El pasado martes, el Parlamento Europeo aprobó tres informes que estudian cómo regular la inteligencia artificial en la UE con el objetivo de promover la innovación, la ética y la confianza en la tecnología.
La Unión Europea está preparando una batería de medidas para abordar las oportunidades y desafíos de la inteligencia artificial, centradas en la confianza en la tecnología y en su potencial impacto en los ciudadanos a nivel individual, en la sociedad y en la economía. Asimismo, la nueva normativa busca garantizar un ambiente propicio para que investigadores, desarrolladores y empresas puedan trabajar en su desarrollo.
En este contexto, el Parlamento Europeo ha aprobado tres informes para orientar las normas que gobernarán la inteligencia artificial y en las que confluyen cuestiones éticas, de responsabilidad civil y de derechos de propiedad intelectual. Por su parte, la Comisión, que pretende destinar 20.000 millones de euros al año para potenciar las inversiones públicas y privadas en IA, tiene previsto emitir su propuesta legislativa a principios del año que viene.
Marco ético, responsabilidad civil y derechos de propiedad intelectual
El primer informe, preparado por el eurodiputado español Ibán García del Blanco, insta a la Comisión Europea a diseñar un nuevo marco jurídico que desarrolle los principios éticos y las obligaciones jurídicas vinculadas al despliegue, la implantación y el uso de la inteligencia artificial en la Unión Europea, así como la robótica u otras tecnologías relacionadas. De esta manera, cualquier ley futura tendrá que atenerse a los principios de una IA antropocéntrica y antropogénica; seguridad, transparencia y rendición de cuentas; salvaguardias contra el sesgo y la discriminación; derecho de reparación; responsabilidad social y medioambiental; respeto de la intimidad y protección de los datos. Igualmente, las tecnologías que presenten un riesgo elevado habrán de diseñarse de forma que permitan la supervisión humana en cualquier momento.
El eurodiputado alemán Axel Voss ha presentado un texto dedicado a la responsabilidad civil. Este segundo informe busca hacer responsables a quienes trabajan con una inteligencia artificial de riesgo de cualquier perjuicio que esta pudiera causar, un marco jurídico que potenciará la innovación, a la vez que protege a los ciudadanos y dota a las empresas de seguridad jurídica. Las normas se aplicarán a cualquier actividad física o virtual, que provoque daños o perjuicios a la vida, la salud, la integridad física o la propiedad, así como daños inmateriales significativos que den lugar a una pérdida económica verificable.
Por último, el informe que firma el eurodiputado francés Stéphane Séjourné se centra en los derechos de propiedad intelectual con salvaguardias para el sistema de patentes de la UE, a fin de proteger a los desarrolladores que innoven. Enfatiza en la necesidad de diferenciar entre creaciones humanas con ayuda de la IA y creaciones generadas directamente por esta tecnología, y considera que la inteligencia artificial no debe tener personalidad jurídica, por lo que solo los humanos pueden se titulares de los derechos de protección intelectual. El texto ahonda en cuestiones como los derechos de autor, la recogida de datos, los secretos comerciales, el uso de algoritmos y los productos ultrafalsos (deep fakes).