El proyecto Competic apoyará la digitalización de microempresas en zonas rurales de Castilla y León y Portugal

El nuevo proyecto dentro del marco de Interreg España-Portugal, se demonima Competic y apoyará a microempresas y emprendedores de zonas rurales a llevar a cabo su proceso de digitalización.

Castilla y León y Portugal llevarán a cabo el proyecto Competic, iniciativa que proporcionará a autónomos, emprendedores y microempresas conocimientos y apoyo para sacar el máximo rendimiento a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la economía digital para aumentar nuevos modelos de negocio en las zonas rurales.

El nuevo proyecto dentro del marco de Interreg España-Portugal, se demonima Competic y apoyará a microempresas y emprendedores de zonas rurales a llevar a cabo su proceso de digitalización.

El proyecto ha sido aprobado en al convocatoria del Programa de Cooperación Transfronteriza Interreg V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020 y está dotado con un presupuesto de 1,35 millones de euros para el periodo 2017-2019. Se desarrollará en las provincias de Ávila, León, Salamanca, Valladolid y Zamora y en las regiones de Alto Tâmega y Terras de Trás-os-Montes, situadas al norte de Portugal.

Digitalización para la competitividad

Competic dará continuidad a un proyecto anterior, denominado Tiempo para el Desarrollo Tecnológico Empresarial de las Pymes (Timpeyme), bajo el paraguas del Programa POCTEP 2007-2013, que se centró en fomentar el uso de las TIC para promover el desarrollo y crecimiento de las pymes en el medio rural. El nuevo proyecto va más allá y busca soluciones y la ejecución de medidas para impulsar la competitividad empresarial en los pueblos.

El proyecto se sustenta sobre las ventajas que la digitalización supone para la actividad empresarial en los pueblos. Las TIC permiten la innovación colaborativa, disponer de medios productivos flexibles y optimizar el uso de los recursos, reducir los tiempos de respuesta, la digitalización de los canales de venta, la hiperconectividad y la aparición de nuevos productos y servicios y de modelos de negocio digitales.

De ahí que estas tecnologías constituyan un factor de competitividad, en particular para las empresas de reducido tamaño que están asentadas en el medio rural, ya que les ayudan a superar algunas de las barreras que tradicionalmente han limitado su desarrollo, como la escasez de medios o la lejanía física del mercado y de los consumidores.

 
 
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