La Comisión Europea ha propuesto una Ley de Chips, que contiene un conjunto de medidas para garantizar la seguridad del suministro, la resiliencia y la soberanía tecnológica de la UE en las tecnologías y aplicaciones de semiconductores. Esta normativa reforzará la competitividad y la resiliencia de Europa y contribuirá a la transición digital y ecológica.
En un contexto de escasez de semiconductores a escala mundial, la Ley de Chips de la Unión Europea pretende fortalecer las organizaciones y redes de investigación y tecnología, así como los fabricantes de equipos, además de subsanar las deficiencias pendientes.
Asimismo, busca fomentar un sector próspero de los semiconductores, desde la investigación hasta la producción, y una cadena de suministro resiliente; y duplicar la cuota de mercado actual de la UE hasta el 20% en 2030.
Para ello, movilizará más de 43.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas y establecerá medidas para prevenir y afrontar con agilidad cualquier problemática futura en las cadenas de suministro, en colaboración con los Estados miembros y los socios internacionales.
Elementos de la Ley de Chips
La Ley de Chips tiene el propósito de garantizar que la UE disponga de las herramientas, competencias y capacidades tecnológicas necesarias a fin de garantizar el suministro de semiconductores y reducir su dependencia.
Entre sus principales elementos, se encuentra la iniciativa Chips para Europa, que unirá recursos de la UE, los Estados miembros y terceros países asociados, así como del sector privado, a través de la Empresa Común Chips.
Se asignarán 11.000 millones de euros para reforzar la I+D+i, garantizar el uso de herramientas avanzadas de semiconductores, líneas piloto para la creación de prototipos, ensayos y experimentación de nuevos dispositivos para aplicaciones innovadoras en la vida real; para formar trabajadores y fomentar la comprensión del ecosistema y la cadena de valor de los semiconductores.
También contempla un nuevo marco para garantizar la seguridad del suministro para que prospere la innovación en nodos avanzados y chips novedosos y eficientes desde el punto de vista energético. Por su parte, un Fondo de Chips facilitará el acceso a financiación de las start-ups para madurar sus innovaciones y se incluirá un mecanismo de inversión de capital en semiconductores bajo InvestEU.
Mecanismo de coordinación
Otro elemento de la Ley de Chips europea es el mecanismo de coordinación entre los países comunitarios y la Comisión Europea para supervisar la oferta de semiconductores, calcular la demanda y adelantarse a la escasez.
La Comisión también propone una Recomendación adjunta a los Estados miembros. Se trata de un instrumento de efecto inmediato para poner en marcha el mecanismo de coordinación con el objetivo de empezar lo antes posible a debatir y adoptar las medidas oportunas y proporcionadas en respuesta a la crisis.
Ahora, el Parlamento Europeo y los países comunitarios tendrán que adoptar las propuestas de la Comisión sobre una Ley de Chips europea en el marco del procedimiento legislativo ordinario. Una vez adoptado, el Reglamento será directamente aplicable en toda la UE.