¿Puede una ciudad inteligente conseguir que su alumbrado público, además de ser eficiente ahorrando energía y evitando emisiones contaminantes, sea saludable para los ciudadanos? Es la idea que recoge el concepto «iluminación centrada en el ser humano» y que ha llevado a la realidad la empresa española Setga a través de la tecnología Circadionic en luminarias instaladas en ciudades como Sanxenxo, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa, capaces de adaptar la luz que emiten a los ritmos circadianos del ser humano, es decir, a su reloj biológico.
La iluminación centrada en el ser humano se basa en que el uso adecuado de los niveles de luz y de la Temperatura de Color Correlacionada (CCT, por su siglas en inglés) puede mejorar los ritmos circadianos de las personas, incluso, su estado de ánimo, su agudeza visual y su rendimiento. Esto supone un salto en la evolución de la iluminación que va más allá de su sostenibilidad y eficiencia.
La Luz y los ritmos circadianos
La luz es el factor clave en los ritmos circadianos que, según el National Institute of General Medical Sciences, son los cambios físicos, mentales y de conducta que sigue el cuerpo humano en un ciclo diario. Así, durante la noche, los niveles de luz y el color de la luz (CCT) que percibimos son extremadamente bajos, niveles que detecta el cerebro, que comienza a producir mayor cantidad de melatonina, la hormona que provoca que sintamos sueño.
Los niveles de luz y la temperatura de color que percibimos van subiendo desde la mañana hasta su punto álgido a mitad del día, lo que nos indica que es tiempo de estar despiertos. Todo este ciclo forma parte del reloj interno del ser humano a lo largo de las 24 horas del día.
Sobre esta idea, y basándose en que para mantener una buena salud es necesario que el sistema circadiano funcione correctamente, Setga ha investigado cómo hacer un uso adecuado de la iluminación con este fin, además de desarrollar un sistema de iluminación inteligente eficiente y sostenible.
Circadionic: tecnología gallega patentada
La empresa gallega ha creado y patentado la tecnología Circadionic, que permite que una misma luminaria alcance tonos distintos para cada hora del día, consigue que esos matices se den en el alumbrado público de las ciudades sin necesidad de cambiar la iluminación de las farolas.
Según explica la compañía, en las tardes de otoño e invierno, que anochece sobre las 17.30-18:00h de la tarde, la tecnología LED Circadionic situará la temperatura de color a un nivel neutro por encima de los 4200 kelvin (luz blanca), “a fin de mantener la actividad en calles comerciales”, explican sus responsables.
A partir de las 20.30h, cuando los ciudadanos vuelven a casa y empieza la segregación de melatonina, “la temperatura de color se reducirá a temperaturas de color más cálidas entre los 2700-3000 kelvin”.
Según la compañía, agentes y empresas del sector buscan una buena iluminación para las ciudades inteligentes, ya que la luz artificial se compone de luz visible y de radiaciones ultravioletas (UV) e infrarrojas (IR), y existe la preocupación en la incidencia de la luz procedente de algunas luminarias LED sobre los procesos de regulación circadiana y las enfermedades sistémicas asociadas.
Este sistema se basa en la tecnología desarrollada por la empresa gallega para la compactación mono óptica de blanco biodinámico, “para adecuar la temperatura de color de las luminarias al ritmo circadiano de los ciudadanos, manteniendo un IRC >80 (Índice de Reproducción Cromática mayor de 80% sobre 100%) y alto rendimiento energético”. Esta adecuación de la temperatura de color sumado a fotometrías adaptadas a cada necesidad, “mejora el confort y salud pública de toda la sociedad en la transición hacia la noche”, apuntan desde Setga.
La tecnología LED Circadionic está integrada en todos los nuevos productos de Setga y ha sido instalada en varias ciudades de Europa y España. La tecnología patentada fue presentada por Setga en el último Light and Building, celebrado en Fráncfort en 2018. Sanxenxo, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa. tres ciudades gallegas, ya tienen farolas que saben qué nivel de luz y qué temperatura de color necesitan sus habitantes para sentirse bien.