El informe ‘Plataformas y software de IoT. Fases para alcanzar una Smart City’, lanzado recientemente por la compañía experta en iluminación, Signify, junto con la firma de inteligencia de mercado de infraestructuras inteligentes, Northeast Group LLC, realiza un recorrido por las diferentes etapas para desarrollar un modelo de ciudad inteligente basado en plataformas y software de IoT.
El estudio ‘Plataformas y software de IoT. Fases para alcanzar una Smart City’ de Signify y Northeast Group LLC da comienzo con un cronograma de implementación del hardware y del software en tres niveles.
Empieza con un primer nivel en el que se pone en marcha un sistema de alumbrado público inteligente con tecnología LED, junto con un Sistema de Información Geoespacial (GIS) y otro de gestión central (CMS), actuaciones que permiten conseguir los objetivos de sostenibilidad. En el segundo nivel, la ciudad pasa a usar otros sensores de IoT y aplicaciones de terceros, como la sensorización para aparcamientos inteligentes, para más ventajas ambientales y de seguridad. En el tercer nivel del cronograma, la urbe aprovecha plenamente la plataforma de IoT con una gama completa de sensores integrada en el mercado de datos, lo que permite la posibilidad de monetización de los datos urbanos.
Componentes clave de las plataformas de IoT
Casi todas las plataformas de IoT cuentan con cuatro componentes clave, a los que el informe dedica un apartado. En primer lugar, el denominado ‘único panel de control’, una vista unificada de los sensores de IoT de la ciudad y diversas aplicaciones, que proporciona una visión general de la actividad urbana en un solo vistazo. Un ejemplo sería la pantalla principal de la sala de control de una ciudad, que debe permitir tanto la supervisión como el control de la infraestructura urbana.
Para proporcionar esta vista unificada, el panel de control puede agregar datos de diferentes aplicaciones de la ciudad gracias al uso de estándares abiertos. Entre las aplicaciones clave que se integran en la plataforma, se encuentran las de alumbrado urbano inteligente, smart parking, sensores ambientales y de calidad del aire, seguridad pública, gestión inteligente de residuos o infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.
Una vez unificadas varias aplicaciones en un único panel de control, el análisis permite identificar los problemas, proporcionar información necesaria para abordarlos y reconocer las tendencias. El análisis incluye representaciones gráficas completas, datos históricos para comprobar las hipótesis retrospectivamente y prestaciones predictivas, con el fin de sentar las bases para una planificación urbana más eficaz en base a los nuevos datos de IoT. Asimismo, la plataforma permite publicar los conjuntos de datos en los portales de datos para ponerlos a disposición de desarrolladores de aplicaciones terceros.
Por último, las plataformas de IoT suelen ofrecerse a través de modelos tipo SaaS (Software as a Service), en los que la ciudad realiza pagos periódicos y recibe asistencia continua y actualizaciones de software. Estas soluciones en la nube simplifican la infraestructura de la tecnología informática (IT) que las urbes necesitan para habilitar los sistemas de smart city.
Aplicaciones de terceros y comunidades de desarrolladores
Según el informe, los avances de smart city no solo dependen de la ciudad, sino que los desarrolladores terceros pueden crear programas beneficiosos para los municipios a partir de los datos y la infraestructura existente.
En el pasado, los proveedores de software solo ofrecían sus propias aplicaciones con sus productos, pero hace más de una década se produjo un cambio de paradigma y las plataformas empezaron a abrirse a otros proveedores. En este sentido, el modelo de plataforma abierta ha impulsado la innovación y la creación de diversas aplicaciones nuevas, y aunque el mercado de aplicaciones de datos urbanos es joven, podría crecer con la ayuda de inversiones en IoT a gran escala.
Esta primera generación de aplicaciones de datos urbanos cuenta con ejemplos relevantes en lugares como Londres, Nueva York o Chicago, que se han basado en los programas de datos abiertos de estas ciudades y aprovechan los de los sistemas de IT municipales, la policía o el GIS.
Las plataformas de IoT van a inyectar masivamente datos de sensores a las fuentes y los conjuntos de datos existentes, que se podrán utilizar en las aplicaciones de datos urbanos de segunda generación. Los sensores basados en alumbrado público que controlan el tráfico de vehículos y peatones, la acústica, el aparcamiento o la calidad del aire proporcionarán una nueva fuente de inteligencia, de utilidad tanto para la ciudadanía, como para los funcionarios municipales o los contratistas urbanos.
Además, el estudio predice el auge de un mercado que permite monetizar los datos urbanos, que a su vez conllevará desafíos relativos a la privacidad. Algunas ciudades están avanzando en este sentido, como es el caso de Copenhague (Dinamarca), que puso en marcha la iniciativa City Data Exchange de datos privados y públicos, dirigida a crear un mercado en el que se puedan comprar y vender distintos conjuntos de datos.
El caso de Copenhague
El Ayuntamiento de Copenhague ha sido uno de los primeros en experimentar con un mercado de datos. La iniciativa denominada City Data Exchange (CDE) dio comienzo en 2013, con socios del sector público y del privado, para ayudar a proporcionar conocimientos sobre los casos de uso de datos que son viables, el valor de mercado de los datos urbanos reales y las nuevas fuentes externas.
El proyecto reunió 140 conjuntos de datos diferentes -que incluyen seguimiento de teléfonos móviles, recuento de conexiones inalámbricas, de imágenes de cámaras y sensores de tráfico- y estaba dirigido expresamente a los desarrolladores de aplicaciones, a los proveedores de transporte y a otras partes interesadas similares.
De esta iniciativa, se concluye que los datos más codiciados son los referentes a “cómo se mueven las personas en los distintos lugares y el tiempo que pasan en cada zona determinada”. No obstante, esta información debe correlacionarse con otros conjuntos de datos para aportar conocimiento, lo que refuerza la importancia de contar con varias fuentes en el mercado y de proteger la información de identificación personal (IIP).
A modo de conclusión, el informe definitivo del proyecto hace tres recomendaciones: definir casos de uso sólidos, crear una comunidad de datos regional/nacional, y establecer estándares comunes para el uso compartido de datos.
Fuentes para mercados de datos urbanos
Los mercados de datos urbanos tienen el potencial de actuar como importantes catalizadores para estimular la innovación de terceros y extraer valor de los recursos de datos de las ciudades de todo el mundo. Sin embargo, aún hay escasos ejemplos y es necesario encontrar soluciones a los desafíos que se presentan, tales como directrices claras sobre la propiedad de los datos.
De acuerdo con el informe, uno de los aspectos en los que coinciden tanto los municipios como los proveedores es en que las herramientas de visualización de datos y las aplicaciones de terceros van a ser esenciales para materializar todo el potencial de los mercados de datos. De hecho, tras el City Data Exchange de Copenhague, la capital danesa inició un nuevo proyecto para combinar diferentes fuentes de datos y visualizar la información de manera eficaz.
Finalmente, el informe recopila los diferentes retos en este sentido y ofrece posibles soluciones. En el caso de la privacidad, propone procesos y políticas robustas para anonimizar los datos y proteger la IIP con la aceptación de las diversas partes interesadas. Y en cuanto a la vulnerabilidad en materia de seguridad de los sensores de IoT y las redes de comunicaciones, sugiere la adopción de estándares de ciberseguridad desarrollados por organismos de estándares internacionales y el uso de una plataforma única y de prestigio.
El informe ‘Plataformas y software de IoT. Fases para alcanzar una Smart City’ de Signify y Northeast Group LLC puede consultarse al completo en este enlace.