Recientemente, el Servicio Comunitario de Información sobre Investigación y Desarrollo de la Unión Europea (Cordis) ha publicado un conjunto de resultados de nueve proyectos financiados con fondos europeos con el objetivo común de impulsar el desarrollo de soluciones para avanzar hacia zonas rurales inteligentes, sostenibles y resilientes.
Cerca de un tercio de la población europea vive en zonas rurales, que constituyen más de tres cuartas partes del territorio total de la Unión Europea. Estas áreas desempeñan un papel fundamental para garantizar la administración de los recursos naturales, mitigar los efectos del cambio climático y permitir la transición hacia una Europa digital, sostenible y resiliente.
Entre los desafíos a los que se enfrentan las zonas rurales, se encuentran un importante descenso de la población durante las últimas décadas, a medida que la ciudadanía más joven se traslada a las ciudades en busca de oportunidades. En consecuencia, aquellas personas que eligen quedarse en áreas rurales suelen experimentar menos posibilidades económicas e ingresos, unos servicios básicos escasos y una brecha digital que aumenta las desigualdades.
Zonas rurales con la irrupción de la COVID-19
La COVID-19 ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades e interdependencias de las comunidades rurales y urbanas, pues numerosos habitantes de las ciudades se han trasladado a pueblos, buscando más espacio y entornos naturales en una etapa marcada por las restricciones de aforos y movilidad, y en la que se pasa más tiempo en el hogar.
En esta situación, las comunidades rurales han ayudado a mantener un suministro de bienes y servicios esenciales para toda la ciudadanía, pero también se han enfrentado a dificultades, como menos posibilidades de teletrabajo, conexiones en línea deficientes que complican la educación a distancia y una mayor presión sobre sus servicios básicos, incluida la asistencia sanitaria.
Visión rural a largo plazo
En este contexto, el desarrollo de una visión rural a largo plazo, propuesto por la Comisión Europea, pretende movilizar de forma amplia a responsables políticos, agentes rurales y ciudadanía para participar en un diálogo sobre el futuro de las comunidades rurales de la UE y su lugar en la sociedad.
El objetivo final será proporcionar una visión holística hasta 2040 que permita el desarrollo y la aplicación de soluciones innovadoras, inclusivas y sostenibles adaptadas a las regiones rurales, teniendo en consideración la crisis climática, la transformación digital en curso y la recuperación de la pandemia.
De esta manera, numerosos proyectos financiados con fondos europeos en el marco del programa Horizonte 2020 han estado trabajando en la aplicación de tecnologías, habilidades y experiencia para abordar los problemas a los que se enfrentan las zonas rurales y aumentar su potencial. En este sentido, Cordis ha publicado recientemente un pack de resultados de nueve de estas iniciativas, cuya finalidad común es impulsar el desarrollo de soluciones para avanzar hacia zonas rurales inteligentes, sostenibles y resilientes.
Emprendimiento rural innovador
En el marco del proyecto Liverur -Living Lab research concept in Rural Areas-, que llegará a su fin el próximo mes de octubre tras más de tres años de trabajo, se ha creado un conjunto de herramientas integral para ayudar a las empresas rurales a diseñar modelos de negocio sostenibles e innovadores que contribuyan a una economía circular y estén adaptados a sus circunstancias particulares, así como una plataforma en línea para que puedan interactuar más fácilmente. Liverur está coordinado por la Fundación Universitaria San Antonio (España) y cuenta con un presupuesto global de 4.107.005 euros.
Las herramientas diseñadas forman parte del concepto de modelo de negocio Regional Circular Living Lab Business Model Concept (RAIN), que actualmente se está aplicando en 13 regiones piloto de toda Europa. Se trata de living labs donde los usuarios, incluidos científicos y profesionales, colaboran en entornos reales a fin de identificar soluciones innovadoras a desafíos a través de la cocreación.
Para que las partes interesadas puedan unirse a estos laboratorios o crear uno propio, se ha establecido la plataforma en línea RAIN Platform, que seguirá a disposición de emprendedores y empresas rurales tras la finalización de la iniciativa. Esta permite conectar, acceder a las herramientas y obtener apoyo para desarrollar soluciones adaptadas a sus necesidades.
Entre los resultados más recientes, se encuentran los del proyecto Newbie -New Entrant netWork: Business models for Innovation, entrepreneurship and resilience in European agriculture-, que trabaja en modelos de negocio innovadores para que los participantes potencien la innovación, la resiliencia y el emprendimiento en la agricultura europea. Liderado por Stichting Wageningen Research (Países Bajos), cuenta con una asignación de 1.995.040,75 euros, y se inició en 2018 y finalizará a finales de 2021.
