Vehículos autónomos que albergan oficinas, consultas médicas, una cafetería o un huerto urbano, que circulan por ciudades y territorios poco poblados para llegar a todo el mundo. Así imagina el futuro Ikea, que no pierde oportunidad para decorar el interior de estos vehículos, y su laboratorio de ideas «A Future Living Lab-Space 10«, dando vida a todo un mundo de actividades a bordo de sus «Espacios sobre ruedas«. Una manera de afrontar la llegada masiva del coche autónomo.
Se trata de una investigación en torno al vehículo autónomo que da una vuelta de tuerca a la idea tradicional del automóvil e imagina cómo aprovechar el tiempo que pasamos en un coche para convertirlo en tiempo de ocio, descanso o trabajo.
Aunque el laboratorio del gigante sueco no se muestra tan optimista como los fabricantes de automóviles que auguran la llegada de de los coches sin conductor con una automatización de nivel 3, 4 y 5 (según la clasificación de la Sociedad de Ingenieros de Automoción, SAE) entre 2020 y 2021, sí recuerda que, más pronto que tarde, terminarán ocupando las carreteras. Son muchos los países que ya trabajan en su regulación legislativa.
En 2019 Francia tendrá listo su marco legislativo para permitir la circulación de coches con un nivel de automatización 5, mientras que el pasado año 2017, era el Gobierno de EE.UU. el que lanzaba la Iniciativa Público-Privada de Sistemas de Transporte Inteligente (ITS) que establecía una hoja de ruta enfocada a poner en circulación vehículos autónomos de nivel 3 en las principales vías del país para 2020.
Disrupción en el concepto de movilidad
Sin embargo, señalan cómo algunos expertos consideran que las proyecciones de los fabricantes son demasiado ambiciosas y tratan de atraer inversión y atención mediática. Sitúan la llegada real de este tipo de vehículos, en lo que consideran un pronóstico más realista, en unos diez años, una vez superados desarrollos tecnológicos y obstáculos legales para su puesta en circulación. En cualquier caso la carrera para lanzar el vehículo sin conductor es una realidad que moverá en 2030 casi 6.100.000.000 millones de euros y que, según los expertos, cambiará la forma en la que entendemos los trayectos.
Según Marshall Brown, director de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo e Infraestructura de la Universidad de Princeton, «la evolución en el transporte y la tecnología cambia la relación entre el espacio y el tiempo y acerca lugares que están muy separados entre sí. Esto lo sabemos por la historia, no es una especulación». Así que el proyecto «Espacios sobre ruedas» se lanza a repensar el uso del coche y sacarle más partido diseñando seis espacios para ocupar el tiempo que transcurre de un lugar a otro.
Incluye una aplicación que mediante realidad aumentada muestra a los usuarios cómo sería el proceso de reserva de uno de estos espacios sobre ruedas para que viniera hasta donde ellos se encuentran. Además, permite explorar cada uno de estos vehículos habilitados para desarrollar diferentes actividades.
Un espacio de ocio o de trabajo en un coche autónomo
La investigación desarrollada por el laboratorio de Ikea señala que en grandes ciudades, especialmente las más congestionadas, los trayectos diarios al trabajo alcanzan los 75 minutos de media y, 30 de ellos, se pasan en mitad de un atasco. Añade que en unos 32 años, quien conduce y sus acompañantes habrán gastado dos años atrapados en el tráfico.
Para darle un uso productivo a ese tiempo, apuestan por una oficina sobre ruedas, un vehículo habilitado en su interior como un espacio de trabajo en el que poder recuperar el tiempo que se pierde en esos desplazamientos a la vez que se gana tiempo para poder salir antes del trabajo. Si el interés de los usuarios se inclina más por mantener una reunión informal o simplemente por reunirse con amigos, es posible utilizar el café sobre ruedas. Un vehículo autónomo convertido en cafetería para tomar algo mientras se mueve por la ciudad.
Recuerdan que la realidad aumentada va a revolucionar la industria del juego e incluso será la «próxima gran plataforma educativa». Así que introducen este tipo de tecnología en su idea de vehículo autónomo para ofrecer contenidos en tiempo real a los pasajeros. En la propuesta de Ikea denominada juego sobre ruedas, las ventanas del vehículo permiten probar nuevos juegos de realidad aumentada durante el viaje.
Una habitación de hotel o un huerto embarcados en un vehículo
La investigación recuerda que actualmente viajan más personas que nunca y que esta tendencia implica una importante huella de carbono. La aviación es un ejemplo de ello. Como alternativa para afrontar largos desplazamientos a bordo de un vehículo eléctrico cero emisiones propone un hotel sobre ruedas que contiene todos los servicios de una habitación de hotel tradicional en la que poder descansar en un largo trayecto.
Muy vinculado a esta reducción de emisiones, pero también a la inclusión de las personas con bajos recursos que no pueden costearse alimentos frescos locales y comida sana, Ikea presenta los huertos sobre ruedas. Los vehículos llevan los productos locales hasta el lugar donde viven estas personas y, a su vez, benefician a los agricultores de la zona y evitan la huella de carbono que genera el transporte de alimentos producidos en otras regiones o países.
Consulta médica y compras en la puerta de casa
El acceso a los servicios sanitarios es la motivación del concepto de salud sobre ruedas, el espacio del proyecto dedicado a vehículos habilitados como consulta médica que permiten que los profesionales sanitarios visiten a las personas que los necesitan, y no al contrario, en lugares en los que hay barreras para acceder a hospitales y centros de salud, principalmente en zonas poco pobladas.
Para satisfacer las necesidades de estas zonas de baja densidad de población que suelen tener grandes almacenes y supermercados lejos de sus casas, el laboratorio de Ikea propone las tiendas sobre ruedas. Pese a que la compra online resuelve muchas de las barreras que impone la distancia, estas tiendas «llegan a todas las personas para que toquen, prueben y vean qué es lo que quieren».
Por el momento solamente es un proyecto sobre el papel, pero supone un ejemplo de cómo la tecnología de automatización del transporte por carretera puede impactar en el concepto de movilidad hasta el punto de que un coche sin conductor pueda «cuidarte la espalda cuando estamos cansados», aventura la especialista en robótica y profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Daniela Rus, o «hablar con tu frigorífico para averiguar que no tienes leche y sugerir dónde para en el camino a casa para comprarla».