El proyecto europeo Sharing Cities ha publicado el manual titulado ‘Infraestructura de barrio inteligente: activos estratégicos para una verdadera smart city’. Esta iniciativa está coordinada por Greater London Authority, dio comienzo en 2016 y llegará a su fin el 31 de diciembre de 2021, y cuenta con un presupuesto total de 28.000.515,97 euros, de los cuales el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea aporta 24.753.944,98 euros.
Sharing Cities tiene como objetivo principal demostrar que las soluciones de código abierto diseñadas en base a las necesidades comunes de las ciudades pueden integrarse en entornos urbanos complejos y servir a los intereses de la ciudadanía de manera asequible y escalable.
Este proyecto europeo se basa en tres principios clave: personas, lugar y plataforma urbana. En este sentido, pretende desarrollar servicios de ciudad inteligente respaldados por una plataforma de datos urbanos centrados en el usuario y diseñados conjuntamente con los ciudadanos en los ámbitos de la gestión eficiente de la energía, la movilidad eléctrica, el alumbrado inteligente, el mercado social digital y la rehabilitación de edificios.
Se han probado soluciones urbanas digitales replicables y modelos colaborativos en los distritos piloto The Royal Borough of Greenwich de Londres (Reino Unido), Porta Romana/Vettabbia de Milán (Italia) y el centro de Lisboa (Portugal). Por su parte, las ciudades socias de Burdeos (Francia), Burgas (Bulgaria) y Varsovia (Polonia) han trabajado en colaboración con las ciudades piloto en soluciones con un gran potencial para ser replicadas en su territorio.
Soluciones de smart city
Este proyecto nació con la finalidad de alcanzar cuatro objetivos centrales, entre los que figura demostrar el potencial y la escalabilidad de las soluciones de ciudad inteligente en el mercado europeo con el consiguiente aumento en el valor social, económico y ambiental.
El segundo objetivo se refiere a adoptar un primer enfoque digital que demuestre cómo la integración de las TIC puede mejorar y conectar la infraestructura existente, así como el diseño y funcionamiento de la infraestructura urbana. Esto permitirá la creación de nuevos servicios digitales de próxima generación para ayudar a la ciudadanía a tomar mejores decisiones y mejorar la capacidad de la ciudad para alcanzar objetivos de movilidad, eficiencia energética, resiliencia y desarrollo económico.
De la misma manera, busca acelerar el mercado para comprender, desarrollar y probar modelos comerciales, de inversión y de gobernanza para replicar soluciones de ciudades inteligentes en urbes de diferente tamaño y madurez.
Por último, persigue responder a la creciente demanda de participación ciudadana, mejorar la capacidad de los gobiernos locales para la formulación de políticas y la prestación de servicios mediante la colaboración y el codiseño para ofrecer un mejor servicio a la ciudadanía, las empresas y los visitantes.
Manual estratégico para el desarrollo de ciudades inteligentes
Los manuales estratégicos de Sharing Cities están diseñados para ayudar a las ciudades interesadas en replicar soluciones de smart city a comprender los pasos necesarios para implementar con éxito nuevas tecnologías en contextos urbanos. Brindan orientación y conocimientos prácticos, responden a preguntas y dudas comunes, y ofrecen recomendaciones a través de las lecciones aprendidas en las ciudades faro del proyecto.
La última guía se publicó el pasado mes de febrero bajo el título ‘Infraestructura de barrio inteligente: activos estratégicos para una verdadera smart city’. Este documento proporciona una visión conjunta de las experiencias de las tres ciudades piloto en la creación de una smart city mediante la fusión de datos procedentes de dispositivos y sensores inteligentes con una plataforma de datos urbanos para obtener información útil para tomar mejores decisiones y mejorar los servicios de las ciudades.
Entre las barreras para la adopción de infraestructura urbana inteligente, el manual señala su naturaleza transversal, que el mercado de las smart cities todavía está demasiado centrado en las soluciones y no tanto en las necesidades reales, la inversión debido a la falta de modelos de negocio probados, que la interacción con la infraestructura inteligente privada es limitada, la interoperabilidad entre los diferentes sistemas, la percepción pública, la ética y la transparencia, y la concienciación sobre ciberseguridad.
Asimismo, apunta que los beneficios de las infraestructuras inteligentes son reales y ya han sido validados. Entre otras cosas, se obtienen mejores servicios para la ciudadanía, permiten a los gobiernos locales gestionar sus activos en remoto haciéndolos más eficientes, facilitan la descarbonización de las ciudades y la consecución de los objetivos climáticos, proporcionan datos valiosos esenciales para las plataformas de datos del futuro, incluidos los gemelos digitales; tecnologías como el 5G, la banda ancha y el wifi público incrementan la conectividad de la ciudad; y, por último, ayudan a las urbes a responder a necesidades o emergencias específicas, tales como pandemias o inundaciones.
Las ciudades piloto de Sharing Cities también han dejado una serie de aprendizajes clave, tales como la necesidad de identificar primero las necesidades de cada urbe de cara a la implementación de tecnología inteligente y digital. Además, la guía subraya la importancia de las asociaciones entre el mundo académico y los sectores público y privado, de la colaboración entre ciudades, del compromiso ciudadano y de la innovación en los modelos de negocio. Finalmente, se ha demostrado que la interacción entre soluciones puede cambiar la propuesta de valor; por ejemplo, los sistemas de smart parking pueden ser más rentables y efectivos cuando se combinan con farolas inteligentes.
Resultados en Lisboa, Milán y Londres
La guía ‘Infraestructura de barrio inteligente: activos estratégicos para una verdadera smart city’ recoge también diversos ejemplos de las soluciones implementadas en Lisboa, Milán y Londres, así como los resultados obtenidos.
El mercado social digital, una aplicación para promover la conciencia ambiental en los centros educativos; y el sistema de planificación energética sostenible, una herramienta para ayudar a los gestores de la ciudad a utilizar mejor los recursos energéticos y predecir el crecimiento de la instalación de paneles solares, desarrollados en el contexto del proyecto Sharing Cities en Lisboa, se han mostrado como servicios a terceros que pueden consumir datos de la plataforma urbana y darles forma enfocados a distintos tipos de usuarios.
En Milán la plataforma urbana de uso compartido se utilizó para integrar datos de todas las formas de movilidad de la ciudad. Como resultado, se mejoró la gestión de los hubs de movilidad y ayudó a probar soluciones de e-logística. Asimismo, contribuyó en la planificación y gestión de la ciudad, en concreto, con esquemas de bicicletas eléctricas administrados por diferentes operadores a lo largo de la ciudad.
En el caso de Londres, el coche compartido electrificado ha incrementado la visibilidad de la electromovilidad. Además, este proyecto piloto ha integrado la carga eléctrica en farolas inteligentes, una infraestructura más flexible que se puede instalar de manera más amplia y de la que se obtienen datos valiosos para la mejora del servicio.
Finalmente, el manual estratégico de Sharing Cities ofrece herramientas, recursos e información útil para el desarrollo de ciudades inteligentes de acuerdo a los desafíos, las pruebas y los resultados identificados durante el desarrollo del proyecto.