El Pleno del Consell ha aprobado la Estrategia de Inteligencia Artificial (IA) de la Comunidad Valenciana, que se articula en tres pilares fundamentales: impulsar el ecosistema productivo innovador e integrador con investigadores, emprendedores, talento y sector productivo para reforzar la competitividad en toda la cadena de la IA; la preparación del ecosistema para los cambios socioeconómicos y la implantación de esta tecnología en la administración pública.
La Estrategia de Inteligencia Artificial de la Comunidad Valenciana se centra en la mejora de la vida de la sociedad a través de servicios públicos más eficientes y eficaces en áreas como ciudades, transporte público, sostenibilidad, sanidad, educación o energía.
La transversalidad, junto al impulso de la adopción tecnológica y la digitalización, convierten esta estrategia en una fuerza propulsora del crecimiento socioeconómico sostenible, que permitirá aumentar la productividad y la eficiencia, además de desarrollar nuevas industrias y dar respuesta a problemas hasta ahora irresolubles.
Así, el Consell espera que repercuta en una mejora de toda la sociedad, haciéndola más competitiva, propiciando el crecimiento económico y la mejora laboral de la población a través del incremento de la productividad de los trabajadores y las empresas, y de la diversificación de la economía. Además, vela por la adopción de nuevas medidas tecnológicas en beneficio de todos para una sociedad más inclusiva.
Aplicaciones de la IA
En concreto, se prevé la aplicación de la IA en ámbitos relevantes de la economía de la región, como es el caso del turismo, a través de la optimización de los recursos para ofrecer mejores experiencias turísticas y más personalizadas; o la sanidad, con herramientas para obtener análisis automáticos de los historiales médicos, lo que conllevará una mejora de los diagnósticos, la detección temprana de enfermedades y una mayor precisión en los ensayos clínicos.
En el sector de la agricultura, se aplicará mediante la recopilación y análisis de datos con los que se pueden tomar decisiones para el control de plagas, la optimización de los cultivos o la preservación del medio natural. La inteligencia artificial también contribuirá a optimizar la producción, el consumo y la demanda de los sectores comerciales y energéticos; a un aprendizaje más individualizado y a crear ciudades más seguras, habitables y sostenibles con servicios a la ciudadanía personalizados.