Los fabricantes de vehículos y empresas de ingeniería y software anuncian cada semana nuevas alianzas y desarrollos que, cada vez más, acercan los vehículos autónomos a la realidad. La Unión Europea trata de no perder posiciones y tiene en marcha varios proyectos de gran envergadura que favorezcan el desarrollo de tecnologías de conducción autónoma en los estados miembros. El proyecto Autopilot es uno de ellos y la ciudad de Vigo forma parte de este amplio consorcio que desarrolla seis pilotos diferentes en ciudades europeas y en Corea del Sur.
Autopilot es el nombre con el que se conoce el proyecto “Automated Driving Progressed by Internet Of Things” que arrancó en enero de 2017 y que, en unos meses, a finales de 2019, mostrará los resultados de dos años de trabajo y más de 25 millones de euros de inversión, con la financiación de la Unión Europea a través del programa Horizonte 2020, que aporta casi 20 millones de euros.
En total 43 socios forman parte de Autopilot con la coordinación de la organización público-privada Ertico, de la que forma parte la Dirección General de Tráfico (DGT) y promueve la investigación y estandarización de los estándares de los sistemas de transporte inteligente en Europa.
Desarrollos IoT para alcanzar la conducción autónoma
Son muchas las expectativas puestas en la conducción autónoma o automatizada tanto para la industria como para las autoridades encargadas de la gestión segura del tráfico. Se espera que los coches sin conductor aumenten la seguridad en los desplazamientos, proporcionen una mayor comodidad y generen nuevas oportunidades de negocio en el ámbito de los servicios de movilidad.
Algunas estimaciones confían en que los vehículos de conducción autónoma supongan el 50% del mercado en 2035, un desarrollo que está íntimamente ligado al despliegue de las redes de comunicación móvil de quinta generación, el conocido 5G, y al despliegue masivo de la tecnología de Internet de las cosas (IoT). Se calcula que, para el año que viene, ya habrá 50.000 millones de objetos conectados. Y, precisamente en las diversas aplicaciones de IoT a los vehículos para convertirlos en coches altamente automatizados, se centra el proyecto Autopilot.
El proyecto lleva el ecosistema de IoT también a las infraestructuras viales y a los objetos que rodean la circulación. Todas estas aplicaciones se están probando en entornos reales de los seis emplazamientos en los que se desarrollan los pilotos. Estas experiencias y aprendizajes, así como el conocimiento y la tecnología que se derive del proyecto se incorporarán a la industria automotriz europea para desarrollar plataformas y arquitecturas IoT que deben avanzar la conducción automatizada.
Autopilot está probando y validando en Vigo, Tampere (Finlandia), Versalles (Francia), Livorno (Italia), la región de Bainport Eindhoven (Países Bajos) y Daejeon (Corea del Sur) cinco servicios de conducción automatizada basados en IoT en situaciones de tráfico real. Se testan sistemas de conducción en área urbana y en autovías, el uso compartido de coches en tiempo real, el sistema de aparcamiento automatizado y el “platooning”, esto es, circulación de varios vehículos automatizados en grupo y de manera sincronizada por la carretera.
El caso español: aparcamiento automatizado en Vigo
La ciudad de Vigo (Galicia) es uno de los centros de prueba permanente de Autopilot. En la ciudad gallega se testa, además del comportamiento del sistema de conducción autónoma en circulación por la ciudad, un sistema de estacionamiento automatizado por el que el conductor puede dejar el coche fuera del parking y gestionar a través del móvil su estacionamiento. A través de la aplicación móvil puede solicitar su recogida, de la misma forma, cuando lo necesite. En el piloto también se quieren probar las maniobras de estacionamiento dentro del aparcamiento, tanto para dejar el vehículo aparcado, como para sacarlo nuevamente sin conductor.
Cuenta con varios emplazamientos. En el área metropolitana de la ciudad se encuentra el corredor inteligente Siscoga formado por más de 100 kilómetros de carreteras interurbanas en las que realizar pruebas de vehículos conectados que se comunican con otros vehículos y con las infraestructuras. Está gestionado por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) que ha participado en otros proyectos europeos y es parte de Autopilot.
Además, en las instalaciones de CTAG se llevan a cabo pruebas previas con el sistema. En el centro de la ciudad, las pruebas se desarrollan en el estacionamiento subterráneo de Plaza do Rei y en la Gran Vía donde se han equipado 15 intersecciones para poner en circulación el vehículo autónomo en ciudad. Según informa el Ayuntamiento de Vigo, está previsto que las pruebas en Gran Vía se realicen en las próximas semanas.
El piloto también incluye la gestión autónoma de otros servicios adicionales como el abastecimiento de combustible o la recarga eléctrica, como parte de las funcionalidades del sistema de estacionamiento sin conductor, que también se testa en los pilotos que desarrollan Tampere y Brainport.
Los jardines de Versalles en coche sin conductor
Versalles, en Francia, desarrolla un piloto de conducción autónoma muy vinculado a la actividad turística que registra la ciudad. Autopilot desarrolla sus pruebas en un área de dos kilómetros en las calles de la ciudad y con tráfico real, con hasta seis intersecciones con semáforos equipados con RSU (Road Side Unit) y un carril de autobuses habilitado también para la circulación de vehículos autónomos.
En este caso, una pequeña flota de vehículos autónomos protagoniza las pruebas de Autopilot, en las que se testa un servicio de «carsharing» para los turistas, que pueden solicitar cada coche a través de una aplicación móvil para completar un recorrido turístico automatizado, en el que el coche avisa a los pasajeros de los lugares interesantes por los que pasan. El consorcio del proyecto ha llegado un acuerdo con el Palacio de Versalles por el que se definirá un pequeño recorrido en un área controlada de sus famosos jardines.
En este piloto también se prueba el sistema de “platooning” utilizando el carril bus para el pequeño «pelotón» de vehículos sincronizados, y el sistema de aparcamiento autónomo que también prueba Vigo.
Otros pilotos
En Italia se ha adaptado la carretera que une Florencia, Pisa y Livorno para convertirla en una autopista inteligente por la que hacer pruebas con sistema de conducción autónoma. Las pruebas dentro del área urbana se hacen en una parte del puerto de Livorno equipado con sensorización y tecnología IoT para testar los sistemas de advertencia de usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, motoristas).
Tampere, en Finlandia, desarrolla pruebas de estacionamiento autónomo y de conducción urbana con especial atención a los giros en intersecciones. Es una ciudad adecuada también para comprobar cómo se comporta el sistema en situaciones meteorológicas complicadas que generan baja visibilidad por niebla o pavimento mojado y resbaladizo.
La región de Brainport Eindhover, convertida en un centro de innovación, alberga otro de los pilotos donde se llevan a cabo pruebas de los cinco sistemas basados en IoT de Autopilot en tres emplazamientos: seis kilómetros de autopista con cuatro carriles monitorizados por cámaras, dos kilómetros de vías dentro del campus de la Universidad de Eindhoven y un aparcamiento, también del campus, habilitado con 200 plazas para coche.
Por último, la ciudad coreana de Daejon se ha centrado en la implantación de un sistema de información y seguridad en intersecciones basado en IoT capaz de proporcionar información sobre la situación que rodea a la intersección, con el fin de aumentar la seguridad de estos vehículos en cruces situados en entornos urbanos. Son precisamente los cruces una de las situaciones más complejas para los sistemas de conducción autónoma por la acumulación de obstáculos, desde peatones a otros vehículos que cruzan, a lo que se suman las señales de tráfico.