Italia ha comenzado su ‘Fase 2’ de la desescalada tras vivir más de 70 días de confinamiento en la zona norte, siendo el tercer país del mundo más afectado por el COVID-19. En este contexto, Milán ha desarrollado un ambicioso plan de movilidad, Strade Aperte, para garantizar las medidas de distanciamiento social, a la vez que promueve una forma más sostenible de moverse por la ciudad. Entre otras actuaciones, la estrategia contempla un uso seguro del transporte público, más zonas peatonales, áreas limitadas a 30 kilómetros por hora y 35 nuevos kilómetros de carril bici.
Ciudades de todo el mundo están incluyendo medidas de movilidad sostenible en sus planes de desconfinamiento para volver gradualmente a la normalidad de forma segura. Barcelona anunciaba hace unos días su adaptación en este sentido, y ahora se suma Milán con la presentación de su plan Strade Aperte.
Durante el período de confinamiento en Italia, la tendencia ha sido la reducción del uso de transporte público y el aumento de la utilización del vehículo privado para evitar contagios. Esto podría derivar en un incremento del tráfico, así como de la emisión de partículas contaminantes, por lo que se hace imprescindible repensar la movilidad y los espacios públicos en las ciudades. De esta manera, el Gobierno de Milán propone una estrategia con alternativas saludables y sostenibles, que ponen el foco en los peatones y el uso de la bicicleta.
Se sumarán 35 kilómetros de carril bici
En línea con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), la estrategia Strade Aperte de Milán contempla crear un sistema de carril bici que conecte barrios y zonas del área metropolitana, además de fortalecer las conexiones con el transporte público y las áreas de velocidad limitada a 30 kilómetros por hora, para promover la movilidad activa. Así, entre mayo y diciembre de 2020 se implementarán 35 nuevos kilómetros de carril bici que se sumarán a los 220 actuales, de los cuales más de 22 kilómetros estarán listos en verano.
Para impulsar el uso de la bicicleta, el plan también incluye la implementación de otros servicios e infraestructuras. En este sentido, se incentivará la intermodalidad mediante la sinergia entre la creación de nuevos itinerarios para bicicletas con los servicios de transporte público y bike-sharing, a través de soluciones de suscripción de movilidad como servicio, la extensión y presencia de sistemas de alquiler en las principales estaciones, políticas para llevar la bicicleta en los medios de transporte público y el incremento de la oferta de lugares de estacionamiento seguros.
Asimismo, se impulsará el uso de este medio de transporte para servicios de entrega a domicilio y cambios en la regulación. En lo que se refiere a medidas de seguridad, se contempla la creación de un registro para la prevención de robos, el diálogo con las partes interesadas, el uso de señalética, políticas de recompensas para usuarios de bicicletas e incentivos económicos para la compra de este medio de transporte sostenible.
También se creará un observatorio para la monitorización en tiempo real de la efectividad de las intervenciones, la capacidad de respuesta a las medidas de distanciamiento social y la toma de decisiones basada en datos sobre accidentes, movilidad y uso de bicicletas, entre otras variables.
Las actuaciones que se llevarán a cabo en la primera etapa del plan, denominada fase de emergencia, incluyen la identificación de carriles bici mediante señalización a lo largo de las principales rutas radiales y circulares de la ciudad, la conexión con los itinerarios existentes, intervenciones estructurales para mejorar la seguridad, el establecimiento de calles con velocidad limitada y el aumento de áreas compartidas para vehículos, bicicletas y peatones.
Ciudad 30
Milán también pretende convertirse en una ‘Ciudad 30’, es decir, una urbe donde el 60% de las calles cuentan con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora. La moderación de la velocidad permite ventajas en calidad de espacio urbano, aumento de la seguridad, reducción de accidentes y de emisiones nocivas causadas por el tráfico.
Para avanzar en el nuevo plan de movilidad Strade Aperte, se van a identificar un número significativo de nuevas áreas críticas en las que intervenir lo antes posible reduciendo el límite de velocidad e incluso estableciendo zonas con prioridad para peatones y ciclistas.
Replantear los espacios públicos
Para adaptar la vida en las ciudades a la nueva normalidad, resulta esencial favorecer los desplazamientos a pie para aligerar el transporte público y permitir actividades al aire libre en cumplimiento con las medidas de distanciamiento social previstas, así como ampliar el espacio en las aceras y establecer nuevas zonas peatonales y compartidas.
El Plan del Gobierno del Territorio (PGT) Milán 2030 identifica una red de espacios en los que se implementará el control del tráfico para mejorar la calidad ambiental y social. Además, durante la desescalada se fomentará la movilidad dentro de los vecindarios, los comercios de proximidad y la reanudación de actividades comerciales culturales y de ocio al aire libre.
A causa del aumento del tráfico peatonal y la extensión de espacios dedicados a las personas que se mueven a pie, también está previsto ampliar aceras, identificar zonas estrechas y establecer caminos seguros para la población más vulnerable. Se aumentarán también los espacios públicos y se incorporarán áreas para el juego infantil llamadas ‘play streets’, de forma experimental y temporal, especialmente en los barrios con menos zonas verdes.
Igualmente, se crearán nuevos espacios dedicados a los peatones mediante intervenciones de planificación urbana para facilitar la actividad física y el juego infantil, las llamadas ‘piazze aperte’. Por último, se ofrecerá a bares y restaurantes la posibilidad de colocar mesas en el exterior y se permitirá la realización de actividades al aire libre en áreas de estacionamiento (parklet) para recuperar parte de la capacidad perdida en los espacios cerrados.
Proyectos piloto
Lazzaretto e Isola serán los barrios piloto del plan Strade Aperte de Milán. La estrategia replantea estas zonas para que ofrezcan servicios y calidad de vida en un área que puede ser recorrida en tan solo 15 minutos a pie desde casa. Se peatonalizarán temporalmente algunas calles, se ampliarán las aceras, se establecerán zonas 30 y nuevas conexiones con carriles bici existentes, así como se habilitarán más espacios públicos al aire libre para niños y adultos.
En concreto, en el barrio de Lazzareto será peatonalizada de forma temporal via Lecco y se crearán conexiones para bicicletas y peatones con el futuro carril bici de Corso Buenos Aires, Bastioni y viale Tunisia. En cuanto al barrio de Isola, el foco de la actuación será via Toce, que se convertirá en una calle peatonal para el juego infantil, con conexión a zonas verdes y al jardín Bruno Munari.