El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través del área de Urbanismo y Vivienda, ha adjudicado el proyecto de instalación de dos plantas de energía fotovoltaica con sensores inteligentes en el nuevo aparcamiento del paseo Blas Cabrera Felipe que se está construyendo. Los trabajos, que darán comienzo en las próximas semanas, cuentan con una inversión total de 388.872 euros con cargo a los fondos europeos Feder a través de la Estrategia de Desarrollo Social e Integrado (EDUSI).
El proyecto del nuevo aparcamiento intermodal de Las Palmas de Gran Canaria, situado en el Paseo Blas Cabrera Felipe, contempla la puesta en marcha de dos plantas fotovoltaicas con el fin de reducir el consumo eléctrico y la huella de carbono. Se instalarán tres pérgolas fotovoltaicas que servirán para dar suministro de baja tensión al alumbrado público y suministro de energía eléctrica a los cargadores de vehículos eléctricos del aparcamiento. Las obras cuentan con un plazo de ejecución de tres meses.
También incluye la instalación de distintos tipos de sensores en el aparcamiento para controlar el alumbrado público, la calidad del aire, el nivel de ruido y el número de plazas de aparcamiento disponibles. Los datos se volcarán en la plataforma del consistorio, centralizándolos y haciéndolos accesibles desde cualquier punto.
De esta manera, la información a disposición de los usuarios en la página web y en los paneles que se instalarán en diferentes zonas de la ciudad permitirá optimizar el aparcamiento y evitar desplazamientos innecesarios. Asimismo, los sensores mantendrán las luminarias en un nivel óptimo de consumo, reduciéndose este al no detectar ninguna presencia.
La experiencia piloto se podría extender a otras zonas
Se estima que la implantación del proyecto beneficiará a una población de casi 6.000 personas residentes en los barrios de Zárate y Casablanca y zonas colindantes, así como a los miles de usuarios que diariamente utilizan las dotaciones sanitarias, deportivas y universitarias que se ubican en el entorno.
Además, se trata de una experiencia piloto que, de resultar exitosa, redundaría en la conveniencia de extender este tipo de enclaves al restante ámbito del cono sur, con una población de 34.500 habitantes, y del municipio de Las Palmas de Gran Canaria.