La tecnología puede ayudar a abordar los desafíos urbanos y los déficits presupuestarios, pero es necesario cerrar antes las brechas existentes en materia de gobernanza de las smart cities en ciudades de todos los tamaños, países y niveles de desarrollo. Estos son algunos de los hallazgos incluidos en el informe titulado ‘Gobernar las ciudades inteligentes: políticas de referencia para el desarrollo ético y responsable de las smart cities’, publicado por el Foro Económico Mundial en colaboración con Deloitte.
El informe ‘Gobernar las ciudades inteligentes’ proporciona un punto de referencia para el uso ético y responsable de las tecnologías de smart city tras analizar el funcionamiento interno de 36 ciudades que son referentes en este ámbito.
El objetivo del documento es ayudar a los gestores urbanos a identificar brechas, proteger sus intereses a largo plazo y mantenerse al tanto de los avances tecnológicos en un contexto en el que la innovación ha cobrado aún más relevancia debido a los efectos de la COVID-19 y a la necesidad de continuar con la vida social, laboral y de ocio.
Según datos del estudio, las ciudades de todos los tamaños, geografías y niveles de desarrollo tienen brechas en la gobernanza. En este sentido, el informe continúa la llamada a la acción efectuada a los ministros del G20 en 2019, que resultó en la creación de la Alianza Global de Ciudades Inteligentes, en la que el Foro Económico Mundial actúa como secretaría.
La alianza y sus socios representan a más de 200.000 ciudades, gobiernos locales, empresas, start-ups, instituciones de investigación y comunidades de la sociedad civil, y actúa como una plataforma para ayudar a las ciudades a fortalecer su conocimiento, experiencia y gobernanza de las tecnologías de smart city.
Ciudades de referencia
Las 36 ciudades pioneras encuestadas para la elaboración del informe ‘Gobernar las ciudades inteligentes’ proceden de 6 continentes y 22 países, y cuentan con poblaciones que oscilan entre 70.000 y más de 15 millones de habitantes para ofrecer una muestra amplia. Así, de enero a marzo de 2021 se entrevistó a expertos en política y funcionarios para evaluar la implementación de una serie de políticas modelo identificadas por la Alianza Global de Ciudades Inteligentes: accesibilidad TIC, valoración del impacto en la privacidad, responsabilidad cibernética, políticas “de una sola excavación” para infraestructura digital y datos abiertos.
Las denominadas ciudades pioneras han ayudado a evaluar la utilidad de la hoja de ruta de políticas para ayudar al Foro Económico Mundial a orientar su desarrollo, a avanzar hacia la puesta en marcha de pruebas de las políticas modelo donde sea posible y a proporcionar una serie de datos de referencia para otras ciudades basados en la evaluación de sus propias políticas.
Se trata de Barcelona y Bilbao (España), Apeldoorn (Países Bajos), Bangalore, Hyderabad, Indore y Faridabad (India); Londres, Belfast y Leeds (Reino Unido); Bogotá y Medellín (Colombia), Brasilia (Brasil), Buenos Aires y Córdoba (Argentina), Chattanooga y San José (Estados Unidos), Daegu (Corea del Sur), Dubái (Emiratos Árabes Unidos), eThekwini (Sudáfrica), Gaziantep y Estambul (Turquía), Hamamatsu, Kakogawa, Maebashi y Kaga (Japón); Kampala (Uganda), Karlsruhe (Alemania), Lisboa (Portugal), Manila (Filipinas), Melbourne y Newcastle (Australia), Ciudad de México (México), Milán (Italia), Moscú (Rusia) y Toronto (Canadá).
La información recabada en las encuestas realizadas se muestra de forma agregada, sin mostrar los datos individualizados, con el fin de proporcionar las tendencias en gobernanza de las ciudades inteligentes y ofrecer recomendaciones generales.
Principales hallazgos del informe
Entre los principales hallazgos del informe del Foro Económico Mundial, se encuentra que casi todas las urbes encuestadas presentan brechas políticas críticas relacionadas con la gobernanza de las tecnologías de smart city.
A pesar del aumento sin precedentes del número de ataques cibernéticos, la mayoría de las ciudades no ha designado a una persona concreta como responsable de la ciberseguridad. En esta materia, el estudio recomienda establecer una estructura para informar a los gestores urbanos sobre la seguridad de los desarrollos y sistemas de smart city implementados, además de concienciar a todos los departamentos de la importancia de la ciberseguridad para minimizar los riesgos a los que se exponen las urbes.
Aunque la mayoría de las ciudades reconoce la importancia de proteger la privacidad de la ciudadanía, solo el 17% de las encuestadas realiza evaluaciones de impacto en la privacidad antes de implementar nuevas tecnologías. Para abordar este asunto, las urbes que aún no cuentan con políticas de privacidad y protección de datos pueden empezar por trabajar en ellas para mejorar el compromiso y la confianza de la ciudadanía.
Menos de la mitad de las ciudades de la muestra cuenta con procesos para garantizar que las tecnologías que se adquieren son accesibles para la población de edad avanzada o para las personas con capacidades físicas limitadas. Para mejorar en este ámbito, se requiere la adopción de la política modelo de accesibilidad TIC en los procesos de contratación pública, así como implicar la función de adquisición de tecnologías en el desarrollo de estas medidas.
Para avanzar en cuanto a las políticas ‘de una sola excavación’, que persiguen simplificar y acelerar el despliegue de infraestructura digital a través de la colaboración entre ciudades, operadores de conectividad, empresas públicas y otras partes interesadas de la ciudad, se recomienda a las urbes que mejoren la coordinación entre todos los agentes mediante la elaboración de una lista de actividades notificables y un registro geolocalizado de los activos de conectividad, impulsar la conectividad inclusiva y fomentar un mayor compromiso con el sector privado, la ciudadanía y las partes interesadas.
Por su parte, la política de datos abiertos es la única área en la que la mayoría de las urbes ha logrado un nivel de implementación básica. No obstante, solo el 15% ha integrado sus portales de open data con su infraestructura de datos urbanos más amplia para lograr flujos de datos transversales. Para beneficiarse de todos los beneficios del open data, las ciudades deben desarrollar acuerdos de gobernanza de datos flexibles y claros.
Propuestas de actuación
Las ciudades dedican importantes inversiones a las nuevas tecnologías para automatizar y mejorar los servicios urbanos y la vida en la ciudad. Sin embargo, se están quedando rezagadas en cuanto a la supervisión y gobernanza efectivas y éticas de estas tecnologías, por lo que la Alianza Global de Ciudades Inteligentes del G20 ya está trabajando con urbes de todo el mundo para abordar esta brecha.
El informe ‘Gobernar las ciudades inteligentes’ concluye que los líderes y funcionarios de las ciudades deben tomar medidas antes de que las brechas de gobernanza de las tecnologías de smart city se conviertan en un riesgo que afecte a la ciudadanía. Asimismo, insta a los legisladores nacionales, la sociedad civil y la comunidad empresarial a que apoyen a los gobiernos locales para superar estos desafíos, siendo la inclusión, la privacidad de los datos y la ciberseguridad las principales preocupaciones señaladas en el estudio.