La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial, GSMA y el Foro Económico Mundial han lanzado un plan de acción basado en la colaboración público-privada para hacer uso de las tecnologías e infraestructuras digitales con el fin de dar apoyo a ciudadanía, gobiernos y negocios durante y tras la pandemia.
Las aplicaciones de rastreo e inteligencia artificial están siendo de gran ayuda para evitar los contagios y entender mejor el coronavirus. Sin embargo, ninguna de estas soluciones tecnológicas sería posible sin redes resilientes que impulsen la conectividad digital.
El plan de acción impulsado por la ITU, el Banco Mundial, GSMA y el Foro Económico Mundial surge de una mesa redonda virtual celebrada hace unas semanas con la presencia de ministros, reguladores TIC y CEOs de compañías tecnológicas de todo el mundo. El grupo de expertos estuvo de acuerdo en que la colaboración entre los sectores público y privado será esencial para responder a la crisis y garantizar que las redes estén bien equipadas para manejar el aumento del tráfico online, ayudar a los gobiernos y garantizar el acceso a los servicios digitales a las poblaciones más vulnerables. Así, el objetivo del plan es establecer áreas prioritarias que puedan ser abordadas por las instituciones en colaboración con el sector privado.
Áreas prioritarias
Se identificaron cinco áreas prioritarias para mantener la conectividad durante la crisis sanitaria.
En primer lugar, el despliegue de banda ancha, el fortalecimiento de la resiliencia y seguridad de las redes, y la gestión de la congestión. Asimismo, es necesario conectar servicios vitales y garantizar la continuidad de los servicios públicos para salvaguardar el bienestar de la ciudadanía. En tercer lugar, fortalecer modelos de tecnología financiera y negocios digitales para apoyar a los sectores más afectados. También promover la confianza y la seguridad online, y por último, aprovechar el poder del big data.
Para abordar estas cuestiones, el plan de acción incluye también respuestas operativas específicas a corto plazo: promover la resiliencia de la red, garantizar el acceso y la asequibilidad de los servicios digitales, apoyar el cumplimiento del distanciamiento social a la vez que se proporciona conectividad, aprovechar las herramientas de e-salud para combatir la crisis sanitaria y asegurar marcos institucionales adecuados.