Por las calles de Valencia circula estos días un autobús 100% eléctrico en pruebas, que se incorporó el pasado 22 de junio a las líneas regulares de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de la ciudad, con el fin de testar su rendimiento en el servicio regular.
El autobús evita la emisión de unas 800 toneladas de CO2 a lo largo de toda su vida útil en comparación con un autobús convencional. Su huella de carbono se reduce a 8,45 gr CO2 equivalente a kilómetro recorrido y pasajero y sus únicas emisiones de gases de efecto invernadero son indirectas, debidas a la obtención de materias primas y la electricidad consumida en la carga de las baterías, así como al tratamiento en el fin de vida útil del vehículo.
Además, está homologado en materia de accesibilidad para personas con movilidad reducida incorporando la posibilidad de rampa manual y eléctrica. El autobús estará circulando en pruebas durante un mes y medio tras el acuerdo entre la EMT de Valencia y la empresa Irizar. “Estamos haciendo números sobre lo que nos costaría incluir algún autobús eléctrico o híbrido en la renovación de flota», explicó Josep Enric García, director-gerente de la EMT.