El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) las bases reguladoras de las ayudas para entidades locales dirigidas a impulsar la movilidad ciclista en el ámbito urbano y rural con un presupuesto inicial de diez millones de euros repartido en dos convocatorias. Estas subvenciones forman parte de la Estrategia Estatal de la Bicicleta, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
La Orden Ministerial publicada por el Mitma aprueba las bases reguladoras para la concesión de ayudas al desarrollo de infraestructuras ciclistas y la articulación de las convocatorias, que se publicarán y gestionarán a través de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE).
Con estas subvenciones se busca que la movilidad ciclista tenga más protagonismo en las localidades pequeñas y medianas. En este sentido, la primera convocatoria se dirigirá a entidades locales de menos de 50.000 habitantes para ayudar a financiar actuaciones encaminadas a desarrollar infraestructura ciclista y promover el uso de la bicicleta. Su lanzamiento está previsto en las próximas semanas.
El Mitma transfirió casi 5 millones de euros a la FFE en 2021 para estas ayudas. La partida estaba incluida en los PGE de 2021 y se destinará a financiar la primera convocatoria, mientras que las cuentas de 2022 y el proyecto de PGE de 2023 también incluyen una dotación de 5 millones de euros para dar continuidad a las subvenciones con sucesivas convocatorias.
Intermodalidad entre el transporte público y la bicicleta
Las bases reguladoras determinan que la concesión de las ayudas se tramitará en régimen de concurrencia competitiva, por lo que las solicitudes presentadas se seleccionarán en función de su impacto, calidad, madurez y relevancia.
Se primarán aquellos proyectos que faciliten la intermodalidad entre el transporte público y la bicicleta, permitiendo conectar los carriles bici con intercambiadores, estaciones ferroviarias o de autobús. También se favorecerán aquellos que incluyan una planificación para integrar las infraestructuras ciclistas en espacios educativos, culturales, sanitarios, deportivos, comerciales o de empresas.
Estas subvenciones persiguen fomentar la movilidad activa, desincentivar el uso del vehículo privado a motor y promover un cambio modal y cultural hacia un tipo de movilidad menos contaminante, más activa, sostenible, saludable e inclusiva.
Como resultado, se espera reducir el uso de energías fósiles y la contaminación atmosférica y acústica; mejorar la salud de las personas y la calidad de vida en pueblos y ciudades, así como mejorar la conectividad entre ferrocarril y bicicleta, y el factor tractor hacia otros sectores económicos y el desarrollo del cicloturismo y de nuevos modelos de negocio.