¿En qué medida las ciudades inteligentes pueden ser un campo por explorar para los grandes inversores? El informe 21st Century Cities: Global Smart Cities Primer, elaborado por la corporación Bank of America Merrill Lynch, pone el foco de atención en las oportunidades de negocio que florecen al calor de las smart cities, y las centra en varios fenómenos que se están dando en este comienzo de siglo y se acentuarán en las próximas décadas.
Por una parte, recuerda cómo las ciudades son el motor del crecimiento económico registrando una actividad económica que en 2015 supuso el 85% del PIB mundial, casi 58 billones de euros, y que crecerá hasta los 107 billones de euros para 2030, representando el 87% del PIB mundial.
El mayor pastel económico generado en las ciudades viene de la mano del constante y exponencial aumento de la población urbana. En 2016, por primera vez en la historia, había más gente viviendo en entornos urbanos que en áreas rurales y, para 2030, habrá 41 megaciudades en el mundo con más de 10 millones de habitantes.
Esta corriente humana hacia las ciudades y su importancia en la generación de riqueza mundial las convertirá en el lugar donde “se decidirá el éxito o el fracaso en el cumplimiento de los mayores desafíos” a los que se enfrenta la humanidad, según este informe. Una gobernanza insuficiente e instituciones débiles, crecimiento de la desigualdad, desafíos medioambientales, seguridad y nuevos riesgos como el terrorismo y las pandemias, son los retos del presente y del futuro.
Por otra parte, y frente a este inquietante pronóstico, el estudio de Bank of America Merrill Lynch, explica las ciudades inteligentes como una «tormenta perfecta de tecnologías disruptivas» para satisfacer las necesidades en materia demográfica, económica, ambiental, social y de infraestructuras.
Considera que las ciudades serán “positivamente transformadas” por las tecnologías y cita específicamente la cobertura total de banda ancha, redes móviles 5G, IoT, Big Data, computación cognitiva e inteligencia artificial y servicios cloud.
En qué ámbitos de las Ciudades Inteligentes invertir
El informe destaca seis áreas de máximo interés para los inversores que quieran entrar en el mercado de las ciudades inteligentes y analiza en profundidad cada una de ellas, con su peso en el mercado y sus previsiones de crecimiento. Infraestructuras inteligentes, edificios inteligentes, ‘smart homes’, seguridad, energía y movilidad inteligente, son los ámbitos en los que invertir.
Concretamente, pronostica un rápido crecimiento en sector de los vehículos eléctricos y autónomos, la automatización de edificios, la inteligencia artificial, el Big Data, las tecnologías limpias, la red 5G y la ciberseguridad, entre otros subsectores.
Barcelona como caso de estudio de Smart City
Además, hace referencia a cómo “ciudades de todo el mundo y de todos los tamaños están desarrollando e implementando proyectos de ciudad inteligente” y sitúa el crecimiento del mercado directamente vinculado a las smart cities en 1,6 billones de euros para 2020 y en más de 3.500 millones de euros el mercado más amplio de tecnologías relacionadas con este tipo de ciudades. Además, recuerda cómo otros sectores de la industria se ven beneficiados por el crecimiento de las urbes que aplican las TIC a su gestión.
Para explicar a las empresas las posibilidades de la ciudad inteligente, expone numerosas aplicaciones de nuevas tecnologías en el marco del entorno urbano y utiliza como caso de estudio la ciudad de Barcelona, sobre la que enumera sus 500 kilómetros de fibra óptica, su iluminación inteligente, contadores inteligentes y sistema de monitoreo de recogida de residuos, entre otras soluciones TIC.
Sobre este escenario, el Bank of America Merrill Lynch construye su propio ranking de ciudades más inteligentes en la actualidad, basado en otros índices y en indicadores que incluyen la conectividad de las ciudades, su huella ambiental, su capital humano y de innovación o su habitabilidad, entre otros. Singapur, Londres, Nueva York, París y Tokio encabezan este listado de 20 ciudades, entre las que no se encuentra ninguna española.