presidente, Envac Optibag
- Carlos Bernad, Presidente, Envac Iberia
Resumen
En este artículo abordamos el desafío que supone para las ciudades la inminente obligatoriedad de separar la fracción orgánica de los residuos ubanos para la consecución de los objetivos de la Unión Europea. A este respecto, mostramos las ventajas que presenta el modelo de separación de residuos mediante un sistema óptico (Optibag), apoyándonos en la experiencia recabada a partir de la implantación y operación del sistema en la ciudad de Oslo. Analizamos en qué consiste este modelo de recogida de residuos sólidos urbanos, caracterizado por su gran efectividad y el alto volumen de separación en origen que se obtiene, debido, entre otras razones, a la enorme facilidad de que dispone el Ciudadano para deshacerse del residuo. Ya probado con éxito en más de veinte ciudades europeas, se trata de un sistema muy intuitivo para el ciudadano, que no incrementa el coste del servicio de recogida al no requerir ni de un mayor número de rutas de camiones de basura, ni de unidades adicionales de contenedores en la calle. Las Ciudades Inteligentes adoptan sistemas que, además de aportar tecnología, con el fin de conocer en tiempo real el uso que hacen los ciudadanos de las infraestructuras y servicios públicos (de manera que pueda mejorarse la planificación de estos recursos), hacen más cómoda y agradable la vida de las personas en los enclaves urbanos y mejoran la calidad del entorno.
Palabras clave
Smart City, Gestión de Residuos, Recogida de Residuos, Selección Óptica, Sistema Inteligente, Planificación Urbana, Separación de Residuos, Separar por Colores
La instalación de Oslo, ciudad de vanguardia
Oslo es una ciudad espléndida que reúne numerosas construcciones de gran valor histórico; situada sobre el fiordo del mismo nombre, se encuentra rodeada por montañas de poca altitud, puesto que tan sólo está 19 metros por encima del nivel del mar. La ciudad tiene en total 40 islas y 343 lagos dentro de sus límites y está dividida por el río Akerselv; además de un hermoso entorno natural con numerosos bosques, colinas y lagos que ocupan dos terceras partes de la ciudad.
La decisión de instalar una planta de selección óptica de residuos en la ciudad surgió en el año 2008, en el preciso momento de asumir como objetivo la reducción al 50% de las emisiones de CO2 en el 2030. Entre las diferentes medidas que había que aplicar para alcanzar esa meta, figuraba la necesidad de separar la fracción orgánica, con el objetivo de alcanzar el 50% de su reciclaje en 2018. Alcanzar esta meta suponía introducir en el sistema 500.000 nuevos contenedores de basura, con su elevado coste de inversión y mantenimiento, e incrementar el número de vehículos para las nuevas rutas, lo que afectaría muy negativamente al medio ambiente, debido a las emisiones de CO2. Asimismo, las viviendas deberían dotarse de espacios adicionales para albergar un nuevo contenedor. Por lo que respecta a las vías públicas, en algunas zonas deberían eliminarse plazas de aparcamiento para situar los nuevos cubos, mientras que en otras esta solución era inviable. Incluso la posibilidad de dejar de colocar en algunas zonas el número correcto de cubos por estas limitaciones no era asumible, dado que supondría una traba para que el ciudadano colaborase activamente.
La instalación Optibag de Oslo, la más relevante de las inversiones realizadas en los últimos años, comenzó a operar en 2010, da servicio a 617.000 personas, gestiona 150.000 ton/año y separa tres fracciones: orgánica (bolsa verde), plástico (bolsa azul) y resto (bolsa sin diferenciación).
El sistema de separación óptica de residuos permite evitar todos los problemas de logística comentados y hace mucho más fácil contar con la colaboración de los ciudadanos, precisamente porque con este modelo resulta más cómodo el depósito del residuo, una vez que se explica su funcionamiento. El uso de colores desde el origen, la propia casa, es algo que todo ciudadano entiende, puesto que ya existe esta diferenciación en los cubos de la calle. Pero sobre todo se entiende mucho mejor que sea una máquina la que necesita ese color para diferenciar cada fracción.
Así mismo, este sistema mejora el transporte y la calidad del residuo (ver video). La construcción de una incineradora y una planta de biogás permitieron, además, transformar el residuo y que éste no terminase en el vertedero.
