El Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (Cordis) de la Unión Europea ha publicado los resultados del proyecto CityCLIM (Next generation city climate services using advanced weather models and emerging data sources), que ha desarrollado una plataforma en la nube que ofrece diversos servicios climáticos basados en modelos meteorológicos avanzados y diversas fuentes de datos para que las administraciones y la ciudadanía puedan combatir el cambio climático, especialmente el fenómeno de las islas de calor urbano, y construir ciudades resilientes para un futuro sostenible. Valencia ha sido una de las ciudades piloto, junto con Karlsruhe (Alemania), Tesalónica (Grecia) y Luxemburgo.

La subida de las temperaturas, que continúan batiendo récords cada año, pone en riesgo a la creciente población urbana. De hecho, alrededor de la mitad de las ciudades del mundo han padecido un aumento de la exposición al calor en las últimas cuatro décadas y, según el Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea, más de 1.700 millones de personas en todo el mundo están en peligro.
Más concretamente, un artículo publicado por el proyecto europeo Early-Adapt sostiene que más del 4% de la mortalidad estival en las ciudades europeas es atribuible a las islas de calor urbano.
El aumento del calor y la acumulación de contaminantes se ven favorecidos cuando los desarrollos urbanos modifican las propiedades térmicas y radiativas de los paisajes naturales, lo que afecta a la salud pública, a las infraestructuras y a la productividad laboral, por lo que es necesario utilizar todas las fuentes de datos disponibles para identificar los puntos conflictivos. Este era el principal cometido del proyecto CityCLIM, que se ha desarrollado entre octubre de 2021 y septiembre de 2024 bajo la coordinación de OHB System (Alemania).
Con un presupuesto de 4.997.790 euros financiado por la Unión Europea, ha contado con socios de Alemania, España, Suiza, Austria, Luxemburgo y Grecia. Entre los socios españoles, se encuentran la Universidad de Valencia y el Ayuntamiento de Valencia.
Fuentes de datos
CityCLIM ha reunido diversas fuentes de datos para desarrollar servicios y apoyar estrategias de mitigación y adaptación para afrontar el impacto de las islas de calor urbano y otros peligros relacionados con el cambio climático.

Se han utilizado datos de estaciones de sensores situadas tanto en las ciudades como en áreas metropolitanas, que han medido la temperatura, las precipitaciones, la humedad y los indicadores de contaminación. Las estaciones profesionales se han complementado con los datos de estaciones meteorológicas de ciencia ciudadana, como sensores móviles en bicicletas y otras fuentes locales de recogida de datos. Todo esto se combinó con un modelo urbano de previsiones meteorológicas para las ciudades. Además, se han usado datos de observación de la Tierra, que han medido las temperaturas de la superficie desde un satélite, complementados con la identificación de los materiales de la superficie y datos ópticos sobre el verdor actual de la vegetación.
Las herramientas resultantes se han desarrollado de acuerdo con las necesidades de las ciudades piloto, resolviendo las carencias existentes y apoyando la aplicación práctica de las soluciones desarrolladas en el marco del proyecto.
Ciudades piloto
En Valencia las herramientas desarrolladas en el marco del proyecto CityCLIM contribuirán tanto a la gestión interna como a la externa. Internamente, conllevan beneficios para abordar desafíos climáticos mediante la predicción de olas de calor y la orientación de las decisiones de planificación urbana del consistorio. Externamente, aportarán información a la ciudadanía para generar interés y participación pública. Está previsto que los resultados obtenidos se incorporen a los servicios de ciudad inteligente de Valencia para proporcionar información de valor.

