Algo más de 10 días lleva circulando en pruebas por Madrid la primera línea de autobuses urbanos 100% eléctricos, cero emisiones, con sistema de recarga por inducción. Se trata de la línea 76 de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid que cubre el trayecto entre la plaza de la Beata y Villaverde Alto. Está previsto que, una vez concluya el periodo de pruebas, la línea empiece a operar definitivamente el próximo 22 de enero.
El sistema de recarga inductiva de oportunidad es pionero en España, según informa el Ayuntamiento de Madrid, y tanto sus vehículos como sus cargadores cuenta con homologación internacional. Este tipo de recarga funciona equipando los autobuses eléctricos con un sistema para alimentar las baterías rápidamente, varias veces al día, durante la prestación del servicio, en las cabeceras de la ruta.
Funcionamiento de la recarga por inducción
Eso implica que los autobuses no precisan llevar a bordo la totalidad de la energía necesaria para tener autonomía para toda su jornada de trabajo, lo que permite incorporar baterías de menor tamaño. La recarga se efectúa mediante un sistema de dos bobinas magnéticas, situadas una en la parte inferior del autobús y otra empotrada en la calzada. La estación de recarga se activa eléctricamente solo cuando el sistema de control reconoce que un autobús con bobina inductiva se ha detenido encima.
El sistema es totalmente seguro porque en caso de que no haya un autobús con bobina, la estación de carga no funciona de modo que no hay ningún riesgo. Además, la bobina empotrada en el suelo está cubierta con una capa de hormigón y las conducciones eléctricas están enterradas por lo que no hay afección a los viandantes ni a otros vehículos, que pueden circular sobre ella sin inconveniente alguno. Del mismo modo, para garantizar la seguridad de los viajeros, el habitáculo del autobús está aislado para evitar radiaciones magnéticas al interior del vehículo.
La carga completa de las baterías se realiza en horario nocturno en la cochera mediante un sistema conductivo, de modo que los autobuses inician su servicio con las baterías completamente cargadas; una vez que ha transcurrido parte del servicio, las baterías deben ser recargadas. Estas recargas se realizan en menos de 8 minutos en las cabeceras de los itinerarios donde se abastece al autobús de la energía necesaria para continuar su recorrido. La ventaja de este sistema es que permite usar autobuses eléctricos durante toda la jornada de trabajo con plena autonomía.
Mejora de la calidad del aire
El rendimiento de este tipo de carga es del 85-90 por ciento, algo inferior al de carga por contacto. Sin embargo, la seguridad para las personas, la baja interferencia para el entorno así como el menor tiempo de posicionamiento del autobús para su carga hacen que este sistema resulte más interesante y óptimo para la ciudad y para la explotación por EMT, según informa el Consistorio madrileño.
Dado que aún no se comercializan autobuses con sistema inductivo, EMT ha optado por llevar a cabo un ‘retrofit’ (transformación) de cinco autobuses híbridos enchufables Castrosua Tempus (ya disponibles en la flota de EMT) a autobuses cien por cien eléctricos, añadiendo al sistema de enchufe convencional que equipan este sistema de recarga por inducción.
Esta iniciativa de EMT está completamente alineada con el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid (dado que estos autobuses son ‘cero emisiones’ tanto atmosféricas como acústicas), lo que supone el desarrollo de la medida 11 de dicho Plan y la estrategia de electrificación que ha diseñado EMT para su flota en los próximos años.
La ruta de la línea 76 de EMT atraviesa los distritos de Usera y Villaverde y tiene un itinerario de 14 kilómetros (ida y vuelta) con 42 paradas. Funcionará diariamente con cinco autobuses. El empleo de autobuses eléctricos redundará en una mejor calidad del aire en los distritos que atraviesa esta línea.