A partir de abril de 2025, los municipios españoles deberán implementar un nuevo sistema de tasas para la recogida de residuos urbanos en cumplimiento con la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que busca aplicar el principio de ‘quien contamina paga’, repercutiendo en cada ciudadano el coste real del servicio según su uso. Hablamos con Carlos Bernad, CEO de Envac Iberia y presidente de Envac EMEA, que profundiza en los desafíos y oportunidades que esta legislación representa, así como en la tecnología de recogida neumática de residuos de la compañía.
ESMARTCITY: La Ley 7/2022 establece que para abril de 2025 todos los municipios deben implementar una tasa que refleje el coste real de la recogida de residuos, aplicando el principio de ‘quien contamina paga’. ¿Qué implica esta medida para los ayuntamientos? ¿Y para la ciudadanía?
Carlos Bernad: Esta medida implica que cada domicilio deberá asumir el coste real por la gestión de los residuos que genera. Ahora bien, una cosa es la teoría y otra la práctica, que en este caso representa desafíos importantes de cara a implementar un modelo de esta naturaleza.
En teoría, la normativa impondría a los ayuntamientos la obligación de establecer sistemas que permitan identificar y cuantificar la cantidad de residuos producidos por cada usuario, lo que necesariamente conlleva una adaptación significativa de las infraestructuras actuales y una inversión considerable. Para los ciudadanos, representaría un cambio en la forma de facturación del servicio, incentivando prácticas más sostenibles y responsables en la generación de residuos.
ESMARTCITY: Con la infraestructura actual de contenedores y camiones, ¿es factible implementar este sistema de pago por generación en el plazo establecido? ¿Existen tecnologías que faciliten la implementación del pago por uso en la recogida de residuos?
C. Bernad: La tecnología de recogida actual, basada principalmente en contenedores en la vía pública y camiones recolectores, presenta dificultades para cumplir con estos nuevos requerimientos en el plazo establecido. La identificación y pesaje individual de los residuos serían complejos de implementar con los sistemas actuales, ya que requerirían la instalación de identificadores en los contenedores, que son elementos móviles y sujetos a desgaste, en tanto que están sometidos a impactos durante las operaciones de descarga en los camiones.
La recogida neumática es una tecnología que ya permite la identificación y pesaje de los residuos de forma individualizada. Tenemos el caso práctico de Corea del Sur, en el que los sistemas neumáticos identifican al usuario y miden el volumen de residuos que deposita cada vez. Como todo el mundo sabe, este sistema utiliza una red subterránea de tuberías para transportar los residuos desde los puntos de generación hasta una central mediante succión de aire.
Los puntos de vertido fijos, ubicados dentro de los edificios o en zonas comunes, con las adaptaciones correspondientes, podrían facilitar la identificación de los usuarios mediante dispositivos de control de acceso y evaluar la cantidad de residuo introducido, ya sea por volumen o por peso. Otras ventajas añadidas de los sistemas neumáticos son su capacidad para mejorar la estética y la higiene urbana al eliminar los contenedores de la vía pública.
ESMARTCITY: ¿Qué municipios en España cuentan ya con sistemas de recogida neumática de Envac? ¿Cómo les benefician ante la nueva normativa?
C. Bernad: Actualmente, 25 ciudades en España cuentan con más de 60 sistemas de recogida neumática de Envac operativos. Estos municipios tendrían una adaptación más sencilla a los nuevos estándares que exige la normativa europea, ya que sus sistemas, con las necesarias adaptaciones, permitirían la identificación y cuantificación de los residuos por usuario, facilitando la implementación del principio de ‘quien contamina paga’.
ESMARTCITY: Además de los desafíos tecnológicos, ¿qué otros retos enfrentan los ayuntamientos para cumplir con esta legislación?
C. Bernad: Existen desafíos jurídicos significativos. Cada municipio podría interpretar y aplicar la normativa de manera diferente, lo que podría generar desigualdades entre ciudadanos de distintos municipios. Por ejemplo, algunos ayuntamientos consideran establecer una tasa basada en los metros cuadrados de la vivienda, lo que podría resultar discriminatorio, ya que no necesariamente refleja la cantidad de residuos generados. Es fundamental que la implementación de esta normativa se realice de manera armonizada y con la colaboración entre la administración central y los ayuntamientos para evitar conflictos legales y asegurar una aplicación equitativa.
ESMARTCITY: En otros países europeos, ¿qué modelos se utilizan para financiar el servicio de recogida de residuos urbanos? ¿Podría explicarnos algún ejemplo?
C. Bernad: En Europa varios países han adoptado el sistema de ‘pago por generación’, donde la tasa de residuos varía según la cantidad y tipo de residuos que cada usuario genera. Por ejemplo, en algunas regiones de Bélgica los ciudadanos utilizan cubos identificados con un chip que permiten pesar la basura generada: cuantos menos residuos producen, menos pagan. Este sistema ha logrado reducir significativamente la cantidad de residuos generados y ha mejorado las tasas de reciclaje.
En Suiza se utilizan bolsas de basura oficiales que los ciudadanos deben comprar, el coste de las bolsas financia el servicio de recogida, incentivando a los ciudadanos a generar menos residuos. En Bergen, Noruega, se utiliza un sistema neumático de Envac que permite facturar un sobrecoste al usuario cuando supera el uso acordado. Gracias a una medición volumétrica en cada buzón de vertido, se calcula la cantidad de residuos depositados por vivienda. Si se excede un determinado umbral, el ayuntamiento aplica un cargo adicional al usuario.
ESMARTCITY: Por último, ¿qué recomendaciones haría a los ayuntamientos españoles para una transición efectiva hacia este nuevo modelo de gestión de residuos?
C. Bernad: Como he comentado, creo que sería beneficioso buscar una armonización en la aplicación de la normativa, colaborando las entidades locales con la administración central para desarrollar modelos equitativos y eficientes, evitando así disparidades y posibles conflictos legales. Además, es esencial seguir promoviendo campañas de concienciación ciudadana para fomentar hábitos responsables en la generación y separación de residuos.