Más de 80 municipios de la Comunidad Valenciana han hecho uso del Índice Smart City, impulsado por la Generalitat y la Asociación Valenciana del Sector de la Energía de la Comunidad Valenciana (Avaesen). Se trata de una herramienta de autodiagnóstico dirigida a los ayuntamientos interesados en identificar sus retos para conseguir municipios más sostenibles, amables con la ciudadanía y eficientes en la gestión de sus recursos, en línea con el modelo de smart city.
La Generalitat Valenciana y Avaesen presentaron el balance del primer año de trabajo de los ayuntamientos con el Índice Smart City en una jornada celebrada la semana pasada en la sede de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital.
Los resultados de esta herramienta de autodiagnóstico, que también ofrece retos y soluciones con todo el ecosistema público-privado del Think Tank que lidera Avaesen, se pueden consultar en este enlace, donde ya están disponibles los indicadores de los primeros 20 municipios que han cerrado el ciclo.
Resultados del Índice Smart City
El Índice Smart City ofrece a los consistorios un autoanálisis en materia de ciudad inteligente efectivo y rápido referente a las principales áreas de actuación municipal enmarcadas en cuatro grandes bloques: transición verde y sostenibilidad, transición digital, ciudadanía y calidad de vida, y gobierno y economía.
De esta manera, pueden evaluar sus avances y próximos retos a superar, así como fijar sus prioridades a la hora de licitar inversiones y encontrar sinergias con otros ayuntamientos con necesidades similares.
En la presentación de resultados, varios municipios compartieron su experiencia con el Índice Smart City. En el caso de la localidad alicantina de Rafal, el uso de esta herramienta permitió detectar una oportunidad en el ahorro de agua a través de la elaboración de un plan director contra inundaciones para proteger el territorio contra eventos extremos o una iniciativa para reutilizar el agua pluvial. Por su parte, Xàbia, también en Alicante, está avanzando en mejorar la eficiencia turística con medidas como el control del aforo en las playas o la optimización de la movilidad.