Singapur, Londres y Barcelona son las tres mejores smart cities del mundo para Philips Lighting y SmartCitiesWorld, que han desarrollado un estudio en el que se investigan 150 variables que influyen en la planificación de ciudades en todo el planeta. La ciudad condal destaca por crear unos 47.000 puestos de trabajo mediante la implementación de los sistemas de Internet of Things (IoT), ahorrar 42,5 millones de euros en agua y generar 36,5 millones de euros en un año gracias a los aparcamientos inteligentes.
El informe, titulado Smart cities: understanding the challenges and opportunities, describe los principales elementos que impulsan y obstaculizan a las autoridades locales a la hora de implementar un programa de smart city. El estudio, que ha llevado a cabo una encuesta en la que han participado autoridades locales y profesionales de 19 países y de sectores como la conectividad, el transporte, la energía, la gobernanza o la construcción, entre otros, indica que el liderazgo visionario es el factor que puede marcar la mayor diferencia en el éxito de los programas de ciudad inteligente para el 56% de los encuestados. Además, destaca el impacto de los líderes «iluminados» e inspirados por visiones a largo plazo que fomentan la inclusión y la colaboración entre agencias y departamentos.
El informe también se centra en la función clave que el concepto de IoT debe desempeñar en el éxito de las smart cities. Revolucionar la recopilación de datos (35%), transformar las comunicaciones para prestar unos servicios más precisos (15%) y gestionar el uso de los recursos urbanos (13%) fueron las tres principales áreas identificadas en las que IoT podría tener una mayor eficacia en las ciudades.
Falta de presupuesto
Uno de cada diez representantes de las autoridades locales encuestados, afirma que no cuenta con la capacidad para desarrollar un programa de smart city. El principal factor obstaculizador viene marcado por las restricciones presupuestarias para el 23% de los participantes, seguido de la necesidad de contar con una infraestructura que ofrezca un mejor respaldo (19%), lo que demuestra que garantizar la inversión en proyectos de smart city no es una tarea sencilla.
Sin embargo, el informe indica que los proyectos de smart city también pueden ofrecer ganancias a corto plazo y proporcionar infraestructuras a largo plazo. Philips Lighting destaca ejemplos en los que ha trabajado como el alumbrado público con funciones de telecomunicaciones integradas de San José y el alumbrado público con LED conectado de Los Ángeles, que permiten ahorrar al año 9 millones de dólares y amortizarán los costes iniciales en siete años.
Retos para las autoridades locales
Hay que tener en cuenta que las ciudades consumen el 70 % de la energía mundial y, para el año 2050, las zonas urbanas serán el hogar de 6500 millones de personas en todo el mundo (2500 millones más que en la actualidad). Para que las ciudades puedan ofrecer servicios adecuados y estén preparadas, «las autoridades locales tendrán que tomar decisiones complejas y difíciles relacionadas con la infraestructura», considera Jacques Letzelter, segment manager de Philips Lighting.
Esto es, lograr mantener los servicios existentes y mejorar, gestionar el incremento de la población, trabajar por la sostenibilidad de las ciudades y, todo ello, con un presupuesto limitado. En este sentido, Letzelter recuerda que «las nuevas tecnologías también pueden modificar la forma en que las ciudades prestan, gestionan y mantienen los servicios públicos, desde la iluminación y el transporte hasta la conectividad y los servicios sanitarios. Con frecuencia, sin embargo, la adopción se ve ralentizada por la división del trabajo y elecciones tecnológicas que no funcionan bien juntas o no se integran con otros servicios de las ciudades».
Colaboración e interoperabilidad como respuestas
Sin embargo, hay ya muchos ejemplos de proyectos de ciudades inteligentes que indican que estos problemas se pueden resolver «si se adopta el enfoque colaborativo correcto y se usan las tecnologías que se integran de forma óptima». Y parece que estos factores, la colaboración entre todos los actores implicados, incluidos los ciudadanos, junto a la interoperabilidad de las tecnologías, son la clave para desarrollar ciudades inteligentes.
De las tres ciudades inteligentes mejor posicionadas en el estudio, Singapur destaca por su infraestructura, valorada por su visión de futuro, incluidos los edificios, el transporte y el uso del espacio del subsuelo. Londres se distinguió por centrarse en las comunidades a la hora de implementar la tecnología. Para uno de los encuestados, Londres es una «mezcla exquisita de tecnologías y colaboraciones». De Barcelona, se puso de manifiesto su excepcional cambio en las directrices de gobierno.