La revolución tecnológica en los transportes es imparable, al igual que la necesidad de luchar contra el cambio climático. Prepararse para ambas realidades es lo que quiere hacer Reino Unido con «El futuro de la movilidad: una estrategia urbana«, un documento que inicia un proceso de importantes cambios en su legislación sobre transporte, eliminando barreras a las formas de movilidad del futuro, y ofrece un programa de trabajo en el que quiere incluir a todas las partes interesadas para acordar qué tipo de movilidad quieren para sus ciudades.
El Gobierno acaba de poner a disposición de sus ciudades más de 105 millones de euros (90 millones de libras) a repartir entre las cuatro que resulten ganadoras de una competición para establecer lo que denomina «Future of Mobility Zones«, áreas urbanas en las que se implementará tecnologías para mejorar la movilidad de sus habitantes, combinando nuevos modos de transporte con otros tradicionales. Aún está abierta otra convocatoria con 2,3 millones de euros para financiar proyectos de diseño, gestión y uso de autopistas conectadas.
Pero la asignación de fondos a proyectos que aplican tecnología al transporte, sin una estrategia destinada a ser la base de las políticas para el desarrollo de la movilidad inteligente, no es suficiente. Por eso, el documento publicado por el Departamento de Transportes facilita un marco desde el que debatir sobre los cambios que hay que incluir en la legislación, establece los principios que regirán el desarrollo de la movilidad inteligente, los riesgos de una mala gestión de todos los cambios que se avecinan (o que ya están en proceso) y los pasos a seguir de manera inmediata con medidas a aplicar desde este mismo año.
¿Qué tipo de movilidad quiere el Reino Unido?
«Abre un debate interesante en el que se otorga a las ciudades la posibilidad de establecer qué tipo de movilidad quieren» considera Jesse Normal, ministro de Transportes, un debate que se abre también a nivel nacional, por lo que la estrategia establece un punto de partida, «una guía para próximas políticas de transporte en el país», apunta Normal, consciente de que «como país, nuestro enfoque deberá ir adaptándose en las próximas décadas».
Urban Strategy».
La estrategia pone el punto de partida a la revisión de la legislación y las regulaciones sobre los nuevos tipos de vehículos o sobre cómo compartir datos pare mejorar los servicios. Pero también abre la puerta a una revisión más profunda y de mayor alcance para eliminar las barreras a la innovación en el transporte. Por ejemplo, la comercialización y circulación de vehículos autónomos.
Incluida como uno de los «Grandes desafíos» de futuro que establece la Estrategia Industrial de Reino Unido, la movilidad se aborda en el programa recién publicado desde una visión que parte de que todas las empresas de la industria del transporte debe crear tecnologías accesibles para todas las personas, respetuosas con el medio ambiente y que valgan la pena económicamente. Analiza los cambios que se están produciendo a nivel tecnológico, que traen consigo cambios en la demanda de transporte y que hacen realidad cambios hacia nuevos modelos de negocio.
Principios que regirán el transporte del futuro
La estrategia establece nueve principios clave que deben guiar la toma de decisiones del Gobierno en el futuro. Se resumen en que los nuevos servicios y modos de transporte tienen que ser seguros y estar protegidos frente a amenazas cibernéticas, los beneficios de la innovación aplicada a la movilidad deben llegar a todos los puntos del Reino Unido y a todos los segmentos sociales, los nuevos servicios de transporte deben facilitar la transición hacia un escenario de emisiones cero y caminar o montar en bicicleta deben ser siempre la mejor opción en trayectos urbanos cortos.
Además, estos principios establecen que la innovación debe ayudar a reducir los atascos y a un uso más eficiente del espacio en las carreteras, introducen el concepto de «movilidad como servicio» y su integración en el sistema de transporte combinando todo tipo de medios de transporte, públicos y privados. También se establece que los datos de los nuevos servicios de movilidad deben compartirse cuando sirvan para mejorar el funcionamiento del sistema de transporte y la elección del más adecuado modo de movilidad.
El concepto de «movilidad como servicio» tiene un gran protagonismo en la estrategia de movilidad urbana del Reino Unido, no solamente por la evolución de la tecnología hacia vehículos sin conductor y servicios de carsharing, por ejemplo, sino también por las cifras con las que se han encontrado en su diagnóstico. Actualmente, hay seis coches por cada diez personas en Reino Unido pero estos vehículos están sin utilizar, de media, el 96% del tiempo, parados. Además, los aparcamientos ya ocupan entre un 15 y 30% del área urbana.
Medidas inmediatas para transitar hacia la movilidad inteligente
Para iniciar el camino hacia la transformación de la movilidad urbana el Gobierno ha establecido una serie de pasos a dar y de medidas que quiere poner en marcha este mismo año. La estrategia queda abierta a las necesidades que vaya marcando el desarrollo de la tecnología y su adopción por parte de los ciudadanos, «no tenemos todas las respuestas ahora», admite el Ministerio de Transporte en el propio texto de la estrategia.
Urban Strategy».
Los pasos a dar de manera inmediata incluyen el arranque de cuatro áreas de trabajo para llevar a cabo la revisión de la regulación vigente y abrir la puerta a los vehículos de micromovilidad y sus pilotos (por ejemplos, los nuevos vehículos de última milla), el concepto de «movilidad como servicio», la gestión y uso de los datos de transporte y la modernización de la legislación de alquiler de autobuses, taxis y vehículos privados. Estos grupos de trabajo se unirán a los ya existentes sobre vehículos cero emisiones, vehículos autónomos, drones y sus futuros vuelos y el transporte autónomo marítimo. En estos grupos se abordarán los cambios legislativos.
El apoyo a las autoridades locales y a la industria vertebra una batería de medidas inmediatas entre las que, además de la competición «Future Mobility Zones» con 90 millones de libras, se encuentra el desarrollo de estándares y plataformas que faciliten compartir los datos del transporte y su aprovechamiento y el apoyo a la industria automotriz para adaptarse a los cambios con la financiación de la I+d en tecnologías bajas en carbono.
Además, se apoyará las capacidades locales para adoptar los principios descritos en la estrategia para dar forma a su propia movilidad urbana inteligente y potenciar su desarrollo local, así como ayudar a preparar las ciudades a través de la publicación de guías y documentos que sirvan de apoyo a la toma de decisiones de los líderes locales.
La estrategia especifica que a lo largo de 2019 continuarán desarrollándose los programas específicos para el desarrollo, fabricación y despliegue de vehículos cero emisiones, vehículos conectados y autónomos y drones.
Por último, el Gobierno se compromete a ir adaptando sus decisiones y estrategia y actualizándola, analizando las tecnologías del transporte y sus impactos para tener evidencias que les ayuden a seguir tomando decisiones de futuro adecuadas. Estos análisis también incluyen la percepción de los ciudadanos ante los nuevos transportes a través de encuestas y procesos de participación.
Todas estas medidas supondrán una fuerte inversión, si bien el documento «El futuro de la movilidad: una estrategia urbana» no incluye el presupuesto asignado para este año y los próximos. Pero sí habla de algunas inversiones concretas, como los 870 millones de euros (740 millones de libras) que destinará a inversiones en infraestructura digital para 2020 y 2021, o el compromiso de destinar inicialmente cerca de 118 millones de euros (100 millones de libras) a programas de reciclaje para trabajadores.