Un grupo de investigadores del Institut de Ciències del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ICM-CSIC) ha instalado un dispositivo que transforma un cable de fibra óptica del Observatorio Roque de los Muchachos (ORM) de La Palma en una red de sensores para monitorizar la actividad sísmica generada por el volcán Cumbre Vieja.
El ICM-CSIC ha coordinado la instalación de un dispositivo interrogador DAS (Distributed Acoustic Sensing) sobre el cableado de fibra óptica que usa el ORM del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) para conectarse a la Red Académica y de Investigación Española (RedIRIS).
Este instrumento permitirá mejorar la monitorización de la actividad sísmica generada por la erupción del volcán Cumbre Vieja, que lleva más de un mes activo, mediante la transformación de uno de los cables de fibra óptica del ORM de unos 8 kilómetros de largo en una red sísmica de miles de sensores que detectan el movimiento del terreno.
El interrogador, que ha sido desarrollado por el Grupo de Ingeniería Fotónica de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) y el Instituto de Óptica del CSIC (IO-CSIC), utiliza hilos del cable de fibra no utilizados para la transmisión de datos (fibra oscura) para llevar a cabo las medidas. Por su parte, los otros hilos se emplean para transmitir las señales sísmicas y distribuirlas rápidamente al Instituto Geográfico Nacional (IGN) y al Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), instituciones encargadas de realizar el eguimiento de la actividad sísmica en La Palma.
Los datos obtenidos complementarán los adquiridos por las redes sísmicas de sismógrafos convencionales actualmente en funcionamiento en La Palma. Debido al gran número de sensores que proporciona el DAS, uno por cada diez metros de cable, será posible llevar a cabo estudios que son difíciles con los sismógrafos convencionales, como determinar la localización del tremor volcánico y su cambio en el tiempo.
Tecnología DAS para detectar terremotos
El ICM-CSIC ya utilizó la tecnología DAS para detectar terremotos el año pasado, cuando transformó los cables de comunicaciones submarinos que conectan las islas de Tenerife y Gran Canaria en una red de sensores capaz de detectar seísmos tanto cercanos como distantes a miles de kilómetros de su epicentro.
Los dispositivos DAS emiten pulsos de luz láser a través de la fibra óptica y miden las pequeñas fracciones de señal reflejadas en las imperfecciones microscópicas del interior del cable. Estas se convierten en puntos de referencia que varían de posición como consecuencia de factores externos, como las vibraciones del suelo. De este modo, un solo cable conectado a un único dispositivo de medida se puede convertir en una red de miles de sensores.
Aunque se trata de una tecnología emergente, en 2018 los equipos DAS instalados en el área metropolitana de Pasadena (California, EE.UU.) detectaron un terremoto ocurrido en las Islas Fiji, a más de 9.000 kilómetros del epicentro.