El Black Swan se ha presentado en el espacio L’Atelier du France en París. Un barco eléctrico equipado con baterías de segunda vida para cruceros profesionales y privados, específico para navegar por el río Sena. La compañía fluvial Seine Alliance, junto a sus socios Green Vision y Grupo Renault, pretende demostrar la eficacia de un modelo basado en el principio de la economía circular.
El denominado Black Swan es un barco “cero emisiones” con una capacidad de entre dos y ocho personas, diseñado para realizar cruceros por el Sena de unas dos horas de duración -para un tiempo de carga de dos a tres horas-. No emite ningún gas de escape y navega de forma silenciosa, ya que se propulsa con dos motores eléctricos y no dispone de grupo electrógeno ni de motor térmico.
En el primer trimestre de 2020, se realizarán demostraciones de este barco eléctrico para la prensa, y se pondrá en servicio en el mismo período una vez recibidas las autorizaciones administrativas correspondientes.
Una apuesta por la transición energética
Se trata de una apuesta en materia de transición energética, con el objetivo principal de reducir el impacto ambiental de las actividades fluviales.
Se utilizan baterías de ion-litio procedentes de automóviles eléctricos Renault, que al terminar su “primera vida” en el vehículo, se extraen y acondicionan para su nuevo uso. Así, se evita el consumo de energía y de materias primas para la construcción de nuevas baterías.
Así funciona el Black Swan
El Black Swan está equipado con dos cadenas de propulsión totalmente eléctricas, independientes y autónomas, una característica que hace que la navegación sea segura.
Asimismo, las baterías se alojan en cuatro compartimentos de acero inoxidable, que garantizan la estanquidad y seguridad en el funcionamiento. De la misma manera, el peso de las baterías es inferior al del depósito de gasolina que equipa la versión térmica del barco.
Por su parte, cada propulsor está unido a dos compartimentos para baterías, permitiendo llegar a alcanzar la velocidad de crucero habitual. Mientras que el casco reciclado, diseñado por el constructor italiano Tullio Abbate, conserva una línea dinámica.
Así, las optimizaciones técnicas permiten mejorar la ergonomía del barco, para facilitar la circulación y asegurar el máximo confort de los pasajeros.