Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) propone una nueva estrategia de distribución de redes de monitorización de suelo que permite programar el riego de la forma más eficiente posible.
Entre la tecnología que requiere la agricultura de precisión, los sistemas IoT tienen un gran potencial, pero en algunas zonas como las rurales su implementación es más complicada debido a la incidencia de la vegetación, entre otros factores. En particular, las aplicaciones de monitorización de suelos pueden sufrir interferencias causadas por la densidad del follaje o la altura y/o anchura de las plantas.
Para hacer frente a este desafío, investigadores de la UPV proponen una nueva estrategia que permite programar el riego de forma eficiente también en estas zonas. Se trata de un sistema de monitorización que incluye la arquitectura, el diseño de los nodos y un algoritmo para determinar las necesidades de riego en base a las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y los datos sensados.
Para su desarrollo, evaluaron diferentes configuraciones de implementación de redes inalámbricas de sensores (WSN), identificando los efectos del entorno rural en la señal y los requisitos fundamentales para el diseño de esas redes. Analizaron su rendimiento con diferentes tipos de vegetación (huertos de naranjos, matorrales y pastizales) y en distintas ubicaciones de los nodos wifi (en el suelo, cerca del suelo y sobre el suelo).
Resultados de la investigación
Durante el trabajo, los investigadores comprobaron que la vegetación crea una alta variabilidad en áreas con alta densidad de follaje. Los sensores instalados en el suelo tuvieron más problemas de cobertura, incluso con vegetación donde la mayor parte del follaje se encuentra a mayor altura. Por su parte, los despliegues cercanos al suelo son los mejores en el caso de los naranjos.
Sin embargo, las estrategias de despliegue en el suelo y cerca del mismo en los campos de naranjos presentaron una alta variabilidad en la calidad de la señal, incluso sin que existiera ningún obstáculo entre el emisor y el receptor.
Así, los aspectos del entorno rural y del despliegue que afectan a la señal, como la altura del nodo, el tipo de cultivo, la densidad del follaje o la forma de riego, deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar un despliegue WSN de forma eficiente.