El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes el Reglamento sobre el uso del dominio público radioeléctrico para la prestación de servicio de telecomunicaciones. La norma elimina cargas administrativas que facilitarán la instalación de dispositivos para Internet de las Cosas y las futuras redes de comunicaciones móviles de 5G.
Este nuevo marco regulador es importan para cumplir los objetivos de la Agenda Digital para Europa y facilitar a todos los ciudadanos el acceso de banda ancha con velocidades mínimas de 30 Mbps para 2020. Entre los servicios a los que afecta la normativa se encuentra la radiodifusión sonora y la televisión, los servicios móviles, servicios por satélite y también la investigación espacial, la defensa nacional y servicios de emergencias, además de un elevado número de aplicaciones industriales y domésticas tales como los telemandos y numerosos sistemas inalámbricos (teléfonos portátiles, WiFi, etc.).
Innovación a través de 5G y nuevos servicios
Según el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, las nuevas posibilidades que ofrece esta norma permitirán crear nuevas oportunidades para la innovación en el ámbito de la banda ancha en movilidad y también para los sectores orientados a los servicios como la atención sanitaria, la enseñanza, las Administraciones Públicas o la accesibilidad.
Además, el reglamento aprobado por el Gobierno posibilitará a los operadores de telecomunicaciones realizar un uso más flexible y eficiente de las radiofrecuencias. Por medio de la mutualización, es decir, la posibilidad de poner en común sus derechos de uso del dominio público radioeléctrico, los operadores podrán ofrecer nuevos servicios, mejorar la cobertura y dar mayores prestaciones de velocidad y calidad en sus redes.
Se simplifican y acortan los procedimientos para obtener autorizaciones de uso de las frecuencias, gracias a la tipificación de proyectos tipo y el uso de declaraciones responsables, asegurando siempre, las funciones de control e inspección, que garanticen que los servicios funcionen libres de interferencias y el cumplimiento estricto de los niveles de exposición radioeléctrica tolerable para que no constituyan un peligro para la salud.