Será en la próxima primavera cuando, por primera vez, circule un vehículo autónomo en pruebas por el carril bus-VAO de la A-6 que conecta la vía de circunvalación M-30 en Madrid. Desde finales de este año ya lo harán vehículos conectados en fase de testeo. Forman parte del proyecto europeo Autocits por el que Madrid, Lisboa y París serán los lugares en los que se desarrollen los pilotos.
Autocits es un programa de innovación que trabaja para contribuir a la adaptación de la normativa, los centros de control de tráfico y las infraestructuras a la conducción autónoma, cada vez más próxima. Dispone de un presupuesto de 2,6 millones de euros con financiación del programa europeo CEF, Conecting Europe Facility.
El piloto en Madrid comenzará «con tráfico cerrado pasando posteriormente a las pruebas con condiciones de tráfico normal dentro del bus-VAO y siempre en días puntuales», explica Rodrigo Castiñeira, responsable de Autocits, que se desarrolla bajo la coordinación de la empresa española Indra.
En los próximos meses, cuatro vehículos conectados y dos coches autónomos circularán en este carril de la A-6, siempre sin otros coches alrededor, para «poder extraer datos y analizar los resultados con los que alimentar el proyecto». Después, se llevarán a cabo las pruebas con tráfico abierto, si bien»están aún pendientes de definir», según apunta Castiñeira.
¿Cómo se llevarán a cabo las pruebas en Madrid?
Estos días Indra muestra en TRAFIC, el Salón Internacional de la Movilidad Segura y Sostenible, que se celebra en Madrid hasta este sábado, el proyecto Autocits, entre otros programas de I+D+i que faciliten la llegada de los vehículos autónomos a las carreteras con pleno aprovechamiento del potencial que supone la hiperconectividad y las tecnologías de Internet de las Cosas (IoT), Big Data, cloud e Inteligencia Artificial.
Tecnologías que están muy presentes en los desarrollos de Autocits, que para asegurar la correcta circulación a través de todo tipo de carreteras europeas de los coches sin conductor, así como su convivencia con el resto de vehículos, incluyen servicios inteligentes de transporte basados en sistemas cooperativos (C-ITS), que permiten la comunicación y el intercambio seguro de datos entre vehículos, usuarios e infraestructura, mediante el estándar de comunicaciones europeo ITS-G5.
Para el piloto de Madrid se han desarrollado tres servicios C-ITS que ampliarán la “visión” del vehículo autónomo y facilitarán la toma de decisiones mediante avisos como, por ejemplo, notificaciones sobre obras en carretera, situaciones de congestión o de condiciones climatológicas adversas. Estos servicios se han integrado con la plataforma en la nube de gestión de tráfico y túneles desarrollada por Indra, Horus, que obtiene datos de las incidencias a través del canal de información de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Para poder gestionar el envío de información al vehículo autónomo o conectado y aprovechar todos los datos que estos generan se ha creado un nuevo módulo que se ha sumado a Horus, y que procesa la información en tiempo real para mejorar la toma de decisiones de los gestores, de los vehículos conectados y de los conductores de vehículos convencionales.
Los servicios C-ITS ya se están instalando también en el escenario del piloto, el busVAO de la A-6, con las primeras unidades de carretera RSU (Road Side Units) para enviar información a los vehículos autónomos y conectados cuando estén circulando.
Por su parte, los coches también cuentan con tecnología punta. «Los vehículos estarán equipados con módulos embarcados dotados con sistemas de comunicación ITS-5G, que recibirán la información de la infraestructura a través de los sistemas inteligentes de transporte (C-ITS) desplegados en la A-6», explica el coordinador de Autocits.
Pruebas realizadas en San Fernando de Henares
El Instituto de Investigación del Automóvil (INSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha aportado los seis vehículos, dos autónomos y cuatro conectados, que se utilizarán en para hacer las pruebas interoperables con Lisboa y París. Estos vehículos ya han tenido la ocasión de rodar anteriormente en un circuito cerrado de la localidad madrileña de San Fernando de Henares que han servido al proyecto «para validad los primeros desarrollos y hacer los ajustes necesarios».
Hasta ahora, los primeros tests han servido para validar la interoperabilidad de los diferentes módulos de comunicaciones que se van a usar para enviar información a los vehículos conectados y para validar qué información enviada desde la infraestructura puede aportar valor añadido a la información que aprecia el vehículo por sí mismo.
Tanto las pruebas en este entorno como las que se realicen en el bus-VAO se ciñen al reglamento aprobado por la DGT, que pone a disposición de empresas y centros de investigación una normativa abierta para la realización de ensayos, al no estar condicionada por la Convención de Viena. Y es que la DGT es otro de los organismos que participa del proyecto Autocits junto a la UPM la Autoridad Nacional de Segurança Rodoviária (ANSR), la Universidad de Coimbra (UC), el Instituto Pedro Nunes (IPN) e Inventeurs du Monde Numérique (INRIA).
Pilotos de Autocits en Lisboa y París
Tanto el piloto de Madrid como los de Lisboa y París son pioneros en el Corredor Atlántico. Está previsto que los servicios y sistemas que se prueben en una ciudad se intercambien con los de las otras dos para comprobar que son interoperables y funcionan correctamente.
El piloto de Lisboa se va a llevar a cabo en la autopista A-9, en el tramo entre la A16 y la EN6. Los servicios C-ITS que se van a desplegar enviarán al vehículo autónomo alertas sobre congestiones de tráfico, notificaciones sobre vehículos lentos o estacionados y avisos de climatología adversa. Para la comunicación con los vehículos se van a instalar seis unidades de carretera RSU (Road Side Units).
Se van a desplegar al menos dos vehículos autónomos y un vehículo instrumentado para realizar las pruebas de validación de los servicios y de las infraestructuras. Además, para hacer las pruebas en el ámbito más urbano se utilizarán otros dos vehículos autónomos de baja velocidad que actuarán como lanzaderas en el IPN, permitiendo el transporte de pasajeros en un tramo aproximado de 500 metros.
En París, además de avisos de situaciones peligrosas se notificarán los atascos y se contribuirá a gestionarlos, ofreciendo información sobre la velocidad o carriles recomendados, alternativas, etc. utilizando la comunicación desde el centro de control a los vehículos autónomos. Las pruebas se realizarán en la autopista A-13, a las afueras de la ciudad.