Evolución, revolución y disrupción. Son los tres conceptos que envuelven al ámbito de la automoción actualmente, tres tendencias con las que, según la Encuesta Global sobre Automoción 2017 de KPMG, las empresas del sector deben convivir para no quedarse atrás en un futuro que estará marcado por la evolución de los híbridos, la revolución del coche eléctrico y la disrupción del carsharing y el coche sin conductor. Un giro de 180 grados a la movilidad urbana tal y como la conocemos.
Y no solamente es una cuestión de cómo la sociedad va a moverse en el futuro, también es una cuestión de Economía, ya que el 85% de los directivos del sector que han sido encuestados por KPMG, consideran que se generarán más ingresos con el ecosistema digital que rodeará a la industria que con la mera venta de coches.
Para llevar a cabo este estudio de tendencias que marcarán la movilidad y la industria de la automoción, la consultora ha encuestado a casi 1.000 directivos y a más de 2.400 conductores procedentes de 42 países que opinan sobre los cambios que experimentará el sector hasta 2025.
Evolución del coche eléctrico
Las baterías para la movilidad eléctrica están en el camino de la evolución, si bien, el 62% de los directivos encuestados desconfían de la implantación de coches eléctricos de batería debido al reto que supone la creación de suficientes infraestructuras de recarga y el tiempo que se lleva el proceso de alimentación de estos vehículos.
Según la consultora KPMG, los fabricantes están haciendo grandes esfuerzos por desarrollar baterías cada vez más baratas y más eficientes en una industria en la que Tesla se ha convertido en el buque insignia que tira del sector para ofrecer constantes avances en movilidad eléctrica.
Uno de los pasos revolucionarios que la empresa de Elon Musk dio en 2016, fue la creación de su propia infraestructura de carga para sus coches con una red de 724 electrolineras de carga rápida, la mitad de ellas ubicadas en Estados Unidos. Así, mientras sus competidores se centran en la movilidad eléctrica en áreas urbanas, Tesla ya crea estructuras de carga que permitan los viajes de largo recorrido, algo que hasta ahora, ha sido un obstáculo para las baterías del coche eléctrico.
Uno de los ejecutivos participantes en el estudio, Moritz Pawelke, señala que “el éxito de las baterías eléctricas depende de las infraestructuras de carga y su aplicación. Es necesario establecer una acción coordinada entre la puesta en marcha de estas estructuras y una clara distinción entre las áreas en las que instalan, por ejemplo, entre áreas urbanas y largas distancias”.
Sin embargo, hasta el 78% de los encuestados confía en que el avance en el coche eléctrico provendrá de las pilas de combustible de hidrógeno por su rápida carga. No obstante, son conscientes de la “falta de madurez” de esta tecnología. En cualquier caso, más de la mitad de los encuestados tienen claro que la propulsión diésel será la primera en desaparecer.
En este sentido, los objetivos de reducción de emisiones CO2 fijados internacionalmente condicionan al mercado e impulsarán una regulación del área de la movilidad eléctrica que supondrá para 2023 el 30% de la producción mundial de coches. La concienciación social también será importante. Laurent des Places, ejecutivo que ha participado en el estudio, considera que los motores de combustión tradicional serán aún “tecnológicamente relevante, pero socialmente inaceptables”.
Coche sin conductor y carsharing: giro del sector
La verdadera disrupción la encarna el coche sin conductor y todo lo que va a suponer en cuanto a usos y costumbres de movilidad. Para empezar, la tendencia en el uso de vehículo compartido o carsharing irá en aumento y, con ello, la necesidad de tener un coche en propiedad se va reduciendo, según el informe. El 59% de los directivos vaticinan que la mitad de los conductores no querrán tener un coche propio en 2025 y más de un tercio de los consumidores opinan lo mismo.
Tienden a entender la movilidad como un servicio dentro de la economía colaborativa y anteponen los costes que supone tener un vehículo en propiedad y los problemas de aparcamiento y atascos, a la utilidad de poseer el coche. Este cambio disruptivo ya ha comenzado a sentirse, si bien, el giro de 180 grados lo traerá el coche sin conductor, que cambiarán radicalmente el uso que se hace de los vehículos y, por tanto, los criterios de compra.
Los directivos del sector consideran que, tan pronto como el coche pueda conducirse de manera autónoma, lo que marcará la decisión de compra será el aprovechamiento del tiempo y el disfrute que nos ofrece la marca del coche durante el viaje. Así, el 89% de los directivos cree influirá en su decisión de compra los servicios y productos que ofrezca el coche. El 60% de los consumidores están de acuerdo con la afirmación de que cuando compren un coche autónomo solo tendrán interés en lo que ellos pueden hacer durante el tiempo que dure el viaje.
Los datos, el combustible para la Automoción
Uno de los dos factores disruptivos en el sector automovilístico vendrá de la mano del coche conectado y sin conductor y todo el ecosistema digital que va a rodear al vehículo y que, para los encuestados, será la mayor fuente de ingresos del futuro, teniendo en cuenta que los ingresos por ventas caerán si crece la tendencia del vehículo compartido y disminuye la necesidad de tener un coche en propiedad.
Con este escenario, los datos en este ecosistema son considerados el “combustible del futuro” y revolucionarán el modelo de negocio, creando valor y con ello ingresos, a partir de su procesamiento mediante Big Data. Al menos, así lo cree el 84% de los encuestados. Otra cuestión es si los consumidores estarán dispuestos a ceder esos datos. Por el momento, de los encuestados por KPMG, solamente el 20% cedería sus datos a cambio de nada.
Y es que la seguridad es uno de los elementos más valorados por los consumidores, no solo en cuanto a seguridad física, sino también seguridad digital. El estudio indica que el 82% de los ejecutivos y el 58% de los consumidores, cree absolutamente necesario que las marcas automovilísticas ofrezcan una plataforma digital a la que cada conductor pueda entrar con su propia y única identificación capaz de facilitar la gestión de todo lo relacionado con el entorno digital del vehículo.