La ‘Perspectiva de vehículos eléctricos’ 2024, publicada por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), refleja que 2023 fue un año récord en lo referente a las ventas mundiales de vehículos eléctricos y que la cantidad de puntos de recarga públicos aumentó un 40% respecto al año anterior. También prevé que casi uno de cada cinco vehículos en la Unión Europea será eléctrico para 2030, lo que conllevará una reducción de las emisiones contaminantes. De la misma manera, recoge que la infraestructura de recarga debe multiplicarse por seis para 2035 con el fin de alcanzar un nivel de despliegue de la movilidad eléctrica acorde con los objetivos establecidos.
Bajo el título ‘Global EV Outlook 2024. Moving towards increased affordability’, esta publicación anual aborda el desarrollo de la movilidad eléctrica en todo el mundo, combinando el análisis de datos históricos con proyecciones hasta 2035.
El estudio subraya que, en el primer trimestre de 2024, las ventas crecieron aproximadamente un 25% en comparación con el mismo período de 2023, similar a la tasa de crecimiento observada en el mismo período del año anterior, pero desde una base mayor. La cantidad de vehículos eléctricos vendidos a nivel mundial en los primeros tres meses de este año es prácticamente equivalente a la cantidad vendida en todo el año 2020.
Este crecimiento se basa en un 2023 de récord, en el que las ventas mundiales de vehículos eléctricos se acercaron a los 14 millones, alcanzando el 18% del total, es decir, 3,5 millones más que en 2022. Esto supone un aumento interanual del 35% e indica un crecimiento sólido en el que varios mercados destacados pasan de una adopción incipiente de la movilidad eléctrica a una masiva.
En concreto, el año pasado se vendieron 250.000 coches eléctricos a la semana, más de lo que se vendía en un año hace apenas una década. Si bien la demanda siguió concentrada en gran medida en Europa, Estados Unidos y China, también crecieron algunos mercados emergentes como Vietnam y Tailandia, donde los automóviles eléctricos representaron el 15% y el 10%, respectivamente, de todos los vehículos vendidos.
Por su parte, los autobuses eléctricos representaron en 2023 el 3% de las ventas totales de autobuses. A medida que más vehículos pesados eléctricos (camiones y autobuses) circulan por las carreteras, se necesita más infraestructura de recarga específica y flexible.
Infraestructura de recarga para vehículos eléctricos
En cuanto a la cantidad de puntos de recarga públicos para vehículos eléctricos instalados a nivel mundial en 2023, se incrementó un 40% respecto a 2022. El aumento de los cargadores rápidos, que alcanzó el 55%, superó al de los lentos. A finales del año pasado, los cargadores rápidos representaban más del 35% de la totalidad de la infraestructura de recarga pública.
No obstante, hay casi diez veces más cargadores privados que públicos, y la mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos cargan las baterías en sus domicilios. Además, existen diferencias entre poblaciones urbanas, rurales y suburbios, siendo las ciudades más densamente pobladas las que tienen un acceso más limitado a la recarga en sus viviendas y donde los propietarios dependen más de la infraestructura pública.
En los principales mercados de vehículos eléctricos, el despliegue de puntos de recarga continúa a buen ritmo gracias a políticas específicas. Reino Unido tiene una de las proporciones más altas de acceso a la recarga en el hogar, que asciende al 93%, siendo más de la mitad cargadores inteligentes. Esto se debe, en parte, a la regulación nacional en este ámbito.
El futuro de la movilidad eléctrica
De acuerdo con la ‘Perspectiva de vehículos eléctricos’ 2024 de la IEA, uno de cada cinco vehículos de las carreteras de la Unión Europea y de Estados Unidos será eléctrico en 2030. Casi uno de cada tres automóviles lo serán en China.
Este 2024 se espera que las ventas mundiales de vehículos eléctricos se mantengan sólidas. Más de uno de cada cinco vehículos vendidos a nivel global será eléctrico, alcanzando alrededor de 17 millones a finales de año. En el caso de Europa, se prevé que los automóviles eléctricos sigan representando aproximadamente un 10% de los vehículos vendidos.
Durante la próxima década, la creciente demanda reestructurará la industria automotriz mundial y reducirá significativamente el consumo de petróleo para el transporte por carretera. De hecho, las ambiciones gubernamentales de electrificación evitarían 2 Gt de CO2 en 2035.
Por otro lado, gracias a los altos niveles de inversión de los últimos cinco años, la capacidad mundial para producir baterías para vehículos eléctricos puede avanzar al mismo ritmo que la demanda, incluso aunque aumente considerablemente durante los próximos diez años.
Según las políticas actuales, la cantidad de autobuses eléctricos se multiplicará por siete para 2035, debido al respaldo de las normas de emisiones más estrictas en la Unión Europea y Estados Unidos. Y uno de cada dos vehículos vendidos a nivel mundial será eléctrico para ese mismo año.
La rápida adopción de coches, furgonetas, camiones, autobuses y vehículos de dos y tres ruedas propulsados por un motor eléctrico evitará la necesidad de alrededor de 12 millones de barriles de petróleo por día en la demanda del transporte por carretera de Europa y China.
Este nivel de implementación podría requerir aumentar 20 veces la capacidad de recarga para 2035, tanto en las cocheras como a lo largo de las principales rutas de tránsito para permitir el transporte eléctrico por carretera de larga distancia. Esto conllevará oportunidades para una mayor flexibilidad e integración de energías renovables.
En este sentido, el Reglamento europeo de infraestructura de combustibles alternativos (AFIR) establece que deberán instalarse cargadores rápidos de acceso público cada 60 kilómetros a lo largo de los principales corredores de transporte de la Unión Europea.
Para permitir un mercado masivo de transporte eléctrico y viajes más largos, será necesario un acceso amplio y asequible a la infraestructura de recarga pública, incluso si la mayor parte de las recargas continúan realizándose en entornos residenciales y laborales.
Asimismo, se espera que la intensificación de la competencia en el mercado y la mejora de las tecnologías de baterías reduzcan los precios en los próximos años. El ritmo de la transición a los vehículos eléctricos puede no ser consistente y dependerá, en gran medida, de la asequibilidad.
Recomendaciones de la IEA
Entre las recomendaciones de la IEA incluidas en la publicación, insta a recopilar información sobre tecnologías y diseños de última generación antes de emitir licitaciones relacionadas con infraestructura de recarga, incorporar entre los criterios el diseño y la fiabilidad, garantizar una cobertura total y preparar las conexiones a la red.
Para alcanzar un nivel de despliegue de vehículos eléctricos acorde con los objetivos de los gobiernos, las redes de recarga deben multiplicarse por seis para 2035. Además, garantizar que la disponibilidad de infraestructura de carga pública siga el ritmo de las ventas de vehículos eléctricos es crucial para un crecimiento continuo de esta forma de movilidad.
Una inversión sustancial en la cadena de suministro de vehículos eléctricos, el apoyo político continuo y la caída del precio de este tipo de vehículos y de sus baterías permitirán cambios cada vez más significativos en los próximos años. Asimismo, las políticas de apoyo y una planificación eficiente son esenciales para garantizar que una mayor demanda de electricidad procedente de la electromovilidad no sobrecargue las redes eléctricas.
Junto con el informe, se han lanzado el Global EV Data Explorer y Global EV Policy Explorer, dos herramientas online que permiten a los usuarios explorar de forma interactiva estadísticas, proyecciones y políticas sobre movilidad eléctrica a nivel global.