En el marco del proyecto, la ciudad española ha proporcionado datos sobre calidad del aire y condiciones meteorológicas recopilados a través de su red de vigilancia y prevención de la contaminación atmosférica y acústica. Estas estaciones miden contaminantes como dióxido de azufre (SO₂), monóxido de carbono (CO), ozono (O₃), óxidos de nitrógeno (NOₓ) y partículas en suspensión (PM), además de variables meteorológicas como viento, temperatura, humedad y precipitaciones.
Como parte del proyecto, Valencia ha instalado dos nuevas estaciones meteorológicas para ampliar la red existente en la ciudad, mejorar la monitorización ambiental y facilitar la toma de decisiones en la planificación urbana mediante datos meteorológicos más precisos.
Adicionalmente, los valencianos han formado parte de una campaña de medición y recopilación de datos basada en ciencia ciudadana, instalando estaciones meteorológicas en sus balcones, terrazas y edificios públicos. También han utilizado dispositivos móviles durante sus desplazamientos en bicicleta o coche para monitorizar las condiciones ambientales en movimiento, aportando información en tiempo real al proyecto.

En el caso de la ciudad de Luxemburgo, se han instalado varios sensores meteorológicos adicionales en ubicaciones estratégicas y se ha impulsado la difusión de los resultados para dar visibilidad al proyecto con la colaboración del medio de comunicación nacional RTL, que ha integrado un mapa de sensación de calor en su sección meteorológica.
En cuanto a Tesalónica, ha enriquecido su red de vigilancia medioambiental con la instalación de nuevas estaciones meteorológicas y con la participación de varios ciudadanos, que han contribuido a la medición de la temperatura y la humedad relativa utilizando sensores móviles en sus recorridos. Como resultado, los mapas del pronóstico del tiempo se han integrado en el sitio web oficial de la Región de Macedonia Central.
Por último, Karlsruhe también ha utilizado sensores fijos y móviles, estos últimos colocados en bicicletas de ciudadanos voluntarios que han medido la temperatura en sus desplazamientos. La ciudad alemana ha integrado en su mapa urbano el servicio de información sobre calor urbano y ha creado una sección propia para el pronóstico de la temperatura, con un mapa interactivo y un texto explicativo que proporcionan información sobre qué hacer durante olas de calor.
Servicios climáticos urbanos
A través del análisis de la información recabada, el proyecto CityCLIM ha desarrollado servicios climáticos que están disponibles en una plataforma abierta basada en la nube. Se trata de la Plataforma Genérica de Clima Urbano (GCCP, por sus siglas en inglés), una solución de Software as a Service (SaaS) que integra diversas fuentes de datos climáticos, incluidas mediciones en superficie y datos aéreos y satelitales, para ofrecer un avanzado modelo meteorológico urbano.

Abierta a la integración de otros componentes y servicios, la plataforma actúa como un centro integral de servicios climáticos urbanos para ayudar tanto a las administraciones municipales como a la ciudadanía a comprender, predecir y responder a los desafíos relacionados con el clima.
Entre los resultados de CityCLIM, se encuentran los servicios climáticos para la ciudadanía (sensación de calor, contaminación, olas de calor, portal del clima, etc.). Estos informan, conciencian, alertan e involucran a la ciudadanía en la mitigación del cambio climático.
El proyecto también ha creado herramientas para las administraciones municipales, que apoyan la toma de decisiones de gestores urbanos y responsables políticos, permitiendo analizar, simular e implementar estrategias climáticas urbanas sostenibles frente a los impactos del cambio climático (calor, contaminación, flujo de aire, etc.).

Por ejemplo, el servicio de identificación de islas de calor urbano aplica un modelo meteorológico urbano mejorado que predice temperaturas extremas en toda la ciudad. De este modo, la ciudadanía vulnerable puede evitar los lugares que vayan a experimentar mucho calor o prepararse para tomar medidas que mitiguen el impacto.
Por su parte, el servicio de simulación y mitigación de las islas de calor urbano permite a los usuarios modificar la estructura de la ciudad, por ejemplo, pavimentando una zona verde, para a continuación mostrar el consiguiente impacto en la temperatura. Esta solución ayuda a los gestores urbanos a encontrar las mejores opciones para la mitigación y adaptación climática.
Todas estas herramientas son escalables y transferibles a otras ciudades, así como están estructuradas de tal manera que pueden ampliarse a otras aplicaciones distintas del calor urbano.