Campus universitarios en los que las aulas tradicionales son menos relevantes a medida que crece la demanda de lugares de trabajo interdisciplinares y flexibles, espacios tranquilos, laboratorios y centros de innovación. Espacios en los que los residuos se convierten en recursos y se utiliza el IoT para optimizar los residuos. Es el escenario que dibuja el informe ‘Campus of the Future’ elaborado por la consultora Arup, que sugiere que se debe reconsiderar el diseño y el funcionamiento de estas instalaciones con el fin de prepararse para una nueva era de aprendizaje.
Este informe habla de la necesidad de adaptación de estas instalaciones educativas para garantizar su viabilidad a medida que disminuyen los presupuestos y aumenta la presión para ofrecer experiencias excepcionales.
Redefinir el Campus
Los centros de educación superior están pasando de centrarse únicamente en los jóvenes antes de comenzar su carrera profesional a apoyar a los trabajadores de más edad para que actualicen sus conocimientos, manteniéndose al tanto de las innovaciones tecnológicas. El informe señala, además, que aunque se incrementa la formación online, el aprendizaje en el campus seguirá siendo fundamental en la educación superior.
Sin embargo, con métodos de aprendizaje más variados que nunca se están redefiniendo los requisitos para los edificios de los campus. El informe destaca una serie de directrices. Apuesta por difuminar los límites entre aprender y vivir ofreciendo una experiencia holística de vida laboral en el campus. La integración de taquillas para las compras online, envíos de comida a domicilio, cuidado de niños o servicio de lavandería pueden facilitar el día a día de los estudiantes, aumentando el tiempo que dedican a actividades significativas en el campus.
Convertir los residuos en recursos
Creen que hay que contar con edificios flexibles por su diseño. Espacios que puedan transformarse de forma regular, en línea con los planes de estudio en constante cambio y los requisitos de los estudiantes, departamentos y socios de la industria. El informe identifica técnicas avanzadas, como la fabricación digital y la impresión 3D, que permiten esto, facilitando el diseño de estructuras que se pueden construir, deconstruir y luego reconstruir.
El informe destaca a las universidades como entornos ideales para convertir los residuos en recursos. Por ejemplo, los subproductos como el calor pueden ser utilizados por otras instalaciones, mientras que soluciones como los techos azules pueden ayudar a recoger el agua de lluvia. Dado que la disminución del gasto público afecta a muchas instalaciones, estas estrategias de diseño serán esenciales para garantizar el rendimiento financiero de los campus del futuro.
IoT para optimizar recursos
Recomienda utilizar los datos para optimizar las instalaciones. Un problema importante para las universidades es el bajo índice de utilización de los espacios e instalaciones. Una red de Internet of Things (IoT) en todo el campus, con inteligencia artificial y algoritmos de aprendizaje automático, puede ayudar a resolver este problema, permitiendo recopilar y asimilar una amplia gama de datos en tiempo real. Esto les permitirá maximizar el consumo de recursos y poner sus instalaciones a disposición de organizaciones privadas o públicas, utilizando un modelo similar al de WeWork.
Por último, aboga por ser un catalizador de la innovación, por lo que la proximidad a la comunidad empresarial local puede ayudar a fomentar la innovación regional y proporcionar oportunidades de empleo y aprendizaje para los estudiantes. Para permitir la colaboración externa e interdepartamental, los edificios deberían tener espacios abiertos, multifuncionales y adaptables que inviten al coworking.