El Ayuntamiento de Valencia ha adjudicado a la empresa Pavapark el contrato para el suministro y la instalación de los sensores necesarios para la gestión de 2.000 plazas de aparcamiento, reservadas para personas con movilidad reducida (PMR) y carga y descarga.
Esta actuación, que cuenta con financiación de los fondos europeos Next Generation, tiene por objeto mejorar la circulación a través de una gestión óptima del espacio público y, en concreto, el uso de las plazas PMR y de carga y descarga. A su vez, mejorará el medio ambiente y acelerará los objetivos del Plan Estratégico de Ciudad Inteligente de Valencia.
La empresa Pavapark ha sido seleccionada por presentar la mejor oferta frente a las otras cinco mercantiles aspirantes que alcanzaron la fase final de la licitación. El contrato tiene una duración de 24 semanas y el presupuesto máximo es de 982.242,33 euros.
El Servicio de Ciudad Inteligente del Ayuntamiento de Valencia, en colaboración con la entidad pública Red.es, se encarga del desarrollo del proyecto para que la ciudadanía pueda acceder en tiempo real a la información sobre el estado de las plazas sensorizadas a través de la aplicación móvil AppValencia y el Geoportal. De esta manera, se espera disminuir el tráfico y el ruido que supone la búsqueda de aparcamiento.
Por su parte, los servicios municipales dispondrán de una herramienta de análisis para identificar mejoras en la movilidad y supervisar, de forma eficiente, el cumplimiento de la normativa sobre el uso adecuado del espacio público.
Tercera fase de sensorización de plazas de aparcamiento
A finales del año pasado, la ciudad de Valencia contaba con 1.098 sensores de estacionamiento en plazas PMR, de carga y descarga, y paradas de taxi. A estas se les suman 250 plazas adicionales de carga y descarga y PMR en el marco de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI) del barrio del Cabanyal.
Con el nuevo contrato adjudicado, el sistema de parking inteligente se ampliará en 2.000 plazas de aparcamiento. Una vez desplegada esta tercera fase, la ciudad contará con cerca de 3.500 plazas sensorizadas.
Los sensores son de tipo magnético y pueden estar enterrados bajo la superficie tanto en el centro de la plaza de estacionamiento como en el bordillo o la acera. Disponen de un sistema de calibración automático basado en las rotaciones ejercidas por los vehículos, lo que permite mantener la fiabilidad de detección a lo largo del tiempo, con una adaptación rápida a los cambios del entorno sin intervención humana. A través de tarjetas SIM, los sensores envían la información a la plataforma VLCi, para que se pueda trasladar a la ciudadanía en los canales de difusión pública.
Mediante un sistema de colores, los servicios municipales podrán conocer en todo momento si la plaza sensorizada está libre (verde), no disponible (azul), ocupada de manera incorrecta (rojo) o averiada (blanco parpadeando). La nueva plataforma de gestión generará alarmas ante el tiempo excesivo de estacionamiento en zonas PMR y carga y descarga.