El informe ‘Fit for the Future Cities: Cómo la tecnología puede acelerar el cambio sostenible’, encargado por Vodafone y realizado por Opinion Matters, determina los índices de adopción de ciudades inteligentes, las oportunidades y obstáculos en diez países europeos. Entre otras cosas, refleja que el 16% de las urbes españolas (un 5% más que la media europea) se encuentra entre las ciudades más avanzadas en transformación digital.
Para elaborar el informe ‘Fit for the Future Cities: Cómo la tecnología puede acelerar el cambio sostenible’, se entrevistó online a 550 expertos en tecnología e innovación de las ciudades entre el 15 de marzo y el 19 de abril de 2022 para estudiar la situación en España, Reino Unido, Italia, Alemania, Rumanía, Portugal, República Checa, Turquía, Grecia y Finlandia.
En el caso de España, se ha detectado un alto nivel de apoyo a la adopción de las smart cities: el 87% de los encuestados afirma que el país ha iniciado su proceso de transformación digital y el 76% considera que las soluciones para ciudades inteligentes son algo valorado por sus autoridades locales.
Etapas de adopción de las ciudades inteligentes
La investigación identifica varias etapas de adopción de las smart cities. El 30% de las urbes españolas empezó definiendo una estrategia clara, pero tiene pocas soluciones en marcha, y ha centrado sus inversiones en construir infraestructuras sólidas como plataformas de mando y control de datos urbanos como base para futuras inversiones en soluciones para ciudades inteligentes (categoría integration-seeker). Por su parte, otro 30% ya ha implementado algunas soluciones tecnológicas, pero no tiene una estrategia clara y hay un nivel de desarrollo desequilibrado (categoría pathfinder).
Otros datos más positivos son que el 16% de las urbes españolas se encuentra entre las ciudades más avanzadas en transformación digital. Son tecnológicamente maduras y dispuestas a seguir invirtiendo en soluciones innovadoras (categoría front-runner). Asimismo, otro 16% ha empezado a alinear sus prioridades políticas con los avances digitales y desea comenzar a adoptar soluciones inteligentes (categoría explorer).
Por otro lado, 7 de cada 10 ciudades europeas encuestadas tienen previsto invertir en soluciones inteligentes en el futuro, y más de la mitad (52%) calcula un gasto de entre 2 y 10 millones de euros durante los próximos tres años.
Principales obstáculos
Se señalan como los principales obstáculos para la implantación de smart cities la falta de financiación, la legislación, infraestructura adecuada, problemas de privacidad y seguridad, la complejidad de los procedimientos de contratación y la falta de estrategia y habilidades digitales.
En este sentido, aunque los países estudiados se encuentran en distintas fases de aplicación de sus planes de ciudad inteligente, los expertos destacan que la superación de los obstáculos requiere a menudo la intervención a distintos niveles geográficos y una compleja coordinación entre ayuntamientos, gobiernos nacionales y organismos intergubernamentales como la Unión Europea.
De acuerdo con el informe, para lograr la misión de 100 ciudades inteligentes y neutras en carbono de la Comisión Europa serán necesarias medidas políticas urgentes, tales como una financiación adecuada, la creación de grupos de trabajo sobre ciudades inteligentes y la disponibilidad de una conectividad de alta calidad.
Acciones específicas
El estudio también identifica áreas políticas clave en las que se podría acelerar la adopción de las smart cities en toda Europa. En esta línea, recomienda garantizar una financiación adecuada a través de la inversión pública y privada, así como haciendo conocedoras a las ciudades de las ayudas disponibles.
Asimismo, sugiere desarrollar modelos de ciudades inteligentes fomentando la creación de grupos de trabajo con el fin de compartir las mejores prácticas, desarrollar marcos para medir la eficacia y el impacto de las soluciones, y ofrecer recomendaciones sobre los marcos legales.
Adicionalmente, sugiere mejorar la alfabetización y las competencias digitales de los trabajadores que despliegan las soluciones y de la ciudadanía que hará uso de las mismas; además de hacer que la conectividad de alta calidad esté disponible y sea asequible para toda la población.