El desarrollo de los aerotaxis o taxis voladores ocupa a gran parte de la industria aeronáutica que está viviendo su propia revolución dentro del cambio de paradigma en la movilidad que las nuevas tecnologías y la necesaria transición energética están posibilitando. En el mundo no hay más de seis prototipos de aeronave eléctrica y autónoma capaz de volar y uno de ellos está en España. Concretamente, en el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia, en Bizkaia, y ha sido desarrollado por un grupo de 25 personas que han mostrado al mundo cómo este aerotaxi puede estar en operación dentro de cinco años.
Este mismo año, ciudades como Tokio, Dallas, Dubái o Los Ángeles tienen previsto llevar a cabo los primeros vuelos piloto de este tipo de aeronaves con pasajeros dentro. Son varios los consorcios empresariales que trabajan desde hace años en el desarrollo de este tipo de coches voladores, cada uno de ellos, con sus propios desarrollos. El prototipo de Tecnalia, al que aún le quedan importantes fases de desarrollo, tiene su propia ventaja competitiva frente al resto que, según destacó Agustín J. Sáenz, subdirector general de Mercado de Tecnalia, «puede cambiar totalmente el paradigma de cómo funcionan los coches voladores hoy en día».
Un dron de drones
«La aeronave es un dron de drones», señaló durante la presentación del vehículo Iñaki Iglesias, responsable de desarrollo de Tecnalia, «es la clave de nuestro diseño». Está compuesto por una cabina aerodinámica de 1.8 metros por 2 metros, con puerta y ventana, y por cuatro drones colocados en la parte superior e inferior de la nave, que permiten su desplazamiento. Y aquí es donde reside su principal innovación: gracias a un sistema de control avanzado, estos drones se mueven de forma independiente, pero coordinada entre sí, lo que favorece la estabilidad, eficiencia, precisión y controlabilidad de la cabina.
Joseba Lasa, uno de los responsables del desarrollo, explicó que “por su arquitectura, permite que la cabina pueda mantener su propia orientación independientemente de la velocidad, una ventaja clara frente a los drones convencionales y las actuales aplicaciones tipo ‘air taxi'». Esta característica, dijo, mejora la experiencia de vuelo, ya que permite «una sensación similar a la de un automóvil o un autobús, desde el punto de vista dinámico”.
Recorrer 15 kilómetros en 15 minutos
El prototipo está diseñado para el traslado de una persona o cargas de hasta 150 kilogramos, si bien es escalable hasta los cuatro pasajeros, y cubrir en aproximadamente 15 minutos distancias urbanas de hasta 15 kilómetros, con lo que se cubrirían las necesidades de transporte del centro urbano del 85% de todas las ciudades del mundo. La velocidad durante los trayectos sería de 90 km a la hora, aunque la arquitectura podría permitir velocidades de hasta 190 km/h, y la altura del vuelo se encontraría entre los 100 y los 300 metros, a expensas de cómo evolucione la legislación vigente.
El equipo responsable del desarrollo ha afirmado que el producto final será autónomo, incorporando las tecnologías de posicionamiento y comunicación del resto de vehículos autopilotados. Tendrá también capacidades de aterrizaje y despegue precisos en espacios reducidos, como una plaza de aparcamiento, y podrá soportar condiciones ambientales adversas, tales como fuerte viento y lluvia, así como minimizar el flujo de aire molesto a la hora de despegar y aterrizar.
Aparcarlo en una plaza de parking estándar
En cuanto a la interacción con la nave, el diseño ha sido pensado para que se integre lo máximo posible en la vida cotidiana de las ciudades y de las personas que vayan a utilizarlo, hasta el punto de que «se pueda aparcar en una plaza de parking de coche», explica el subdirector general de Mercado de Tecnalia.
El objetivo es que el usuario pueda solicitar el servicio a través de una aplicación móvil, como se hace actualmente con los vehículos compartidos o carsharing, y sea con el smartphone como se identifique el usuario y pueda acceder al aerotaxi. «Ponemos la accesibilidad para todas las personas en el centro del diseño», explicó Joseba Lasa, «se accede desde la parte trasera, la puerta se abre hacia arriba y la persona puede entrar de pie». Una vez dentro y acomodado, el pasajero «está siempre mirando hacia el cielo», a través del gran ventanal frontal del vehículo.
Negociaciones para su desarrollo y fabricación
Agustín J. Sáenz explicó que “una de las formas de explotación posibles para este tipo de vehículos es la de un servicio compartido que permita acceder a estas aeronaves cuando se necesita un desplazamiento de forma autónoma hasta otro punto de la ciudad. Asimismo, pueden ser utilizadas como vehículos de transporte urbano de mercancías o para accesos rápidos en caso de emergencia”.
Este amplio rango de uso es posible gracias a los diversos desarrollos que han sido necesarios en este prototipo, y que pueden ser reutilizados total, o parcialmente, para otras aplicaciones en el ámbito de la movilidad basada en drones.
El centro de investigación y desarrollo tecnológico se encuentra actualmente en fase de negociación con distintos socios industriales para el desarrollo e industrialización del producto final y prevé que este tipo de aeronaves podrían ser una realidad en el mercado en el cielo de diversas ciudades en un plazo de cinco años. «En los próximos meses tendréis noticias del consorcio final de socios», apuntó Sáenz, justo antes de mostrar a periodistas y asistentes a la presentación el aerotaxi levantando el vuelo, el primero de muchos.