En 2008, en la ciudad de Oslo, no se reciclaba nada que proviniera de residuos orgánicos, mientras que en 2015 se alcanzaba ya la tasa del 37%, con una tendencia creciente año tras año. Este logro ha sido posible gracias a la enorme aceptación del sistema óptico, que resulta mucho más cómodo para el ciudadano. A éste no le importa separar los residuos en casa; pero le incomoda tener que depositar luego cada bolsa en el contenedor correspondiente.
Separar las fracciones por colores
Optibag es un sistema de clasificación óptica de bolsas de basura diferenciadas por colores. Con este sistema, los usuarios llevan a cabo la separación de los residuos de la misma manera en que hasta ahora lo hacían, pero de forma más intuitiva. Sólo necesitan usar bolsas de colores que luego depositarán, todas juntas, en un mismo contenedor, el que actualmente esté implantado en su zona.
El mismo camión que viene prestando el servicio recogerá el contenedor con las bolsas de colores y las compactará. Para el ciudadano, el sistema es más lógico y cómodo: facilita el depósito de los residuos separados en origen y es la tecnología la que luego hará el trabajo de separación, sin aumentar los costes de la recogida. La separación óptica de residuos consigue eliminar la creencia errónea de que no sirve de nada separar por que las bolsas de los cubos se echan en el mismo camión. Además, hace que el transporte de residuos sea más eficiente y lógico, eliminando rutas por las calles.
Sistema de Selección Óptica de Residuos – Así funciona una planta
Cuando el camión llega a la planta, las bolsas son volcadas en una gran tolva, cuya dimensión depende del número de habitantes que vaya a ser servido. Un suelo móvil en el fondo de la tolva mueve las bolsas acumuladas hacia una cinta transportadora inclinada (APRON), que eleva los residuos hasta la cota necesaria y garantiza un flujo constante de ellos en función de la capacidad de la planta.
Las bolsas pasan a un sistema de cintas transportadoras que, tras sucesivas aceleraciones, colocan las bolsas en filas separadas por una distancia aproximada de un 1 metro entre ellas. Cada línea puede gestionar entre 7 y 9 toneladas de residuos por hora. Posteriormente, las bolsas atraviesan un área de detectores ópticos, cada uno de los cuales está asociado a un color/fracción de residuos.
Cuando una bolsa pasa bajo un detector, un dispositivo denominado PUSHER empuja la bolsa del color que tiene asociado y la separa del flujo. A partir de esta operación, cada bolsa, en función de su color, es conducida a grandes contendedores diferenciados. Se obtiene así un altísimo nivel de calidad de las fracciones recogidas. Y finalmente, una vez almacenados los residuos en contenedores, éstos son retirados a su destino final para su aprovechamiento
Oslo – Un ciclo basado en la gestión de los residuos (ver video5)
Gracias al sistema de recogida y reciclaje de las distintas fracciones, se ha conseguido cerrar el ciclo para conseguir:
- Energía: que proviene de los Residuos (RDF) – Calefacción de distrito 840 GWh, proporciona CALOR a 840.00 hogares
- Electricidad: 100-160 GWh para las escuelas de Oslo
- Capacidad total: 410.000 t/año, 100.000 t/año de importación RDF
- Planta de Biogás:
- CBG de saneamiento: 2,2 mill Nm3/a
- LBG de residuo orgánico: 4,5 mill Nm3/a
- Para los Usuarios, de acuerdo venta con distribuidor AGA:
- 6 estaciones de servicio en Oslo, para usuarios privados
- Flota municipal de 87 autobuses
- 72 camiones de recogida
- Bio-fertilizante para 100 industrias agrarias
- Reciclado de Plástico
- Cada ciudadano de Oslo produce al año 25 Kg de plástico, que se envían a una planta de reciclado en Alemania. Un kilo de plástico reciclado equivale a 2 kilos de petróleo
Otras ciudades que utilizan OPTIBAG
Actualmente, existen más de 20 instalaciones Optibag en Europa. La primera de ellas comenzó a funcionar en 1994 en Borås (Suecia); actualmente son más de 20 millones los usuarios que utilizan el sistema diariamente en Suecia, Noruega y Francia. Estudios realizados señalan que el grado de pureza de cada fracción conseguido con sistemas ópticos de separación de residuos supera el 90%.
El reto de recoger selectivamente el residuo orgánico en España
Durante las últimas décadas, la recogida y gestión de residuos ha supuesto, y aún sigue suponiendo, uno de los mayores gastos para las Entidades Locales, que, de forma obligatoria, deben proporcionar los medios adecuados para la recogida de las diferentes fracciones. Esta tarea, de forma generalizada, se viene realizando mediante contenedores y rutas de recogida diferenciadas.
