La nueva estrategia urbana ‘Logroño Circular’, que aplica un enfoque integral de circularidad en las actuaciones y contratos de la ciudad, plantea un uso más eficiente, sostenible e innovador de los recursos en ámbitos como los espacios verdes, el agua, la energía, los residuos o la movilidad. Los criterios de ciudad circular ya se han aplicado en el nuevo contrato de mantenimiento de zonas verdes y en la incorporación de autobuses más sostenibles a la flota municipal.
El Ayuntamiento de Logroño ha presentado esta estrategia social, tecnológica, ambiental, saludable y económica, que hace frente a desafíos locales como el consumo de agua, materiales y energía; generación de residuos, movilidad contaminante, emisiones de la calefacción, necesidad de más espacios verdes, rehabilitación edificatoria, regeneración urbana y espacios de adaptación climática; inundaciones y falta de aprovechamiento y almacenamiento del agua de lluvia, y ruido y emisiones atmosféricas.
Así, incluye 32 medidas que engloban varios proyectos en el marco de seis ejes: minimización de la utilización de recursos naturales, gestión del ciclo de agua, infraestructura verde y azul sostenible y biodiversa, espacios urbanos saludables, comercio y empresa, y transversalidad activa, innovación y economía.
La estrategia parte de un estudio realizado por un equipo de técnicos municipales y miembros de la comunidad universitaria, en el que se ha calculado el potencial productivo que podría llegar a tener la ciudad optimizando al máximo las posibilidades en las grandes áreas de generación de recursos.
Teniendo en consideración la situación de partida, Logroño pretende aprovechar las oportunidades energéticas que ofrece la ciudad empleando tecnologías limpias para llegar a ser excedentaria en materia de energía. También en el ámbito del agua, mediante el aprovechamiento de las posibilidades de optimización y reutilización, corrigiendo fugas y recirculando el agua residual.
Igualmente, busca mejorar en el vector del reciclado de residuos y reducir las emisiones de CO2. En el último caso, se centrará en tres factores: disminución del consumo energético, incremento de la capacidad de absorción de emisiones con la ampliación de espacios verdes y un mayor reciclaje de residuos.
El avance hacia el objetivo de conseguir una ciudad circular conllevará la integración de los diferentes servicios públicos y la implicación del sector privado y de la propia ciudadanía bajo una perspectiva de sostenibilidad, circularidad, almacenamiento y autosuficiencia.
Los espacios verdes se incrementarán en 300.000 m2
El concepto de circularidad integral se ha aplicado ya al nuevo contrato para modernizar el mantenimiento de espacios verdes, que se incrementarán en 300.000 m2. Incluye criterios de digitalización, eficiencia energética e hídrica, movilidad sostenible, adaptación al cambio climático, tipologías de infraestructura verde en la ciudad, economía circular, biodiversidad y gestión de plagas y enfermedades.
Logroño contaba hasta el momento con una superficie aproximada de zonas verdes de 4.574.850 m2, de los cuales los parques urbanos en pradera con césped ocupan un espacio de 1.725.950m2, a los que hay que sumar la superficie de parques en zona forestal, que supone 2.848.900 m2. El número total de árboles en la ciudad está en torno a las 42.000 unidades. A ellos, se suman a partir de este mes de julio los 2.260 m2 del parque Princesa Leonor, que aplica criterios de circularidad.
Este nuevo parque dispone de un sistema inteligente de control de riegos en césped y planta arbustiva por goteo enterrado, con lo que se reduce la evaporación y pérdida de agua. El agua de riego que filtra se almacena en cajones subterráneos que permiten su recirculación en nuevos riegos y el aprovechamiento de aguas de escorrentía de lluvias.
Además, cuenta con un sistema inteligente de alumbrado nocturno con tecnología de gestión del flujo lumínico y LED, un espacio de sombra para crear una isla bioclimática, materiales reciclados en el mobiliario urbano y una pavimentación que reduce el efecto térmico y favorece el almacenamiento de agua.
El próximo paso será la aplicación del enfoque de circularidad desde el diseño de los nuevos parques de El Camino y Las Tejeras (Toyo Ito). En ellos se implantará tecnología solar fotovoltaica para el alumbrado, la masa vegetal se dispondrá con arreglo a estrategias de sostenibilidad, el mobiliario urbano estará compuesto por materiales reciclados que permitan la reparación y se instalará un tanque natural para el almacenamiento de agua de lluvia que se podrá utilizar para el riego. Así, el agua para el riego procederá de procesos circulares de aguas recicladas, bien consuntivas de la estación de tratamiento de agua potable, subterráneas urbanas, excedentarias de regadíos, residuales depuradas o procedentes de la planificación de esponja hidrológica del agua de lluvia.
