Un nuevo estudio del Instituto de Investigación de Capgemini, bajo el título ‘Street Smart: Putting the citizen at the center of Smart City initiatives’, ha analizado las respuestas de 10.000 habitantes de ciudades y más de 300 miembros de gobiernos municipales de 10 países y 58 urbes. Entre otras cosas, el informe desvela que la mayoría de personas que viven en la ciudad piden avanzar hacia un modelo urbano más inteligente y sostenible.
Ciudadanos y políticos municipales de España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Países Bajos, Italia, Suecia, India y Singapur han participado en la encuesta llevada a cabo por el Instituto de Investigación de Capgemini el pasado mes de abril sobre el papel de la población en las iniciativas de smart city.
Según informa en un comunicado la corporación de servicios de consultoría tecnológica Capgemini, se puede concluir del estudio ‘Street Smart: Putting the citizen at the center of Smart City initiatives’ que “la vida hoy en las ciudades no responde a las mayores expectativas del ciudadano en la era digital”. Se saca esta conclusión de los resultados de la encuesta, en la que un 40% de los preguntados ha declarado que podría abandonar su lugar de residencia a causa de problemas diversos, entre los que se incluyen las “frustraciones digitales”.
El informe también revela que más de la mitad de los habitantes urbanos considera que las ciudades inteligentes son sostenibles y que ofrecen servicios urbanos de mayor calidad, lo que explica por qué más de un tercio de ellos estaría dispuesto a pagar más por una existencia urbana más satisfactoria. Como principales problemas para su implantación, se ponen de manifiesto lo referente a los datos y la financiación.
Asimismo, Capgemini ha comprobado que solo uno de cada diez miembros de gobiernos municipales afirma encontrarse en una fase avanzada de implantación del modelo de ciudad inteligente y menos de una cuarta parte ha empezado a desarrollar iniciativas en este ámbito.
Mejora de la calidad de vida en las ciudades
De acuerdo con el estudio, la sostenibilidad está adquiriendo una importancia cada vez mayor para la población. Así, cuestiones como la contaminación (42%) y la falta de iniciativas sostenibles (36%) constituyen los problemas más serios para los urbanitas.
Por su parte, el 42% de los integrantes de equipos de gobierno municipal afirma que los planes de sostenibilidad se han quedado atrás en los últimos tres años y el 41% dice que la previsión de que en los próximos años sus ciudades se vuelvan insostenibles es una de las principales consecuencias de no adoptar tecnologías digitales.
Las iniciativas de smart city, además de conseguir mejoras en los servicios públicos, cuentan con una percepción positiva por parte de la ciudadanía, que se sienten más satisfechos con su calidad de vida si se ven beneficiados por dichas iniciativas.
Así, el 73% de habitantes urbanos que ha disfrutado de este tipo de proyectos, afirma sentirse más contento en términos de salud, como por ejemplo en lo que respecta a la calidad del aire. La cifra cae al 56% entre aquellos que no han experimentado iniciativas de ciudad inteligente.
En este sentido, más de un tercio de urbanitas está dispuesto a pagar por vivir en una smart city, un porcentaje que se incrementa entre los encuestados de India (69%), aquellos con una renta anual superior a 80.000 dólares (43%) y entre los más jóvenes: millennials (44%) y generación Z (41%).
En el ámbito económico, un 74% de los dirigentes encuestados cree que las smart cities atraerán mano de obra altamente cualificada; desde el punto de vista ciudadano, esta percepción se queda en un 59%.
Principales desafíos para la implantación de iniciativas inteligentes
Al igual que las ciudades inteligentes pueden dar respuesta a muchos de los retos urbanos, su implantación también ha de superar algunos desafíos. Los datos son una de las claves de este modelo de ciudad, y sin embargo, el 63% de los habitantes urbanos considera que la privacidad de sus datos personales es más importante que disponer de mejores servicios públicos.
Por su parte, un 70% de los miembros de gobiernos municipales asegura que conseguir fondos para sus presupuestos es complicado y el 68% dice que les resulta difícil acceder y crear las plataformas digitales necesarias para el desarrollo de estas iniciativas. Desde la perspectiva ciudadana, el 54% cree que las bigtech prestarían mejores servicios urbanos que los ofrecidos en la actualidad.
El modelo de ciudad inteligente, un aliado en la crisis de la COVID-19
En el contexto actual generado por la COVID-19, la tecnología se ha mostrado como un importante aliado. Según los resultados obtenidos por Capgemini, los responsables de los gobiernos municipales están utilizando nuevas tecnologías para hacer frente a los desafíos derivados de la crisis sanitaria.
Un 68% de los encuestados ha comprobado que utilizar iniciativas digitales como aplicaciones móviles que conectan a las personas con los centros sanitarios o que permiten el seguimiento de los pacientes a distancia está ayudando en la gestión de la situación.
El informe destaca ejemplos como el de la ciudad de Bengaluru (India), donde se han elaborado planes de contención utilizando tecnologías de mapeo de calor y se ha reconvertido su centro de mando en una sala dedicada al seguimiento de pacientes.
Mientras que en Roma, personal del aeropuerto está usando cascos inteligentes con funciones de realidad aumentada y escáneres para el control de múltiples visitantes de forma simultánea manteniendo la distancia de seguridad.
El caso de España
En el caso de las ciudades españolas participantes en el estudio, los residentes se plantean mudarse a otro lugar por diversos temas. En Madrid y Sevilla debido al transporte y la movilidad, en Barcelona por cuestiones de seguridad pública, y en Valencia y Málaga por asuntos económicos.
La ciudadanía española supera a la media en la importancia que da a la tecnología de ciudad inteligente para alcanzar urbes más sostenibles (63% frente al promedio de 58%) y mejorar la calidad de los servicios públicos (61% frente al 57%). Por lo tanto, un 42% estaría dispuesto a pagar más por el acceso a iniciativas de smart city, ya que les gustaría vivir en una urbe altamente desarrollada y conectada. En este sentido, los malagueños hacen especial hincapié en las iniciativas relativas a la salud, mientras que madrileños, barceloneses, valencianos y sevillanos destacan los servicios al ciudadano.
No obstante, tan solo un 19% de dirigentes políticos de ciudades españolas afirma haber publicado una estrategia o visión para convertirse en una smart city e iniciado alguna iniciativa de este tipo.
El informe también destaca que debido a la falta de financiación nacional, autonómica o local para implementar planes de ciudad inteligente, el país ha apostado por optar a fondos europeos e internacionales para llevar a cabo estas estrategias.
En definitiva, para acelerar el proceso de implantación del modelo de ciudad inteligente a nivel mundial es necesaria la estrecha colaboración de los principales agentes implicados.
Partiendo de los resultados del informe, Capgemini recomienda un enfoque en tres fases para los gobiernos municipales: crear una visión de smart city con la sostenibilidad y la resiliencia como piedras angulares; promover entre sus miembros la capacidad de iniciativa, la protección de datos y confianza; y desarrollar una cultura de innovación y colaboración con la ciudadanía y con entidades externas.