El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), ha dado luz verde a la Estrategia a Largo Plazo para una Economía Española Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050 (ELP 2050). Este documento transversal responde a los compromisos de España como Estado miembro de la Unión Europea y del Acuerdo de París.
Tras el periodo de información pública, el Gobierno ha aprobado la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo, que servirá de guía para orientar las inversiones en los próximos años, analiza las distintas opciones para la descarbonización de la economía española y propone una trayectoria a 2050 para alcanzar la neutralidad climática, basada en la tecnología y el conocimiento científico disponibles.
Se alinea con el aumento de la ambición climática a nivel internacional liderado por la UE, que pretende ser el primer continente neutro en emisiones en 2050. La Comisión Europea apuesta por incrementar el objetivo europeo de reducción de emisiones a 2030, pasando de al menos un 40% respecto a 1990 a un mínimo de un 55%, una decisión respaldada por España en una declaración conjunta.
La ELP 2050 permitirá que España reduzca, no más tarde de 2050, sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 90% respecto a 1990. Esto implica reducir las emisiones de CO2 desde las 334 millones de toneladas equivalentes (MtCO2eq) emitidas en 2018 a un máximo de 29 MtCO2eq en 2050. El 10% restante de las emisiones será absorbido por los sumideros de carbono, que serán capaces de captar unas 37 MtCO2eq a mediados de siglo, lo que supone alcanzar la neutralidad climática.
Este documento complementa el Marco de Energía y Clima del Gobierno junto al Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia de Transición Justa, la Estrategia de Pobreza Energética, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (2021-2030).
Transición energética y ecológica
Uno de los principales objetivos de la ELP es la mitigación de emisiones para alcanzar la neutralidad climática antes de mediados de siglo. Para ello, el sistema energético debe basarse en fundamentalmente en energías renovables, representando un 97% en el consumo final. El ahorro y la eficiencia energética también tienen un papel fundamental en la estrategia, reduciendo los consumos de energía primaria y final en torno a un 50% desde el año 2020 hasta el 2050.
Todas las transformaciones señaladas generarán un cambio en la estructura energética, que redundará en una reducción de la dependencia exterior. Se estima que España pasará de importar el 73% de la energía consumida en 2018 al 13% en 2050, lo que implicará un ahorro acumulado en importaciones de combustibles fósiles entre 2021 y 2050 de unos 344.000 millones de euros.
El documento identifica las oportunidades y palancas para la modernización y descarbonización de los diferentes sectores económicos del país, que vivirán en las próximas décadas un proceso de transformación tecnológica progresiva vinculada, especialmente, a la penetración de energías renovables. Asimismo, anticipa que la contribución de energías renovables sobre la energía final se situará en un 97%, siendo el sector eléctrico 100% renovable antes de llegar a mitad de siglo. Mientras que la contribución de las energías renovables al transporte y la movilidad alcanzará el 79%, un sector que reducirá sus emisiones cerca del 98% respecto a valores actuales.
Adaptación al cambio climático y oportunidades de empleo
Otra dimensión destacada de la ELP es la adaptación al cambio climático. Los cambios en el paradigma energético generarán efectos positivos en la salud y la calidad de vida, y favorecerá la conservación de la biodiversidad y la adaptación a los efectos del cambio climático.
El proceso de transición de cada sector permitirá una reducción de la presencia de contaminantes primarios asociados a la polución atmosférica como el dióxido de azufre (SO2), que disminuirán un 55%; los óxidos nitrosos (NOX), que se reducirán un 38% y las partículas finas PM2.5, cuya presencia descenderá un 36%.
Asimismo, la ELP identifica las oportunidades económicas y de generación de empleo que plantea el proceso de descarbonización y señala que España puede ser líder en nuevos segmentos de la cadena de valor como los asociados a la digitalización, que pueden tener un papel fundamental en la reactivación de la economía española, en línea con los instrumentos de recuperación comunitarios.