¿Cómo será la movilidad en las ciudades en los próximos años?. Personas que tienen que desplazarse y, en vez de sacar la llave de su vehículo y disponerse a conducir, sacan el teléfono inteligente para pedir un coche compartido, al que esperarán en el lugar que hayan decidido. Se montarán en el vehículo, que ha venido sin conductor, y se dedicarán a charlar con otro pasajero, si es que deciden compartir el trayecto o, simplemente, a mirar la información que le muestra alguna de las pantallas incorporadas. Al menos esta es la secuencia que dibuja el smart vision EQ fortwo, un nuevo concepto de vehículo carsharing, conectado, autónomo y eléctrico, que presenta, desde este mismo viernes, la marca Smart en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt.
“Es el más radical concepto de coche compartido: es completamente autónomo, con las máximas capacidades de comunicación, amigable, personalizable y, por supuesto, eléctrico”, destaca Annette Winkler, CEO de Smart, quien considera que, con este prototipo, la compañía está dando respuesta a la visión que Mercedes-Benz Cars (empresa a la que pertenece Smart) planteaba sobre la movilidad del futuro en su estrategia CASE, presentada en 2016.
El nombre elegido para la estrategia no es casual, ya que responde a las iniciales de conectado, autónomo, compartido y eléctrico (CASE, en inglés), los cuatro conceptos que marcarán el modo en el que nos moveremos principalmente en la ciudad y el camino al que se dirige la industria de la automoción, aunque para el director de Mercedes-Benz Cars, “la verdadera revolución consiste en unir de manera inteligente las cuatro tendencias”.
No es de extrañar que la marca se haya lanzado darle forma a esta visión potenciando el coche compartido, teniendo en cuenta que, actualmente, más de 2,6 millones de personas en diferentes ciudades del mundo utilizan su servicio de carsharing, el popular car2go. Este nuevo prototipo va varios pasos más allá del modelo actual.
El carsharing autónomo que busca al usuario
Según las predicciones de distintos estudios, el número de usuarios de los sistemas de vehículo compartido habrá alcanzado los 36,7 millones en 2025. De ahí el concepto de carsharing, tan presente en la estrategia de la compañía, que considera que el cambio de paradigma que supondrá abandonar la idea del vehículo en propiedad en beneficio del coche entendido como un servicio será provechoso para toda la sociedad, tanto para los usuarios, como para las ciudades y, de manera especial, para quienes habitan los núcleos urbanos y sufren la contaminación atmosférica que, en gran medida, provoca el tráfico.
En el prototipo de Smart se repite la idea de flexibilidad que ya representa car2go con una flota de coches que los usuarios pueden recoger y dejar en cualquier área de actuación del servicio, sin un lugar específico como ocurre con las empresas tradicionales de alquiler de vehículos. Sin embargo, con el smart vision EQ fortwo se dan dos avances definitivos con respecto al modelo actual: coche autónomo y conectado.
Por una parte, el usuario ya no es quien va a buscar el coche y lo conduce, sino que el coche, completamente autónomo, va a buscar al usuario a la ubicación que haya elegido. Además, mediante tecnología de ‘swarm intelligence’, capaz de analizar el comportamiento colectivo, los vehículos se moverán por aquellas zonas que registren más demanda y, por tanto, tardarán menos en llegar.
El usuario montará en el coche y podrá ocupar el tiempo del trayecto en cualquier otra cosa diferente a la conducción. Y es que, aunque quisiera, no podría conducir, ya que ni volante ni pedales están presentes en este futurista vehículo. El control de vehículo se realiza por voz o mediante un dispositivo móvil como un teléfono inteligente.
Conectividad en cada rincón
Por otra parte, el vehículo ofrece todo tipo de comunicaciones, algunas de ellas podrían formar parte de un relato futurista de ciencia ficción. Por ejemplo, la función que permite al usuario que solicita un coche o que ya va montado en el vehículo, compartirlo con otra persona que, no será cualquier cliente o el que más cerca se encuentre, sino alguien compatible en gustos e intereses.
El sistema sugiere a posibles compañeros de trayecto a partir de sus perfiles, guardados por el sistema, y de la ruta que quiere hacer. Cuando el usuario elige un compañero de viaje, una pantalla en el interior de coche les mostrará contenidos sobre intereses y gustos que ambos compartan.
Entre otras funciones de conectividad, el coche ayuda al cliente que está esperando que lo recoja a identificar si es su vehículo o no a través de un panel ubicado en el lugar del guardabarros delantero y en paneles situados en los laterales del coche. Estos espacios hacen funciones de pantalla y muestran, por ejemplo, el nombre del cliente que va a recoger o información para los peatones que cruzan la calzada. Las luces traseras también pueden ofrecer información sobre el tráfico o advertencias de seguridad.
A este concepto futurista, se añade la posibilidad de que los faros delanteros, compuestos de pantallas de LED, sean configurados con forma de ojo humano “que permite al coche comunicarse de una forma más humana”, explican desde la compañía. Completa las funcionalidades la posibilidad de mostrar a los viandantes noticias, información del tiempo o de eventos locales en la superficie de las puertas del coche siempre que esté sin ocupantes.
«E» de eléctrico
La “E” de eléctrico completa la estrategia de movilidad para el futuro de Mercedes-Benz y es el modelo de propulsión de este prototipo que consta de batería recargable de iones de litio con una capada de 30kWh. El coche detecta cuándo necesita energía y, de manera autónoma, circula hacia un punto de recarga. Incluso puede hacer recarga inductiva o inalámbrica.
Un diseño que incluye, entre otros muchos detalles y numerosas pantallas, puertas que no se abren de manera convencional, sino que giran sobre un eje para abrirse hacia arriba, como si de dos alas se tratasen, completan esta apuesta por la movilidad del futuro, un ejemplo de cómo la tecnología va a cambiar la forma de vivir las ciudades.