La nueva Estrategia Vasca de Movilidad Eléctrica, aprobada por el Gobierno de Euskadi, prevé una inversión de entre 1.550 y 2.340 millones de euros hasta 2030 con el fin de duplicar el número de puntos de recarga rápida, poner en marcha 25 proyectos de movilidad eléctrica y de carga, y electrificar buena parte del parque móvil, los autobuses urbanos y las flotas de taxis, entre otras cosas.
En concreto, la Estrategia Vasca de Movilidad Eléctrica plantea llegar al horizonte 2030 con el 16% del parque móvil, el 50% de los autobuses urbanos y el 80% de las flotas de taxis electrificadas.
Además, pretende duplicar el número de puntos de recarga rápida en Euskadi con 80 puntos de 50 kW y 12 emplazamientos con terminales de carga ultrarrápida, así como poner en marcha 15 proyectos de movilidad eléctrica en el sector de automoción vasco y 10 proyectos de carácter tecnológico en el ámbito de la recarga del vehículo eléctrico, liderados por la iniciativa privada y apoyados por el Ejecutivo Vasco.
Esta estrategia ha sido elaborada por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente y el Ente Vasco de la Energía, aprobada en el consejo celebrado el 26 de julio. El objetivo es definir y abordar las estrategias para la descarbonización del sector del transporte, las perspectivas locales y globales sobre el vehículo eléctrico, las valoraciones de las anteriores estrategias de movilidad eléctrica y los ejes para el Plan de Acción 2030.
Descarbonizar el transporte
La finalidad de descarbonizar y disminuir la dependencia del petróleo en el sector transporte se recoge en compromisos del Gobierno Vasco como la estrategia Klima 2050, la Estrategia Energética de Euskadi 2030 o el Plan de Transporte Sostenible (PDTS).
En ellos aparecen tres ejes para lograr descarbonizar el transporte: el incremento en la eficiencia energética, la racionalización y optimización del uso de los servicios de movilidad y transporte, y el uso de combustibles y vectores energéticos descarbonizados.
Estos compromisos presentan propuestas concretas como potenciar la intermodalidad y los modos de transporte con menores emisiones de gases de efecto invernadero, sustituir el consumo de derivados del petróleo, integrar criterios de vulnerabilidad y criterios de adaptación en infraestructuras de transporte, desarrollar una infraestructura de recarga pública con cobertura de todo el territorio, alcanzar una masa crítica de vehículos eléctricos en circulación y adecuar la normativa para facilitar la penetración de la tecnología eléctrica en movilidad. Ahora, la Estrategia Vasca de Movilidad Eléctrica da un paso más al establecer los nuevos objetivos para 2030.