El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea ha publicado la Brújula Digital Comunitaria, que identifica cuatro desafíos para las plataformas digitales comunitarias: ecosistemas de plataformas fragmentados, interacción humana confiable, brechas de habilidades digitales y sobreingeniería de herramientas. Además, proporciona orientación para ofrecer servicios comunitarios públicos centrados en el ser humano.

La Brújula Digital Comunitaria aborda los desafíos técnicos y sociales a la hora de traducir la valorización del conocimiento y la participación comunitaria en plataformas digitales adecuadas.
En un contexto en el que las plataformas digitales comunitarias no siempre cubren las necesidades reales, el documento incluye información sobre plataformas digitales comunitarias en las áreas de acceso, ambiciones de la plataforma, interacción, experiencia de usuario, integraciones, seguridad y privacidad, y presupuesto, además de herramientas de análisis y listas de verificación diseñadas para ayudar a seleccionar las soluciones digitales óptimas.
Estos materiales permiten a los responsables políticos y líderes comunitarios comprender y explorar las dimensiones sociales y técnicas del diseño de plataformas, alinear las perspectivas políticas y de TI, y definir las funciones de gestión comunitaria mediante un análisis detallado de sus características.
Plataformas digitales centradas en la comunidad
La Brújula Digital Comunitaria afirma que una serie de tendencias permitirán abordar los principales desafíos de las plataformas digitales centradas en la comunidad. En el caso de la interacción humana confiable, destaca que será clave el equilibrio entre la seguridad y la accesibilidad de los datos para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.
Para abordar las brechas de habilidades digitales, son necesarias plataformas simples y con un diseño accesible que motiven a los usuarios a participar en los espacios online. Por su parte, la sobreingeniería de las herramientas debe centrarse en la facilitación social y en garantizar espacios seguros.
Por último, frente a los ecosistemas de plataformas fragmentados es necesario establecer centros de interacción digital para canalizar las relaciones entre la ciudadanía y las administraciones públicas, así como vincular las iniciativas locales con marcos más amplios para el intercambio de conocimientos.
En conclusión, el documento refleja que los objetivos políticos y las prácticas comunitarias deben evolucionar en paralelo, y que tendencias tecnológicas como las soluciones de código abierto proporcionan modelos escalables para la construcción de comunidades en línea con los valores de inclusión y protección de datos.