El crecimiento global del porcentaje de hogares conectados a Internet se desacelera, aumentando muy poco, del 53,1% al 54,8% el año pasado. Es un dato del informe «El Estado de la Banda Ancha» que ha presentado la Comisión de Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible de Unesco e ITU (Unión Internacional de Telecomunicaciones) que se ha presentado en Nueva York. El documento señala que los enfoques que se utilizan para el despliegue y uso de Internet no funcionan para la mitad de la población mundial, que aún carece de acceso a la red, y aboga por impulsar el concepto de «conectividad universal significativa».
Los autores del informe creen que para contrarrestar la desaceleración del crecimiento global en el acceso a Internet es necesario poner en marcha nuevas estrategias de colaboración que impulse este nuevo concepto de «conectividad universal significativa» que trate la banda ancha como un elemento de utilidad pública y un facilitador vital del desarrollo global.
Este concepto entiende que la banda ancha debe estar disponible, ser accesible, relevante y asequible, pero también debe ser segura, fiable, ha de tener un impacto positivo y capacitar al usuario. El informe aboga por aplicar este nuevo concepto como base de las nuevas estrategias digitales de las políticas públicas, porque «la inclusión digital solo puede ser significativa y efectiva si los usuarios de Internet se sienten capacitados para usar la tecnología y cuando esa tecnología es asequible, atractiva y segura», dijo el secretario general de la UIT, Houlin Zhao.
Una banda ancha accesible y fiable y una población empoderada
El informe muestra que en los países con bajos ingresos la adopción de Internet en el hogar mejoró solamente una media de 0,8%. Los datos de uso de Internet en general también muestran una desaceleración en el crecimiento global y en el crecimiento en los países en desarrollo en particular. Estos países albergan a la gran mayoría de los 3.700 millones de personas que aún no están conectados.
El copresidente de la Comisión que ha elaborado el informe, Carlos Slim, consideró que conectar a la población mundial a Internet se trata de «colaboración» y de «comprender las necesidades de las personas en términos de conectividad, alfabetización, acceso a contenidos y servicios en diferentes formatos e idiomas. Se trata de reducir el coste de esos servicios y de los dispositivos. Y se trata de empoderar a las personas que carecen de las habilidades básicas en TIC».
El informe sobre el estado de la banda ancha 2019 también ofrece una reflexión acerca de la falsa dicotomía entre personas conectadas y no conectadas, ya que puede ocultar importantes disparidades en el acceso a esa conexión, puesto que no es lo mismo quien tiene conexión a 256 kbps, que cuenta como banda ancha para fines estadísticos pero la experiencia en línea que ofrece es mucho peor que los usuarios que disfrutan de conexiones de 100 Mbps o más, velocidad considerada el estándar en las naciones más ricas del mundo.
El 4G será la tecnología móvil dominante este año
En cuanto a la banda ancha móvil, el informe muestra que, aunque se han sumado casi mil millones de nuevos suscriptores móviles en cinco años, la velocidad de crecimiento en las conexiones móviles también se ha desacelerado. La cobertura de la red móvil mejoró mucho más lentamente en los países de bajos ingresos, con una mejora del 22% en la cobertura 4G en los últimos cinco años, en comparación con un aumento del 66% en los países de ingresos medios bajos.
En 2018, 4G superó a 2G para convertirse en la tecnología móvil líder en todo el mundo, con 3.400 millones de conexiones, lo que representa el 44% del total. Según este documento, la red 4G pronto se convertirá en la tecnología móvil dominante, superando la mitad de todas las conexiones móviles mundiales en 2019, y se espera que alcance el 62% de todas las conexiones móviles para 2023.
Riesgos de la conectividad para poblaciones vulnerables
Los datos muestran que de los 730 millones de personas que se espera se suscriban a los servicios móviles por primera vez en los próximos siete años, la mitad provendrá de Asia Pacífico y poco menos de una cuarta parte del África subsahariana.
Por otra parte, el documento también reconoce los posibles riesgos de la adopción de la tecnología, en particular, para las poblaciones más vulnerables, incluidas las mujeres y los niños, que pueden convertirse en víctimas del acoso cibernético, la agresión en línea y el discurso de odio, o el abuso, la explotación o el acoso infantil a través de Internet.