Varias ciudades miembros de la organización de gobiernos locales por la sostenibilidad ICLEI han probado soluciones para avanzar hacia una transición energética justa y sostenible mediante el método City Lab en el marco del proyecto europeo Sonnet (Social Innovation in Energy Transitions). Entre los resultados de la iniciativa, se ha publicado una guía sobre la puesta en marcha de laboratorios urbanos que incluye los principales aprendizajes del proyecto para que otras urbes puedan seguir sus pasos.
El proyecto Sonnet, coordinado por el instituto de investigación alemán Fraunhofer, dio comienzo en junio de 2019 con un presupuesto total de 2.999.832,50 euros, financiado por la Unión Europea a través del programa Horizonte 2020.
Reúne diversos grupos para comprender cómo la innovación social puede generar sistemas energéticos más sostenibles en Europa mediante fuentes de energía, un uso y una producción más limpia, y cómo puede el cambio social ayudar a reducir la huella de carbono en el futuro.
Seis ciudades y seis institutos de investigación de Europa están utilizando el método City Lab -también conocido como Urban Lab o Living Lab-, casos de estudio o encuestas ciudadanas para cocrear conocimiento y dar respuesta a estas cuestiones. Además de su investigación, Sonnet organiza varios eventos europeos, nacionales y regionales para difundir conocimiento sobre innovación social y transición energética.
En concreto, en los últimos años las ciudades miembros de ICLEI Amberes (Bélgica), Basilea (Suiza), Bristol (Reino Unido), Grenoble (Francia), Mannheim (Alemania) y Varsovia (Polonia) han estado experimentando con este enfoque para impulsar la transición energética justa y sostenible mediante soluciones innovadoras.
Método City Lab
Se trata de un método utilizado para probar soluciones nuevas e innovadoras con un grupo o área objetivo definida, evaluar su efectividad y comprobar si se pueden ampliar a un área mayor. De esta forma, facilita que los gobiernos locales testen soluciones que quizás no están listas para implementarse en la totalidad de la ciudad.
Entre las soluciones probadas en el marco del proyecto Sonnet, se incluyen las ensayadas en Amberes para combatir la pobreza energética: creación de comunidades energéticas, programa de alquiler y préstamo de electrodomésticos de bajo consumo para hogares en situación de vulnerabilidad, asesoramiento sobre renovación y fondos para modernizar las viviendas, y reacondicionamiento de antiguas viviendas sociales para alquilarlas a familias de bajos ingresos.
El objetivo en Basilea era apoyar actuaciones individuales más sostenibles a través de una aplicación móvil que anima a los usuarios a reducir la huella de carbono mediante un cambio de comportamientos para proteger el medio ambiente.
Bristol se ha centrado en hacer uso del crowdfunding para incrementar el capital dedicado a medidas de eficiencia energética en los edificios de las comunidades locales. Así, ha evaluado el valor de los trabajos necesarios en este sentido y ha investigado la posibilidad de usar un mecanismo de Bonos Municipales Comunitarios para su financiación.
Por su parte, Grenoble ha experimentado con diversos métodos innovadores para fomentar el cambio en los comportamientos energéticos y promover la suficiencia energética. Para ello, se ha trabajado junto con tres grupos que utilizan los edificios municipales -asociaciones, administración local y centros educativos- y se ha implementado un programa de capacitación para ayudar al personal de mantenimiento de las escuelas a convertirse en administradores de suficiencia energética.
En cuanto a Mannheim, ha puesto el foco en acuerdos de gobernanza novedosos para mejorar la innovación social en materia de energía en el distrito Neckarstadt-West con el objetivo de impulsar la colaboración entre diversos actores, el diálogo y la participación ciudadana. También ha implementado dos experimentos: una sala verde móvil para mostrar los beneficios de las estructuras verdes urbanas y la app KliMAthon para concienciar sobre los principales desafíos del consumo de energía.
En Varsovia se han concentrado los esfuerzos en lograr ahorros energéticos mediante medidores domésticos que monitorizan el uso de energía y se utilizan para generar recomendaciones personalizadas y adaptadas para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía.
Guía para la transición energética de las ciudades
Coincidiendo con la recta final de la iniciativa, cuya finalización está prevista el 31 de mayo de 2022, se ha publicado la guía titulada ‘Construir futuros urbanos comunes: City Labs para transiciones energéticas urbanas’, que recoge las ideas y lecciones clave aprendidas para ayudar a cualquier líder local que quiera seguir los pasos de las seis ciudades participantes en el proyecto Sonnet.
Esta publicación incluye información básica sobre el método City Lab, el concepto de innovación social en energía y de cómo las ciudades pueden usar los laboratorios urbanos para descubrir maneras de apoyar una transición energética justa; una lista de verificación para comprobar si este enfoque es adecuado para una ciudad concreta, enlaces a herramientas probadas y una descripción detallada de las cuatro fases principales del proceso City Lab: establecer la etapa, configurar la agenda, experimentación y evaluación, enriquecidas con ejemplos y consejos de los seis laboratorios urbanos de las seis ciudades miembros de ICLEI.
El proceso City Lab pasa por las fases de probar herramientas y técnicas que facilitan la consecución de los objetivos, desafíos y éxitos, aspectos socioeconómicos, sociopolíticos y socioculturales, lecciones aprendidas, y reacciones de los gestores de los laboratorios urbanos ante eventos inesperados.
Lecciones aprendidas en el proyecto Sonnet
Entre las lecciones aprendidas en el proyecto Sonnet, el City Lab de Amberes ha demostrado que las políticas y los marcos legales favorables a la innovación social en energía son esenciales para facilitar la implementación fluida de soluciones que reducen la pobreza energética a nivel local.
La app probada en Basilea, Enerjoy, ha tenido como resultado un aumento de la conciencia sobre el impacto de la movilidad y la elección de alimentos en las emisiones de CO2, arrojando luz sobre la responsabilidad personal en el cambio climático. Por consiguiente, se redujeron significativamente las emisiones de carbono emitidas a la atmósfera.
En el caso de Bristol, se ha puesto de manifiesto que existe un interés por explorar formas alternativas de financiación de la transición energética. Por su parte, Grenoble, que pretende convertirse en una ciudad tecnológicamente avanzada, inclusiva y creativa, ha demostrado la importancia de contar con todos los agentes involucrados en el ámbito de la energía de la ciudad.
En cuanto a Mannheim, destaca que las herramientas digitales y los métodos innovadores han conseguido contribuir a involucrar a la ciudadanía en mayor medida. Además, es importante incluir estas herramientas en estrategias a largo plazo.
Por último, los participantes en el City Lab de Varsovia han sugerido cambiar los informes energéticos semanales sobre el consumo energético implantados por programas integrados o una aplicación que recopile toda la información. No obstante, han expresado su preocupación con la privacidad relacionada con la recopilación, el análisis y la transferencia de datos en tiempo real.
Entre las próximas iniciativas de esta recta final del proyecto Sonnet, se encuentra la conferencia online titulada ‘Poner a las personas en el centro de las transiciones energéticas’, organizada en colaboración con los proyectos SocialRES, Comets y Newcomers y la ciudad de Amberes, que se celebrará los días 28 y 29 de abril de 2022 y que profundizará en la innovación social y la acción colectiva como motores clave de la transición energética justa y sostenible.