Objetivo ‘3-30-300’
El proyecto de espacios verdes autosuficientes se enmarca en el plan para crear un anillo verde que rodee la ciudad. Además, la estrategia ‘Logroño Circular’ plantea el desarrollo de infraestructura verde en toda la ciudad.
En este sentido, se ha establecido el objetivo ‘3-30-300’: tres árboles por ciudadano, 30% de cobertura de sombra vegetal y no más de 300 metros de distancia de cada ciudadano a un espacio verde. Actualmente, hay un árbol por logroñés, el dosel vegetal es de un 8% y hay zonas en las que vive población a una distancia a un parque superior a la indicada. Así, varias intersecciones y calles se convertirán en espacios más naturalizados con la colocación de jardineras, la búsqueda de otras soluciones de carácter verde y asegurando el cumplimiento del objetivo en las zonas de nuevo desarrollo urbano.
Gestión del agua
Otro objetivo de la estrategia ‘Logroño Circular’ es el máximo aprovechamiento de las aguas regeneradas para usos secundarios, como el riego de áreas verdes y el baldeo de espacios viarios. Abarca las aguas que se desechan de los pretratamientos y procesos iniciales de la potabilizadora y la depuradora, las aguas subterráneas urbanas que se acumulan en algunas zonas de la ciudad o las aguas excedentarias del sistema de regadío agrícola.
En algunos casos, el agua desechada puede ser el origen de problemas de inundación si no se encauza adecuadamente, como ocurre con la lluvia. Para abordar este reto, el Ayuntamiento de Logroño trabaja en proyectos de integración hidrológica y ambiental en el norte de la ciudad, en la zona del barranco de Oyón, y en la zona sur.
En el último caso, se derivarán aguas superficiales de áreas inundables para su almacenamiento controlado en redes pluviales, así como se desarrollará un corredor que se convertirá en un nuevo espacio verde con un itinerario ciclopeatonal, revegetación con especies autóctonas y mobiliario urbano.
Paralelamente, el consistorio trabaja en un proyecto de eficiencia hidroenergética, mejora tecnológica y reutilización de aguas para riego en diversos parques y jardines de la ciudad. Se sustituirá el riego con agua potable por agua no tratada. Para ello, se mejorarán y reacondicionarán las infraestructuras existentes y se diseñarán y ejecutarán nuevas instalaciones con la finalidad de implantar un sistema de riego inteligente y centralizado.
En concreto, se actuará en los parques de Valdegastea, La Isla-Samalar-Concordia, Pozo Cubillas-San Antonio, los de los barrios de Piqueras-Cascajos, el de San Adrián y el de San Miguel.
Energía, movilidad y contaminación acústica
La estrategia ‘Logroño Circular’ también busca captar los recursos energéticos renovables disponibles en el ámbito geográfico local y mejorar la eficiencia en el uso de los mismos, haciendo uso de tejados y cubiertas de edificios públicos y privados, así como de otros espacios públicos. En esta línea, este mes de julio ha comenzado la segunda fase de la instalación de placas solares fotovoltaicas en centros educativos públicos y el Ayuntamiento de Logroño está considerando la implantación de comunidades energéticas en el ámbito urbano e industrial, que contribuyan a avanzar hacia la autosuficiencia y la neutralidad climática.
En materia de movilidad incluye dos nuevos autobuses de gas natural comprimido (GNC), con altos estándares de seguridad y accesibilidad, que ya se han incorporado a la flota municipal en las líneas 1 (Hospital San Pedro-Lardero) y 2 (Yagüe-Varea), las que registran un mayor porcentaje de viajes. Estos vehículos casi no emiten óxidos de azufre (SOx), consiguen una reducción de más del 96% en óxidos de nitrógeno (NOx), de cerca del 95% en partículas contaminantes y del 38% en dióxido de carbono (CO2). Además, producen una menor contaminación acústica.
Dentro de las acciones para reducir la contaminación acústica, figuran la instalación de 145 puntos de recarga para vehículos eléctricos de acceso público, nuevos pasos elevados, limitadores de velocidad, la finalización de la Ronda Sur o una campaña para controlar motos ruidosas.
La estrategia de ciudad circular de Logroño es una iniciativa viva que irá evolucionando al ritmo de los resultados conseguidos, los avances tecnológicos, los nuevos retos que puedan ir surgiendo y la disponibilidad presupuestaria procedente de la corporación local y de otras administraciones.