La compañía Endesa ha iniciado una prueba piloto de cómo serán las infraestructuras eléctricas del futuro. Ha instalado en Barbens (Lleida) un centro de transformación 100% digitalizado y con todas las tecnologías que hay en el mercado. Estas herramientas no solo mejoran la calidad y la continuidad del servicio a los clientes, sino que también allanan el camino para la electrificación y la descarbonización de la sociedad. Esta prueba piloto se extenderá, en primera instancia, a toda Cataluña y después al resto de territorios donde Endesa está implantada.
Con este tipo de intervenciones, Endesa trabaja con un triple objetivo: absorber puntas de demanda concretas, el consumo de nuevos clientes que lo soliciten y reforzar el incremento de demanda que pueda producirse en el futuro como consecuencia del aumento del uso de la electricidad producida a partir de energías renovables con el fin de reducir el uso de tecnologías que emiten CO2.
Soluciones de digitalización en media y en baja tensión
La unidad instalada en Barbens aglutina en un solo equipo todas las soluciones de digitalización tanto en media como en baja tensión a través de una serie de dispositivos avanzados. La máquina cuenta con un transformador autorregulable que supervisa automáticamente sus cargas para equilibrar y estabilizar en todo momento las tensiones de la infraestructura y evitar sobrecargas que podrían provocar alteraciones en el suministro a los clientes. Este elemento es crucial dada la cada vez mayor presencia de autoconsumos o de vehículos eléctricos conectados a la red.
También incorpora sensores avanzados para vigilar el estado de las líneas de baja tensión y controlar posibles desequilibrios. Además, estos aparatos permiten planificar nuevas conexiones, detectar puntos calientes y contribuyen a vincular la conexión entre las acometidas y el cliente.
Detectores de paso de corriente y concentradores de telegestión
Este aparato dispone también de detectores de paso de corriente, sistemas que revelan, si es el caso, en qué punto exacto de la red no pasa energía, con lo que se agiliza la resolución de incidencias. Estos detectores van asociados al LARS (Localización de Averías y Reposición de Suministro), un sistema automático que funciona cuando se produce una incidencia como si fuera un operador virtual, de manera que desde el mismo sistema del centro de control se realizan automáticamente las maniobras necesarias en la red para aislar incidencias y reponer el suministro de forma más rápida.
El LARS se encarga de gestionar los telemandos y está previsto que en el futuro se pueda hacer mucho más, ya que se está trabajando para integrar datos históricos, mapas de obras en las calles y previsiones meteorológicas, entre otras, con el fin de que el sistema pueda determinar con mayor precisión y rapidez en qué punto de una línea se ha producido una incidencia y así poder actuar más rápidamente en caso de averías producidas, por ejemplo, por tormentas.
Finalmente, el nuevo centro de transformación dispone de concentradores de telegestión (que gestionan la lectura de los contadores, ya digitales) y están dotados con sistemas de telemandos, unos dispositivos de actuación remota que permiten controlar y maniobrar la red a distancia desde el centro de control de la compañía. Esta característica posibilita que el tiempo de respuesta sea mucho más rápido en caso de una eventual incidencia, ya que agiliza la localización de la avería a la vez que permite la maniobra de la red a distancia. La automatización permite reducir hasta un 20% el tiempo de afectación a los clientes.