El Ayuntamiento de Edimburgo (Escocia) ha sentado las bases para aumentar la eficiencia, minimizar costes y ofrecer mejores servicios públicos tras introducir nuevas tecnologías innovadoras en diversos ámbitos como parte de su Estrategia de Ciudad Digital e Inteligente 2020-2023. Entre otras cosas, pretende abordar los desafíos del cambio climático y el crecimiento demográfico.
La Estrategia de Ciudad Digital e Inteligente de Edimburgo para el periodo 2020-2023 es la continuación del plan ‘Empowering Edinburgh’ para el desarrollo sostenible y el despliegue de tecnología para convertirse en una smart city.
Abarca los principios de reutilización, ciudadanos y consumidores en el centro, fiabilidad, resiliencia, seguridad, estrategia, despliegue equilibrado, calidad, mejor valor y alcance, trabajo dentro de los estándares acordados y cumplimiento de la legislación, y mejoras e innovación continuas.
Con motivo de la finalización de la primera fase de sus operaciones de ciudad inteligente, cofinanciadas con fondos europeos FEDER, el Ayuntamiento de Edimburgo ha dado a conocer los proyectos llevados a cabo hasta el momento en la ciudad, que han logrado mejorar la inclusión digital de los residentes y la prestación de los servicios municipales.
En marcha el Centro de Operaciones de Ciudad Inteligente
Entre las actuaciones implementadas en el marco de la asociación entre el consistorio y el proveedor de tecnología de la información CGI, se encuentra el lanzamiento a finales de 2022 del Centro de Operaciones de Ciudad Inteligente, que hace uso de alta tecnología para la seguridad y la vigilancia de la urbe. Se encuadra en un contrato de 2,6 millones de libras esterlinas financiado por el Ayuntamiento de Edimburgo y los fondos europeos FEDER. Para su puesta en marcha, se ha contado con la colaboración de North, proveedor de servicios y soluciones de TI.
Éste reemplaza un centro de control obsoleto que ya no era adecuado para su propósito. La nueva infraestructura recibirá datos en tiempo real del circuito cerrado de televisión (CCTV) las 24 horas todos los días de la semana. Además, integrará otras tecnologías que ayudarán a mejorar la fluidez del tráfico, la infraestructura de transporte y la planificación urbana, lo que redundará en una reducción de la huella de carbono colectiva. Los análisis avanzados ayudarán a la corporación local y a sus socios a dar respuesta a emergencias y a gestionar grandes eventos como Año Nuevo o los festivales de agosto.
Habilidades digitales e inclusión digital
Como parte del trabajo en curso para reducir la brecha digital, se ha completado la implementación de Edinburgh Learns for Life, un programa que contribuye a la igualdad de acceso al aprendizaje digital en la educación.
Su despliegue en 23 centros de educación secundaria, 90 de primaria, 102 de infantil y 11 escuelas de educación especial ha incluido la entrega de más de 44.000 dispositivos electrónicos al alumnado y al profesorado. En concreto, se han distribuido 27.500 tablets y se han actualizado otras 12.000, así como se han proporcionado dispositivos adicionales para que puedan ser compartidos en el aprendizaje. Además, se ha ampliado la conexión a Internet a través de puntos de acceso inalámbrico adicionales.
En esta línea, se ha trabajado en cuatro objetivos principales: desarrollar las competencias y la confianza de los educadores en el uso de las tecnologías digitales para apoyar tanto el aprendizaje como la enseñanza, mejorar el acceso a la tecnología de los estudiantes, garantizar que la tecnología digital sea una consideración central en todas las áreas del currículo y en la realización de evaluaciones, e impulsar la innovación y la inversión a este respecto para el sector de la educación.
Más de 11.000 sensores instalados
En el último año, también se han instalado 11.000 sensores inteligentes en contenedores de basura y comunitarios de Edimburgo. Los dispositivos recopilarán datos sobre el llenado y la frecuencia de uso, lo que permitirá que los servicios de recolección de residuos respondan más rápido y realicen rutas más eficientes. Como resultado, se ahorrará combustible y energía, y se hará un mejor uso de los recursos.
Dentro del compromiso del consistorio de proporcionar viviendas cálidas y saludables, se están probando sensores de humedad, temperatura y CO2 en 500 propiedades municipales. De esta manera, el personal encargado de realizar reparaciones podrá encontrar los problemas más rápido y solucionarlos antes de que afecten a la población.
Adicionalmente, la asociación con CGI incluye responder a las necesidades pospandemia impulsando la transformación digital, incrementar la ciberseguridad para proteger la red y los datos del Ayuntamiento, reducir la huella de carbono de la administración municipal disminuyendo el papel y los residuos y reutilizando o reciclando equipos, mejorar las opciones de trabajo en remoto de los empleados públicos y aprovechar tendencias globales como los servicios cloud para reducir costes.
En este sentido, se irán trasladando muchos de los sistemas tecnológicos municipales a la nube cuando sea apropiado y rentable. Los servicios cloud ayudarán a la ciudad a ser ambientalmente más sostenible, operar de manera eficiente y rentable, disminuir los tiempos de entrega, aumentar la resiliencia y fortalecer la ciberseguridad.
Control del tráfico y de las condiciones ambientales
Otro proyecto de la capital escocesa consiste en una infraestructura inteligente que introduce un sistema digital de control y gestión del tráfico urbano para monitorizar el tráfico y las condiciones ambientales. Se espera que contribuya a la comprensión y las capacidades del consistorio para eliminar la congestión y mejorar la calidad del aire.
Este sistema recibe continuamente datos de varias fuentes sobre el tiempo de viaje, el flujo del tráfico y la calidad del aire. Así, puede actuar de forma autónoma para realizar cambios en los tiempos de las señales de tráfico de la red de carreteras a fin de mejorar el flujo de vehículos.
Ya está ayudando al Ayuntamiento de Edimburgo a gestionar las perturbaciones en el flujo de tráfico producidas por grandes eventos y a atender patrones de tráfico desviados debido a obras o incidentes en las carreteras. El seguimiento del tiempo de viaje se proporciona utilizando información de las principales rutas de la ciudad, junto con datos en tiempo real, lo que permite al Departamento de Tráfico gestionar las respuestas a las interrupciones en la red de carreteras.
La siguiente fase de este proyecto contempla la instalación de sensores de monitorización de la calidad del aire en diez ubicaciones, que permitirán medir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas PM2.5 y PM10, así como emitir alertas.
Tras completar esta primera fase de la estrategia de smart city, el consistorio de Edimburgo tiene previsto seguir desarrollando el uso de tecnología, análisis y datos para convertirse en una ciudad más inteligente y sostenible.