Newbie, que acumula ya numerosos casos de éxito, ha presentado un conjunto de herramientas para ayudar a los nuevos agentes del sector de la agricultura y ha desarrollado redes de apoyo para fomentar modelos de negocio y participación innovadores. Así, ha elaborado una serie de descripciones prácticas y ha recopilado información en los diferentes idiomas de los países participantes en la iniciativa.
En cuanto a Robust -Rural Urban Outlooks: Unlocking Synergies-, ha diseñado trayectorias para mejorar las sinergias en la gobernanza de las comunidades urbanas y rurales. Con un presupuesto general de 5.999.937,50 euros y coordinado por Wageningen University (Países Bajos), Robust llegará a su fin el próximo mes de mayo tras cuatro años de trabajo.
En un primer paso, el consorcio del proyecto desarrolló un marco para conceptualizar las interacciones entre las comunidades urbanas y rurales en base a tres claves: las zonas en las que las personas viven, trabajan y colaboran; la gobernanza en red, es decir, la toma de decisiones conjunta por parte de agentes locales a diferentes escalas y con distintas colaboraciones entre sectores; y el desarrollo inteligente.
Como resultado, se ha elaborado una guía para profesionales, un documento de ejemplos prácticos de modelos de negocio rurales y urbanos, así como buenas prácticas para proporcionar servicios públicos e infraestructuras de forma equitativa a las personas que habitan en las ciudades y en el campo, como por ejemplo, el transporte compartido inteligente.
El proyecto Rubizmo -Replicable business models for modern rural economies-, en desarrollo desde mayo de 2018 y hasta octubre de 2021, trabaja en la revitalización de las regiones rurales de Europa mediante el emprendimiento rural innovador. Cuenta con una asignación de 3.928.852,04 euros y está coordinado por Rise Research Institutes of Sweden AB (Suecia).
Sus principales resultados son la Virtual Library, una biblioteca online que recoge ejemplos de modelos de negocio innovadores de éxito; la Transformation Support Tool, una herramienta de apoyo a la transformación que guía a los emprendedores a la hora de dar forma a sus negocios; y el Cooperation Toolkit, un conjunto de herramientas para la cooperación.
Innovación social en regiones rurales
En el ámbito de la innovación social como forma de revitalizar las zonas rurales despobladas, se enmarca el proyecto Simra -Social Innovation in Marginalised Rural Areas-.Se desarrolló entre abril de 2016 y marzo de 2020, con un presupuesto de 5.935.828,75 euros y coordinado por The James Hutton Institute (Reino Unido).
Basado en diversos casos de estudio, investigaciones en diferentes regiones y varias acciones innovadoras, Simra ha elaborado bases de datos, soluciones y recomendaciones para impulsar la innovación social en zonas rurales marginadas de Europa, que suelen presentar unos servicios e infraestructuras escasas, con la característica añadida de poblaciones envejecidas en un contexto de cambio climático y demográfico.
Por su parte, la iniciativa Ruraction -Social Entrepreneurship in Structurally Weak Rural Regions: Analysing Innovative Troubleshooters in Action-, que dio comienzo en 2016 y concluyó el pasado 31 de enero, ha estudiado cómo operan los agentes de innovación social en las regiones rurales, el impacto que están teniendo y cómo conseguir que proliferen.
Coordinado por Leibniz-Institut für Raumbezogene Sozialforschung (Alemania) y con un presupuesto de 2.529.895,32 euros, el consorcio de Ruraction publicó el documento ‘Cómo se puede apoyar la innovación social en regiones rurales estructuralmente débiles’, que recoge estrategias de apoyo y financiación para promover soluciones de innovación social y crear un desarrollo regional más favorable.
Asimismo, ha hecho una serie de recomendaciones en base a las lecciones aprendidas: los programas de apoyo deben adaptarse a las diversas fases del proceso de innovación, es necesario aumentar la inversión en el desarrollo creativo, comprender mejor los mecanismos de innovación social, establecer unos umbrales más bajos para los importes de financiación y promover la desburocratización de los fondos europeos.
De los trabajos restantes incluidos en el conjunto de resultados de Cordis, el proyecto Salsa ha estudiado las explotaciones agrícolas pequeñas para contribuir a alcanzar todo su potencial; Imajine ha adoptado un enfoque multidisciplinar para abordar las desigualdades territoriales en Europa; y la iniciativa Suprema ha proporcionado una hoja de ruta para adecuar la política agraria común (PAC) de la UE a los retos futuros.
En definitiva, aunque los territorios rurales podrían beneficiarse del retorno a los pueblos, de más productos locales y del turismo debido a la situación de pandemia actual, el añadido de los modelos de negocio novedosos y las iniciativas de innovación social pueden contribuir a garantizar que estas zonas alcancen todo su potencial y se conviertan en comunidades rurales inteligentes, verdes y resilientes.