Se trata de un modelo que implica, por parte de las corporaciones locales, la dedicación de importantes recursos económicos, tanto en mano de obra como en maquinaria. ISWA (12016-2022 Report on Littering and Street Cleansing in European Cities and Towns. ISWA, Grupo de Trabajo sobre la Recogida y Tecnología Transporte publicó un informe acerca de la basura ISWA)
El nuevo Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) desarrolla las políticas que permitirán a España cumplir con los objetivos establecidos por la CE en la Estrategia 2020 que, entre otros, incluye incrementar el reciclado hasta el 50% de los residuos y promover la recogida separada de los residuos orgánicos para su valoración.
Hoy en España sólo se recicla el 34% de los residuos, en fecha muy reciente, la CE ha elevado ese objetivo hasta el 70% para el año 2.030
A partir de la aprobación de este Plan, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales deberán desarrollar las medidas necesarias para recoger de forma separada la fracción orgánica. La consecución de este objetivo acarreará un incremento de los costes de la recogida selectiva, que puede ser superior a 350 millones de euros al año en toda España, según la FEMP. A este incremento de costes, hay que añadir, un aumento del número de cubos ocupando la vía pública, los actuales se sumarán los nuevos contenedores de basura orgánica, y la incorporación de otra nueva ruta de camión por las calles. En suma, se verá afectada la movilidad de las personas y los vehículos en la vía pública y se producirá una mayor presión contaminante, debido a un muy importante incremento del número de rutas de camiones recolectores. En cualquier caso, y con independencia de la fórmula que finalmente se adopte, es evidente que la separación de la fracción orgánica constituye una necesidad para lograr los objetivos marcados en el PEMAR2 y, con ellos, la Estrategia 2020 establecidos por la CE para mejorar el medio ambiente.
Integración del sistema óptico de separación de residuos, al modelo Smart City
Capacidad
Una planta de separación óptica puede constar de una línea de separación, que serviría para 2 fracciones diferentes, o de las que se considere necesario. Cada línea de separación tiene una capacidad de 7 a 9 tons/hr. Es decir, una planta con tres líneas de separación, 8 horas al día, tiene una capacidad anual de 50.000 toneladas. Estas plantas son fácilmente escalables, se adaptan al número de habitantes que haya que servir y a las fracciones a recoger, en función de los requerimientos futuros.
Eficiencia de separación
Cada detector óptico tiene un ratio de éxito de un 80%. Los diseños se realizan para que cada bolsa pase un mínimo de 2 veces por un detector asociado a su color, así se incrementa la separación hasta el 96%. Optibag permite elevar el reciclaje de los residuos y cumplir así tanto con la Directiva Europea (incrementar el reciclado hasta el 50%), como con la correspondiente ley estatal de residuos (Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminantes), que establece que las CCAA cuenten ya, desde este mismo año, con sus respectivos planes de recogida selectiva.
Consumo Energético
Una planta estándar con tres líneas tiene una potencia instalada de 140KW. Sin embargo, la potencia simultánea en situación normal de uso se sitúa entre un 30% y un 50% de la potencia instalada. El consumo energético varía dependiendo del número de líneas y fracciones y la experiencia demuestra, que está comprendido entre 3 y 6 KWh por tonelada.
Disminución del tráfico rodado y ahorro del espacio público
El sistema tradicional, vigente actualmente en la mayor parte de las ciudades, supone una mayor ocupación del espacio público e importantes inversiones en contenedores y camiones, con el consiguiente incremento del tráfico y de la emisión de gases. El sistema Optibag permite utilizar un solo camión para la retirada de los residuos, en lugar de destinar un vehículo específico para cada fracción, que tanto encarece los costes.
Conclusiones
El sistema de separación óptica de residuos se ha revelado como uno de los mejores aliados de las corporaciones locales para alcanzar el objetivo de incrementar hasta el 50% el reciclado de residuos, según la normativa comunitaria en el horizonte del 2020, posibilitando en el tiempo una mejora continuada de este ratio. Paralelamente, permite liberar espacio y tráfico de camiones en las vías públicas y reducir el impacto ambiental en las ciudades. Su implantación produce un considerable ahorro de costes, que compensa la inversión ocasionada por la planta. El número de habitantes servidos es el punto de equilibrio para que la inversión sea rentable, y varía principalmente en función del número de fracciones. El sistema Optibag mejora la calidad de las fracciones recogidas, como se ha demostrado en Escandinavia, en un grado muy superior al que están en disposición de ofrecer los sistemas tradicionales (mediante contenedores y camiones).