España se prepara para el despliegue de la conducción autónoma. La Dirección General de Tráfico (DGT) prepara la regulación para el coche autónomo y trabaja junto a Mobileye, una empresa de Intel especializada en sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés) la adopción de estos sistemas en las flotas municipales y privadas, además de desarrollar una investigación conjunta para determinar el grado de mejora de la seguridad del ADAS desarrollado por Mobileye.
En la investigación conjunta que están llevando a cabo, además de ayudar a prevenir accidentes mediante alertas visuales y de audio en tiempo real, el sistema Mobileye 8 Connect, que es el que se está probando, recolecta datos de las calles de la ciudad, como deficiencias de infraestructura, zonas en las que se producen más accidentes, uso de estacionamientos, condiciones ambientales y otros riesgos en la carretera.
Los datos recopilados serán analizados por la DGT y otros organismos con el fin de preparar las carreteras españolas para vehículos semiautónomos y autónomos. Además, los datos obtenidos se utilizarán en otros proyectos de investigación y desarrollo para explorar nuevas formas de mejorar la seguridad vial.
Regulación del coche autónomo
Este acuerdo pretende preparar tanto las infraestructuras necesarias como la política regulatoria de España para la conducción de vehículos autónomos, con la que esperan reducir los accidentes en carretera. Ambas entidades trabajarán en el desarrollo de un marco de políticas para validar la seguridad de un coche autónomo, incorporando, según Mobileye, su modelo de Responsibility Sensitive Safety (RSS), que proporciona parámetros específicos y medibles que garantice el funcionamiento adecuado y responsable de un vehículo sin conductor.
Según el subdirector de Gestión de la Movilidad de la DGT, esta colaboración «permite colocar a España en una posición de liderazgo ante los cambios y oportunidades que estamos enfrentando en la movilidad y la seguridad vial». Por su parte, Mobileye planea realizar en España, entre otros lugares del mundo, pruebas de conducción autónoma de nivel 4, según la clasificación de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE, por sus siglas en inglés). Este nivel supone que el coche puede circular en áreas acotadas si la supervisión de un conductor.